Capítulo 3.

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JONAS.


Lavo mis manos sacando cualquier rastro de salsa de tomates para luego seguir trabajando en los demás pedidos. Creo que a este paso terminaré odiando las pizzas y sobre todo el olor de la salsa.

─Ethan ─llamo a mi compañero de trabajo, con quien he entablado una pequeña amistad. Es bastante simpático y la verdad es que me cae muy bien─. ¿Sabes si aquí hay carreras de motos? ─pregunto recordando la bonita moto que tiene.

Alza su mirada y puedo notar el asombro en sus ojos negros.

─ ¿Qué si hay? ─alza las cejas, mirándome como si estuviera tonto por preguntar aquello─. ¡Por supuesto que sí hay! ¿Tú corres?

─Sí —asiento, — ¿Sabes dónde las hacen?

─Claro que sí ─me sonríe─. Mis amigos y yo siempre vamos, si quieres puedes venir. Hoy correrá Snake.

─ ¿Quién es Snake? ─ ¿qué clase de nombre es ese?

─Lo verás cuando estemos allá ─dice para luego lanzar la masa de la pizza y caer justamente sobre su cara. Suelto una carcajada por su estupidez y tengo que taparme la boca antes de que mi jefa vuelva a retarme.

─Me ha dejado la cara suave ─se burla dando palmadas a sus mejillas.

─Eres un imbécil ─me rio.

─Ya lo sé ─me saca la lengua y sigue haciendo su trabajo.

Las horas pasan rápido ya que de un segundo otro el local se llenó, dejándome apenas tiempo para ir al baño. Afortunadamente mi jornada laboral ha acabado y puedo largarme, voy al casillero a cambiar mi ropa y asearme un poco ya que estoy lleno de harina y salsa de tomate.

─Entonces ─habla Ethan tras mío─. ¿Nos vemos en la Av. Jordán a las nueve?

─Claro ─respondo y chocamos los puños como despedida.

Al llegar a casa, la soledad y el silencio reinan en ella y recuerdo que Alisson salió con Seth a comprarle ropa. Busco el pequeño porro que tengo guardado hace un tiempo en mi billetera y me acuesto en el sillón. Deslizo mi dedo por el encendedor y prendo el asunto. Normalmente me iría a la plaza, pero como Seth no está y lo más seguro es que lleguen en la noche, me doy el lujo de fumar dentro de la casa.

Poco a poco siento como la marihuana me hace efecto. Mis músculos se relajan y me siento en el paraíso. Me dejo llevar por las sensaciones y cierro mis ojos disfrutando. Sonrío de vez en cuando y ni siquiera se el por qué, eso es uno de los efectos que tanto me gustan de la marihuana, aunque tampoco fumo con mucha frecuencia. La tranquilidad en que mi cuerpo y me mente se han sumido es interrumpida por el golpe de la puerta contra la pared y la voz de ese enano gritando por la sala.

─Huele mal —dice Seth tapándose la nariz.

Joder, ¿es enserio?

─ ¿Estas jodiéndome, Jonas? ─me grita Alisson.

Apago el cigarrillo en la suela de mi zapato y salto de mi cómoda posición pasando las manos por mi rostro para despabilar. No digo nada y subo a mi habitación para que Seth no me vea, creo que después de todo no debe tomar por sentado que iban a llegar tarde. Me recuesto y antes de que pueda cerrar los ojos, mi puerta se abre hacia atrás dejando entrar a un enano chismoso. Joder, ¿por qué no cerré con picaporte?

─ ¿Qué pasa, enano? ─trato de contener la compostura y no parecer tan drogado.

─ ¿Qué hiciste que mi mami te reto? ─alza las cejas ampliamente y me señala con el dedo como si fuera un cachorro al que tienen que retar.

BROOKLYN.जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें