BROOKLYN.

Capítulo 26.

JONAS.

Me acerco más a Kyle sintiendo el calor que emana de su cuerpo, está durmiendo plácidamente en posición fetal dejándome ver la mitad de su rostro mientras que la otra esta aplastada contra la almohada. Sus labios están ligeramente abiertos dejando salir unos cuantos ronquidos.

Enredo mis piernas con las suyas tratando de no despertarlo, son las seis con quince minutos y no quiero molestarlo tan temprano. Su piel esta tibia y puedo sentir algunos de los vellos de sus piernas.

Me encuentro divagando en su rostro nuevamente y es que creo que se ha vuelto en mi pasatiempo favorito. Podría estar horas mirándolo, cuidando su respiración como si alguien viniera a robársela. Siento la sensación de estar en el lugar correcto cada vez que lo miro.

Saco mi mano debajo de las sábanas y la acerco lentamente a su rostro. Le acomodo un mechón rebelde que le cae en la frente y acaricio detrás de la oreja, sintiendo su piel suave y tersa. Los rayos del sol prontamente se filtran por las cortinas aclarando la habitación.

El olor de su perfume inunda mis fosas nasales y cierro los ojos por unos segundos complacido de su cercanía. Recorro su rostro por tercera vez y me quedo clavado en sus labios, en esos labios que se han vuelto en la droga más apetecible que jamás he probado.

Nunca me cansaré de esto y nunca podré arrepentirme de lo que tenemos, a pesar de todas las cosas, a pesar de que en un futuro tal vez no estemos juntos; nunca podré arrepentirme de esta sensación que embriaga cada maldito poro de mi cuerpo, que me tiene en las nubes rogando por más y más. Quiero todo de él y quiero ser todo para él. Quiero aprender a conocerlo y que él me conozca a mí.

Ayer cuando estábamos a punto de dormir, me preguntó por mi infancia tal cual como lo hice yo hace unos días atrás. Le conté que no fue lejos de lo normal: no tuve un padre, pero mi madre era lo suficiente para mí. En la escuela me iba bien y tenía muchos amigos, era un niño bastante amistoso.

Le conté también de mi "episodio" rebelde en la adolescencia y como mi mamá y Seth cambiaron eso. Le dije lo difícil que fue la enfermedad de mi madre y todo el drama de dinero que conllevó, él no dijo mucho pero me miraba como si yo fuera lo más importante en su vida, no había necesidad que dijera nada, con solo saber que estaba escuchándome y estaba interesado en saber sobre mí, me hacía sentir bien.

"─ ¿Qué es lo que sucedió con Alisson? ─preguntó en voz pausada y con un toque de timidez. Su mano acariciaba mi brazo suavemente, estábamos en posición fetal mirándonos fijamente."

Le conté que ella había conocido a un chico y que después de la muerte de mi madre ella se mudó con él, dejándome pagando la hipoteca solo. Le conté de las múltiples veces que intente ir a visitarla para poder ver a Seth, pero que ella siempre me esquivaba. Le dije de la vez que patee la puerta hasta romperla y darme cuenta de lo que estaba pasando en realidad.