Capítulo 36.

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JONAS.


Han pasado seis días desde la última vez que hable con Kyle. No puedo mentir y decir que lo estoy llevando bien porque no es así. Cada noche lloro pensando en él, lo extraño demasiado y se ha tornado realmente doloroso no estar con él.

No he tenido el valor de llamarlo para decirle cuando podemos juntarnos a hablar porque no sé si tengo la resistencia de pararme frente a él y no echarme a sus brazos. Y no quiero eso, no esta vez. Hay muchas cosas que aclarar, yo mismo necesito ordenar mis pensamientos. Necesito pensar las cosas un poco más.

─ ¿Tú eres Jonas? ─una voz ronca y seca interrumpe mis cavilaciones.

Me doy la vuelta encontrándome con un hombre de al menos unos cincuenta años. Lleva un terno impecable de color negro acompañado con una corbata a juego. Algunas arrugas están presentes en su cara y las canas marcan partes de su cabello. Tiene los ojos verdes y una nariz respingada.

─Sí ─contesto levantándome del suelo. Estoy dentro de uno de los cubículos arreglando una moto ya que quería estar solo─. ¿Usted es...?

─Soy el padre de Kyle ─dice como si fuera algo totalmente cotidiano.

Me quedo paralizado y lo miro con detención dándome cuenta que sus ojos son idénticos a los de Kyle. Mi corazón se acelera y solo soy capaz de pensar en cosas malas.

─ ¿Le ha pasado algo? ─pregunto con miedo en mis palabras. Si él está aquí es por algo y no creo que sea para charlar sobre el clima.

─No. Él está bien ─me contesta y sonríe un poco dejándome ver los hoyuelos en sus mejillas, iguales a los de su hijo.

─ ¿Cómo me conoce? ¿Kyle le ha hablado de mí? ─pregunto dejando las herramientas a un lado y limpiando mis manos grasientas con una toalla.

─Necesito hablar contigo ─ignora mi pregunta para luego sentarse en una banquilla cerca de nosotros─. Yo lo sé todo, eres a quien mi hijo se folla.

Frunzo el ceño al escucharlo, me descoloco el hecho de que su voz suene tan amable incluso para insultarme.

─Soy su novio ─aclaro molesto─. Kyle no me ha dicho nada sobre esto así que supongo que no lo sabe, no creo que hablar con usted sea lo mejor. Permiso, pero tengo que trabajar ─agarro mis herramientas y me agacho nuevamente para seguir arreglando la motocicleta.

─Vengo a hablarte acerca de tu sobrino, ¿no quieres escucharme? ─arruga la frente ligeramente al hablar y toma mi atención rápidamente. Clavo mis ojos en él y me vuelvo a levantar.

No me gusta para nada esto. Quiero que se largue.

─ ¿Cómo...?

─Qué me dices si te puedo garantizar la custodia permanente de Seth ─me interrumpe levantándose de su asiento─, tengo mucho dinero y puedo hacerlo. Suponiendo que quieres lo mejor para ese niño, claro.

─Por supuesto que quiero lo mejor para él, pero...

─Solo debes darme algo a cambio ─sonríe de lado─. Tú dejas a mi hijo en paz, y yo te garantizo la custodia total de tu sobrino, ¿qué dices?

Yo haría casi cualquier cosa por Seth, pero esta no es una de ellas. No quiero su custodia por chantajes, ni menos si eso incluye dañar a Kyle.

─ ¿Esto es una broma? ─mascullo─. Estas equivocado si crees que si quiera lo consideraré ─espeto furioso─, deberías coserte la boca antes de siquiera decirle hijo a Kyle.

BROOKLYN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora