Capitulo 32.

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JONAS.

Los nervios me están comiendo vivo y es que la decisión que tomará el juez será lo que defina la vida de Seth de ahora en adelante. Puede que vaya a parar a un centro de menores si no me dan la custodia y eso no es para nada bueno. Ni siquiera quiero imaginar las cosas que le podrían llegar a hacer.

─Este tribual decide en pros de la salud física como mental del menor Seth James Langdon, darle la custodia al señor Jonas Ian Langdon indefinidamente...

— ¿Qué? —Grita Alisson—. ¡Claro que no, Seth es mi hijo! ¡No me lo pueden quitar! —sus ojos están inyectados en odio. Jamás la había visto de esa manera—. ¡Eres un cabrón, Jonas! ¡Te odio!

— ¡Silencio! —masculla el juez y golpea la mesa con los típicos martillos que tienen. Clava su mirada en Alisson y dice: —Si logra pagar la fianza, podrá ver a su hijo una vez por semana en la casa del señor Langdon. Mientras tanto, no puede mantener contacto con él — acomoda unas hojas y se retira las gafas. —La sesión ha finalizado.

Me levanto del asiento con una sonrisa en mi rostro. Le doy la mano a mí abogado y busco a Kyle con la mirada. Está parado al fondo con Seth de la mano, cuando el menor me ve sale corriendo a abrazarme. Está llorando y me parte el corazón verlo así, un niño no debería pasar por estas situaciones tan complejas y estresantes.

— ¡Seth, cariño! —grita Alisson a lo lejos. Me doy vuelta y está forcejeando con la policía, quienes deben sacarla de ahí y llevarla a su celda, supongo. Seth la mira sorprendido y puedo notar la pena en su rostro. Después de todo es su mamá.

—Vamos a casa —le digo para luego tomarlo en brazos. Nos subimos al auto y Kyle arranca.

(...)

Seth ya se ha ido a dormir y en la sala solo quedamos Kyle y yo. No hemos hablado mucho desde el día en que Seth desapareció, tampoco nos hemos besado desde ese día. Ha estado todos los días conmigo y se lo agradezco mucho, pero hay cosas de que hablar, y sé que lo sabe, por eso no ha intentado besarme o algo así.

Lo miro por el rabillo de mi ojo y me quedo mirando los movimientos de sus manos. Esta tronándose los dedos mientras sus ojos están fijados en algún lugar de la habitación. Estos días han sido muy raros entre nosotros.

Lo que sucedió con Alisson ha marcado mucho a Seth, sea como sea, ella es su mamá y él la ama demasiado. No ha querido hablarme acerca de lo que siente respecto a Zac, no sé si le ha hecho daño o no... O cuánto tiempo lleva viéndolo. Me tiene muy preocupado así que tome una hora con el psicólogo infantil para que lo ayude y me ayude a mí a explicarle lo que está sucediendo. No ha sido nada fácil y estoy tratando de mantenerme firme para él.

De pronto tengo los labios de Kyle besando mi cuello, me toma por sorpresa, pero no me alejo.

— Te amo —clava sus ojos en los míos y logró distinguir la angustia en ellos. Me da un ligero pico en los labios para luego abrazarme.

Paso mis brazos por su cuello y me subo sobre sus muslos dejando mis piernas enredadas detrás de su espalda. Sus manos acarician la piel de mi estómago tan lento que apenas lo siento. Desliza sus dedos hacia mi espalda y sube y baja sus manos sobre mi piel caliente.

— ¿Aún estás molesto conmigo? —susurra sobre mi oído para luego tirar de mi lóbulo con sus dientes. Suelto un pequeño chillido.

Niego apoyando mi frente sobre su hombro dejando que sus caricias me inunden. Sus manos comienzan a bajar por mi culo apretándolo de vez en cuando. El pantalón de buzo que estoy usando le hace el trabajo más fácil. Aprieta mis nalgas con ambas manos haciéndome soltar un grito de sorpresa. Ahueco mi cabeza aún más en su cuello por la vergüenza.

BROOKLYN.Onde histórias criam vida. Descubra agora