Capítulo 23.

31.6K 1.8K 764
                                    



JONAS.


— ¿Estás bien así? —me pregunta tras acomodar mi almohada.

Sip —le sonrío.

Hace un par de minutos, Kyle y yo hemos llegado a su departamento desde el hospital. A pesar de que me han dado el alta, aún tengo que hacer reposo por al menos una semana más. Los moretones ya han desaparecido por completo y la fractura de mi mano ha sanado.

Kyle se sienta a mi lado y pasa sus dedos por mi cabello, lo miro unos segundos disfrutando de amabilidad, a pesar de que estoy confundido.

— ¿Por qué me miras así? —me dice, dejando de acariciarme.

—Nada —respondo.

— ¿Dejarás de ignorarme ahora? —se lame los labios. Reconozco que lo he estado evitando desde que desperté solo para hacerlo sentir culpable por lo último que me hizo. Aun no olvido lo que me dijo —. No me has dejado hablarte sobre lo que ha pasado.

— ¿Hablas del accidente? —arrugo el ceño.

—De todo —me acaricia el lóbulo de la oreja, dándome escalofríos —, de nuestra pelea antes del accidente, de nosotros.

—Te agradezco por haberme defendido de Alisson —le sonrío débilmente, —ha sido muy lindo de tu parte, pero antes de que todo esto ocurriera, te dije que se acabó.

— ¿No crees que eso ya quedó atrás? —me mira con esos ojos culposos.

—Ni siquiera sabes lo que quieres...

—Lo sé —me interrumpe—. Ahora lo sé, Jonas.

El tono dulce que ocupa me pone los pelos de punta al igual que su caricia en mi oreja que no se ha detenido. Suspiro agobiado porque no sé qué hacer.

— ¿Qué significó para ti? —pregunto finalmente con un nudo en mi estómago.

Masajea su nuca y se lame los labios, nervioso. Cada segundo que está en silencio me pone histérico y solo espero que termine con esto.

—Yo...—comienza a hablar, pero se calla como si tratara de ordenar sus palabras antes de contestar—. Significas lo necesario como para haberme quedado todos los días a tu lado. Sé que la he cagado contigo y no puedo prometerte que no lo volveré a hacer porque soy un idiota, pero estoy dispuesto a intentarlo

Intento abrir la boca, pero su mano me lo impide.

—Déjame terminar —pide y solo asiento —. Te quiero, Jonas y no quiero que me dejes.

Sonrío como un niño emocionado ante su confesión, mi estomago se aprieta de la emoción y finalmente, después de una semana de estar consciente lo beso. Me agarra de las mejillas y abre la boca dejándome entrar en contacto con su lengua. Me besa con desesperación e intento seguirle el ritmo.

— ¿Podemos volver a empezar? —dice con la respiración agitada, juntando nuestras frentes.

Asiento, sonriéndole. Mi corazón late de la emoción y no quiero que este momento termine.

—No me hagas arrepentirme, Kyle —le pido. —Por favor.

—No lo haré —niega con la cabeza y me besa nuevamente. —Si no estuvieras herido te estaría follando tan fuerte que tendrías que volver al maldito hospital —me susurra en el oído haciéndome reír.

— ¿Estás sufriendo de abstinencia? —me burlo—, un mes sin sexo debe ser un récord para ti.

—Muy chistoso —arruga la nariz. —Me tuviste en abstinencia por tres semanas al no escuchar tu molestosa voz.

BROOKLYN.Where stories live. Discover now