4- Primera noche en el cuartel

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~Levi~

Cerré la puerta detrás de mí sin hacer ruido y me quité el equipo, me puse algo más cómodo y me acosté a su lado.

No podía dormir.

Miré hacia la bolita que tenía a mi derecha, le acaricié suavemente su largo y oscuro cabello. Sonrió y se giró hacia mí, todavía dormida. Cogió mi mano, que todavía acariciaba su pelo y se la puso en la mejilla. Con mi pulgar le acaricié y me giré completamente hacia ella y la abracé contra mi pecho.

Decidido, a partir de ahora la cuidaría como si fuera hija mía. Poco a poco quedé dormido, con (T/N) entre mis brazos.

~Horas después~

Sentí como algo se revolvía cerca de mí, también... ¿jadeaba?
Abrí los ojos y vi como (T/N) se removía, llorando y jadeando.

–¡Mamá!, ¡no, no, ayu-ayudadla! –gritaba.

La abracé contra mí y le acaricié la cabeza suave y lentamente.

–Ey, ya está... –le susurré intentando tranquilizarla.

Poco a poco se fue calmando hasta que volvió a dormirse.
Yo me dormí minutos después.

~A la mañana siguiente~

Tanteé por la cama en busca de la mocosa, pero nada. Me levanté exaltado y la busqué con la mirada. Bajé la mirada al suelo para verla haciendo ejercicio.

Pero, ¿qué?, ¿se puede saber por qué esta calentando a las.... 6 de la mañana? Además hoy es mí día libre.

Levantó la vista y me vio, sonrió ante mi cara de cansancio.

–Buenos días –me dice contenta y como si nada.

–¿Qué haces calentando a estas horas? Son las 6 de la mañana, mocosa. Deberías estar durmiendo –dije serio.

–Normalmente me levanto un poco más tarde pero no tenía mucho sueño... Además desde hace cuatro años que cada mañana salía con mis amigos a correr y eso... –me explica– pero como me dijiste que no podía salir sin tu permiso y sin nadie no podía ir a correr... Estabas durmiendo... –hace una breve pausa– también le prometí a mi madre y a Liam y Amelia que me haría fuerte para estar con vosotros en la Legión y estar entre los cinco mejores –acaba de hablar. Creo que es el discurso más largo que ha hecho delante de mí y solo llevo un día con ella. Suspiré.

–Verás, hoy puedo levantarme a la hora que quisiera, así que ven aquí mocosa –frunzo un poco el ceño. Me miró seria y obedeció, se sentó en la cama junto a mí– mira, si quieres antes de la comida podemos entrenar con los de mi equipo y todo lo que tu quieras –se le iluminaron los ojos.

–¿En serio? –me dice ilusionada.

–Sí, pero la condición es que duermas por lo menos hasta las nueve, ¿de acuerdo? –bostecé. Me acordé de que no tenía ropa que ponerse... Mierda– pero antes de eso iré a comprarte ropa.

–¿Qué puedo hacer mientras estás en la ciudad, Levi? –me pregunta con amabilidad.

–Le pediré a Hanji que te cuide y te traiga algo de comer –le digo acercándome y le revuelvo el pelo.

Me volví a acostar en la cama y ella a mi lado. Cinco minutos después se durmió de nuevo. Le besé suavemente la frente. Me dormí.

~Otras tres horas después u.u~

Me desperté lentamente y miré por la ventana, después mi reloj. Me he pasado media hora de lo que acordamos pero no importa.
Me intenté levantar pero ella me agarraba de la camisa medio abierta que llevaba. Tan adorable... Quité con cuidado sus manos e hizo algo como un quejido. Decidí darle una almohada.

Bajo tu cuidado [LevixReader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora