46- Soledad

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~Escritora~

Nuestro querido azabache partió en busca de un nuevo lugar donde vivir, puesto que el cuartel de la Legión de Trost ya no podría ser su hogar en mucho tiempo e incluso nunca más.

Antes de que amaneciera, tuvo que ir a por su fiel caballo porque su camino iba a ser demasiado largo y había pocas posadas entre muralla y muralla.

Sin embargo, mientras iba a caballo hacia la muralla Maria, Su mente divagaba entre los pensamientos sobre su pequeña ya no tan pequeña.

-¿Cómo estará? -se preguntó a sí mismo sin abrir la boca.

Frunció el ceño con preocupación, pero después recapacitó y su preocupación menguó levemente. Sabía que Hanji iba a cuidarla tan bien como él lo había estado haciendo desde que la rescató. Incluso se atrevería a decir que mejor...

Pero había algo que no podía sacarse de la cabeza: ¿cómo lograría esconderla de la Policía Militar?
Después de todo les estaban buscando a ambos, no sólo a él.

El sentimiento de dar media vuelta e ir a por ella y protegerla por el precio que fuera se iba apoderando de él lentamente.
Sin embargo, siguió hacia adelante, confiando en que la castaña la cuidaría con su vida.

Y con esos pensamientos, el camino del azabache se hizo eterno y doloroso para su recién abierto corazón por culpa de la de ojos verdes, que había llegado a lo más profundo de su fuerte fachada.

Por otro lado y volviendo al cuartel general de la Legión, ya había amanecido y cada uno se había puesto con sus trabajos matutinos.

A esas horas debería estar cierto enano gruñón tocando los cojones para que todos se pusieran a limpiar el desastre que tenían como comedor.

Pero al no escuchar la intimidante voz del azabache la gente de allí se extrañó mucho.

Incluso Erwin, tras levantarse y revisar que todo estuviera bien, notó que no todo estaba bien.

-Hanji -llamó con su ronca voz a la castaña, que hacía sus cosas de loca de buena mañana pero con una rara y a la vez intrigante distracción impropia de ella. La mencionada giró la cabeza esperando a que el comandante hablara- ¿has visto a Levi? -preguntó ignorando el aire distraído que mostraba, pensando que era cosa de levantarse pronto.

Ella, levemente nerviosa, se giró disimuladamente mientras negaba con la cabeza.

Obviamente no podía contarle lo que había pasado la noche anterior, cosa que no le había dejado dormir. Aunque de todas formas se daría cuenta. Es Erwin, un detective de primera.

Ambos se unieron al silencio que rondaba el laboratorio.
Unos segundos más tarde, el rubio rompió el silencio.

-¿Cómo está (T/N)...? -preguntó lentamente y con mucho cuidado. Sabía que podría no haber salido de aquella y que... Bueno, que ya no estaría con ellos.

Hanji paró de hacer sus cosas de golpe y se giró para verle.

-Me lo dejas muy difícil... -respondió ignorando su pregunta. Erwin ladeó un poco la cabeza sin comprender lo que estaba pasando por la cabeza de la castaña.

-¿Qué te dejo difícil? -cuestionó aún desconcertado.

La castaña suspiró y sin ganas le contó lo que pasó la noche anterior mientras caminaban a la pequeña sala donde descansaba la de ojos verdes.

Erwin se echó las manos a la cabeza y empezó a susurrar las advertencias que le dió a Levi el día anterior y que, por lo que había escuchado y observaba en la chica que dormía plácidamente, había desobedecido con mucho descaro.

-Erwin... Tienes que comprenderle... No sé si es la primera vez que ama a una chica con tanta fuerza pero... -el comandante la cortó.

-Soy consciente de ello, pero eso no es razón para desobedecerme a mí y al gobierno -paró un momento- ahora todos le estarán buscando... -se giró hacia (T/N)- y seguro que a ella también...

Hanji no dijo nada, sabiendo que las consecuencias de los actos del azabache iban a recaer en ellos con mucha potencia.

Volvieron a sumirse en el silencio.

Ambos estaban desconcertados. No sabían que hacer con ella o como contactar con Levi.

De pronto, unos quejidos les hicieron darse la vuelta.
(T/N) había despertado.

-¿Hanji...? ¿Erwin...? -preguntó medio adormilada.

Los mencionados se miraron sin saber exactamente qué hacer. Así que su primera reacción fue ir a abrazarla con fuerza.

La chica estaba muy desorientada.

-¿Qué ha pasado...? -pensó un momento- ¿dónde está Levi...?

Le faltaba la presencia de su enano gruñón.

Hanji le contó lo que pasó desde la entrada de aquel titán de tamaños gigantescos.

Se miró las manos.

-¿E-entonces... Soy una de esas cosas...? -preguntó de primeras.

(T/N) repugnaba a los titanes con todo su alma. Después de todo, fueron ellos los que le arrebataron su vida.

Le entraron arcadas. Muchas cosas para procesar en apenas diez minutos que lleva despierta.

Intentó relajarse y evitar a toda costa coger un cuchillo y rajarse el cuello.
Suspiró con temblores y cerró los ojos, segundos después los volvió a abrir.

-Levi... Ha huido... -susurró. Hanji colocó una mano en su hombro con compasión.

-Ha sido por una buena causa... Supongo -intentó animarla Erwin.

Ella no dijo nada. Giró la cabeza hacia la ventana más cercana y observó como el sol aún estaba por llegar a su punto más alto.

Las lágrimas empezaron a rodar por las mejillas de la chica, haciendo a su vez que le temblara el labio inferior.

¿Cómo puede haberme dejado sola...? Pensó frustrada mientras lloraba en silencio.

Y así, los días fueron pasando. Ni Erwin ni Hanji conseguían dar con él; parecía como si ya no estuviera en el mapa.
Por otro lado, (T/N) tuvo que ocultarse, incluso la dieron por muerta y le rindieron homenaje el fin de semana siguiente.

La policía militar, sin embargo, aún creían que seguía viva y tenía a los de la Legión bajo vigilancia las veinticuatro horas del día.

La de ojos verdes estaba muy preocupada. Necesitaba ver a Levi... Había algo que tenía que contarle; y cuando fue a la misión en la que casi le cuesta la vida... Podría haber acabado muy mal. Por suerte, quizás, aún haya esperanza de que no pasara nada.

Bajo tu cuidado [LevixReader]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz