44- Luchando

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~Levi~

–¿Cómo ha sucedido esto? Se suponía que iba a volver bien... Qué tendría una sonrisa radiante al abrazarme de nuevo... No que estaría al borde de la muerte en una puta camilla –dije en tono cortante.

–...no podía matar a todo un escuadrón por ella, Levi –respondió el rubio, apoyado en la pared con la cabeza agachada y los brazos cruzados.

Ahora estaba toda vendada. Habían intentado sellar las heridas más superficiales. Pero obviamente eso no iba a cambiar nada, había perdido mucha sangre y probablemente, por la presión del golpe, se hayan roto los tejidos de algunos órganos. Espero que no sea de ninguno vital... Coser heridas pequeñas no harían nada por ella.

Cogí su mano izquierda y me la llevé a mi rostro, besándola con cuidado.

Esto ya había pasado antes, pero nunca con el riesgo de muerte.

–En la misión encontraron una caja- –le interrumpí.

–Creo que lo que hayáis encontrado en esa misión no es de mi importancia en estos momentos, como puedes imaginar –espeté sin siquiera mirarle.

–...de acuerdo –susurró casi para sí mismo.

A los minutos, la puerta se abrió, pero no aparté la mirada de mi castaña para mirar quién era.

«Me prometiste que llegarías bien..., viva..., sonriente..., no así» –reproché en mi mente, cerrando los ojos, imaginando su sonrisa. Apreté su mano contra mí.

–Levi -la voz de Hanji interrumpió en mis pensamientos. Colocó una mano en mi hombro. Levanté la cabeza para verla- voy a llevarla a quirófano, intentarán arreglarle y trasplantarle órganos. Esperemos que su cuerpo no los rechace...

Desde el lado opuesto del que estaba, aparecieron enfermeras y movieron la camilla. La mano que tenía cogida se deslizó entre mis dedos, sintiendo una punzada en el pecho, acompañado de un vacío interior.

Oí que la de gafas me hablaba, seguramente para darme esperanzas de que todo iría bien, pero me tenía preocupado. Sus palabras entraban y salían de mi cabeza cada vez que me decía algo. No la escuchaba. Tenía mis propias esperanzas. No necesito el consuelo de nadie. Sé que está luchando para volver a su vida normal. No me abandonaría con tanta facilidad, ¿...verdad?

Se cerró la puerta y agaché la cabeza al mismo tiempo que escuchaba la madera chocar con el marco violentamente.

–Tendrías que analizar el contenido del frasco de cristal que encontró tu subordinado. Si Zack lo tenía y según nos contó (T/N), seguro que se trata de suero de titán -mis oídos se agudizaron.

¿Suero de titán? Si han encontrado eso, seguro que puedo ayudarla. Por lo que sé, los titanes regeneran su cuerpo a los segundos o después de haberse convertido.

Levanté la cabeza y miré al rubio. Al percatarse de que le miraba, me la devolvió, ladeando la cabeza.

–¿Te haces cargo del suero...? -pregunté intentando no sonar sospechoso.

–Sé lo que piensas, Levi; yo también había pensado en ello, ¿por qué crees que antes te quería mencionar lo que habían encontrado en la misión? -respondió. Joder, debí haberle escuchado en vez de haberme puesto paranoico.

Agaché un poco la cabeza a modo de disculpa y me levanté para estar al corriente de la conversación.

–Entonces... ¿se puede? -pregunté con un poco de esperanza por la vida de mi castaña.

–No lo sé... tengo que  informar al gobierno de Mitras antes de poder hacer nada -puse los ojos en blanco. Es un fastidio tener que avisar a los de la capital de todo lo que hacemos o encontramos. Está más que claro que si es algo que pueden utilizar en su beneficio no tardarían nada en negarse a hacerle saber a los demás qué hemos encontrado o acapararlo cual niño pequeño como un juguete de mierda- Levi... son las normas. A mí tampoco me gusta la idea de hacerlo. Y créeme, también me encantaría poder ayudarla sin tener que avisar a nadie, pero soy el comandante y tengo que obedecer las normas. Las consecuencias caen sobre mí.

Bajo tu cuidado [LevixReader]Where stories live. Discover now