Capitulo 18

422 30 6
                                    


Anne:

Si me concedieran un deseo este día... pediría tener a mis padres de vuelta aunque sea por un segundo, despertar y que todo esto solo sea un mal sueño, los extraño tanto...

Salgo de mi cama a rastras y sin ganas de nada, me siento un poco cansada a pesar de haber dormido bien... y es que estos últimos meses he trabajado demasiado, eso junto a la rutina están agotando mis niveles de energía.

Me lavo los dientes y después de darme una ducha me siento un poco mejor, aunque creó qué necesitaré hoy algo de cafeína extra para andar...

Entro al vestidor y elijo sin mucho esmeró un vestido de lana color crema, de mangas largas con bordados marrones y botas gamuzadas del mismo color y a la rodilla, con esto bastara.

Preparo la maleta con la ropa que llevaré para pasar el fin de semana en el departamento de James, no he querido ni pensar en eso... es la primera vez que dormiremos solos bajo el mismo techo desde qué estábamos en Londres; solo que ahora las cosas han ido muy lejos...

Desde que tuvimos sexo hace dos días la situación entre ambos se ha vuelto un poco rara, y cuando digo rara es porque jamás imagine que James después de su actitud estos últimos meses... pasaría por mi oficina anoche preocupándose por mi estado físico y emocional. Eso sumado a que ha vuelto a ser el príncipe de armadura dorada en sentido literal, deja mucho que decir. Este hombre es todo un enigma...

Bajo a la cocina para prepararme algo de desayuno mientras pienso que hacer con todos esos pensamientos que me aturden. Casi muero del susto cuando me encuentro con James justo ahí, freno enseguida mis pasos pensando si mi mente me está  jugando alguna broma.

Me quedo observando aquella figura masculina que se encuentra de espaldas sirviéndose un café... notó que hay varias bolsas sobre la encimera y por lo que supongo es comida.

-Buenos días... ¿cómo estás? 

Voltea a verme con esa sonrisa arrebatadora mientras se lleva la taza a los labios sin quitarme la vista de encima, esta para comérselo con esos vaqueros negros, polo blanca marcando su torso y botas marrones.

Siento como una calides me recorre por completo en cuanto sus ojos se posan sobre mi de aquella manera, eso y verle así de guapo como está me debilita...

Suspiró hasta en mis pensamientos, nooo... yo definitivamente estoy perdida por él.

-Buenos días, ¿bien y tú?

-Todo bien, me has sorprendido... normalmente los sábados no hay nadie en casa.

Respondo intentando poner mi cerebro a actuar en automático para no parecer una sonsa.

-Aproveche de traer algo de desayunar para los dos... debo echarle un vistazo a la construcción a ver qué tal está quedando y por eso he venido mas temprano.

Claro era de esperarse que haya venido por la dichosa construcción...

-Comprendo... por cierto, aún no he tenido la oportunidad de verla, el Sr. Lyam me comentó que no era seguro ir a esa área aún.

-Ahora si puedes acercarte, y ya que tenemos tiempo si quieres podemos ir después de desayunar, te parece...

-Ok, déjame te ayudo con eso entonces, es lo menos que puedo hacer ya que te has molestado en traerme el desayuno a domicilio...

Sonríe y asiente dejándome espacio, lo ayudo a colocar los platos, no salgo de mi asombro las veces que lo veo desenvolverse tan bien en la cocina mientras me ayuda a servir. Y es que para ser un hombre que está acostumbrado a pagar por todo y con ese genio que se gasta, me lo imaginaba como el típico machista, pero no... siempre termina por hacer lo que menos pienso.

Aliados por el DestinoWhere stories live. Discover now