Capitulo 32

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Anne:

Uff... suspiro mientras reviso la cantidad de e-mails que están llegando desde temprano y entre responder, aplazar y reorganizar me ha llevado más de dos horas... siento que he hecho una semana de trabajo en lo que va de mañana. El incidente en Canadá ha causado revuelo en las noticias y el teléfono no para de sonar ya sea para dar las condolencias o indagar sobre el asunto. Se me arruga el corazón como una pasa de solo imaginar cómo se siente James ante tal desafortunado hecho.

Mientras reviso unas carpetas en el escritorio de Sarah el sonido del ascensor llama mi atención. Espero que sea ella, así podrá decirme dónde están esos benditos balances que no logro ubicar.

-Qué bueno que llegas... esto ha sido un caos desde temprano.

Digo sobre mi hombro mientras sigo buscando.

-¿Y en que puedo ayudarte? ya que te veo muy atareada.

Esa voz odiosa que pensé no volver a escuchar hace que se me suba la bilis. Volteo y la observo de pie junto al recibidor de punta en blanco y tan altanera como solo ella, me mentalizo en lo que le prometí a James y trato de ser lo suficientemente profesional haciendo a un lado lo personal. El repiquete odioso del sonido de sus postizas uñas sobre el escritorio de Sarah me descolocan. Me observa analizándome y por cómo me mira sé que se muere por lanzar su veneno. A mí no me engaña y no sé cómo James la soporta.

-Oh... veo que ya has llegado. Pensé que era Sarah, y no te preocupes ya lo tengo resuelto.

Le señalo el bendito balance que ha aparecido al fin.

-Qué bien, bueno si no te molesta pasare a la oficina de James a buscar unas carpetas que debo hacerle llegar.

-Claro no hay problema ya sabes dónde queda...

Camina y antes de entrar gira sobre sus tacones de aguja que me hacen doler los pies de solo verlos y me observa de nuevo.

-Ya sabes... lo que necesites puedo ayudarte, el pobre de James me llamo tan preocupado y no es para menos, todo se le ha complicado y justo dejar prácticamente sola su empresa es demasiado agobiante para él.

"Prácticamente sola", esa frase resuena en mi cabeza y no sé qué es lo que más me incomoda si el que James se lo diga a ella o el que él de verdad lo piense, porque no es que yo este pintada aquí.

Debo admitir que desde ayer me ha costado un poco hacer todo y solo es porque justo es mucho trabajo... pero con el personal que asiste a Sarah y ella viniendo unas horas he logrado defenderme bien. Decido hacer caso omiso a su comentario y regreso a mi oficina.

En la tarde durante las dos horas que puede quedarse Sarah adelantamos bastante trabajo. Susan ha estado en lo suyo y agradezco que no se le ha ocurrido molestarme. James me ha llamado dos veces solamente para ver cómo voy con todo, ha tenido demasiado trabajo, tanto que regreso al hotel casi a las dos de la mañana exhausto; no podía ni quería dormirme sin saber de el así que aproveche esas horas que esperaba por su llamada verificando todo lo que habíamos hecho en el día.

El miércoles por la tarde me siento muy contenta al darle el ultimo visto bueno al trabajo que he hecho, lo guardo en la memoria externa y lo dejo pegado a la laptop sobre mi escritorio. Me siento algo ansiosa esperando a que James lo revise mañana cuando llegue. Solo faltaría ordenar todo temprano y esperar que salga bien esa reunión.

Antes de salir de la oficina verifico de nuevo los pendientes que me quedan para mañana. Bajo a dar una última ronda antes de marcharme para ver como es el desempeño del personal en su ausencia y me tranquilizo de ver que todo está en perfecto orden.

Aliados por el DestinoWhere stories live. Discover now