Capitulo 22

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Anne:

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Anne:

Ansiosa, feliz, nerviosa... son muchas cosas a la vez. Un mar de sensaciones me tienen dando vueltas en la cama desde que desperté. He estado por unos minutos debatiéndome si salir de aquí o quedarme encerrada para no tener verlo.

Dios... me imagino que he de estar roja como un tomate de solo recordar lo de anoche. Y es que a pesar de que James siempre se encarga de hacerme olvidar de todo entre sus brazos, aun siento cierta vergüenza al pensar en todo lo que hemos hecho. Valor... sí, eso es lo que necesito, no eres una cobarde Anne tu puedes. Respira, respira... hago mis intentos de relajación mientras bajo a la cocina para preparar el desayuno. Los fines de semana Noreen los tiene libre y me toca encargarme de la comida, aunque la mayoría de las veces salimos a comer o pedimos algo a domicilio.

Cuando entro me sorprendo al encontrarme a James por aquí tan temprano, está junto al refrigerador distraído y cuando se da cuenta de mi presencia me dedica esa sonrisa arrebatadora que lo hace lucir irresistible.

Se ve guapísimo y más cuando esta así relajado en casa, en bermudas y camiseta, junto con su aspecto de recién bañado mmm... cálmate Anne de verdad que cada vez es más difícil controlar ese impulso de abrazarlo y besarlo, recorrer con mis manos ese cuerpo hecho para el deleite de cualquiera... gracias a dios que no puede escuchar mis pensamientos.

-Parece que hoy te has quedado dormida...

Interrumpe mi escrutinio mientras me observa muy coqueto con una sonrisa, y si... tiene razón he dormido mejor, me pregunto si tendrá que ver con lo relajada que me siento. Quizás se deba por pasar esas horas junto a él y sus atenciones en la piscina; porque en lo que me metí a la cama caí rendida... pero eso no se lo haré saber.

-Al contrario tú has madrugado... pensé que seguías durmiendo a estas horas.

-Bueno... mi madre me ha despertado, ha venido temprano. Iba para el cementerio a llevarles flores a los abuelos y aprovecho para venir a verme.

-Oh, me hubiera gustado saludarla.

-Tranquila, ella insistió en que te dejara dormir. Ah... y como desperté temprano aproveche de pedir el desayuno, ya debe estar por llegar.

-James... no debiste molestarte podía cocinar cualquier cosa, vas a hacer que me vuelva una perezosa si sigues haciendo eso.

Desde que aclaramos todo ha estado comportándose como un caballero de nuevo, haciéndome sentir una reina con sus atenciones.

-No me importa, ya te lo he dicho me gusta consentirte... no te sientas mal por eso, además hoy te quiero muy descansada.

Me observa sobre su taza de café con un brillo inusual en sus ojos... ¡Madre mía! que calor siento cuando me mira así.

-Saldremos más tarde. Por cierto ¿cómo estas, has dormido bien?

-Sí, muy bien... ¿y tú?

-¡Estupendo! Tenías toda la razón en cuanto a la piscina, es relajante...

Aliados por el DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora