Aliados por el Destino

Capitulo 27

Anne:

-Buenos días Anne...

¡Madre mía! Su voz ronca y gruesa me hace dar un respingo, me acerco con cuidado y noto como ese par de ojos grises me examinan de arriba abajo mientras veo como se formas esas tres líneas entre sus cejas.

Lleva la camisa remangada y un poco abierta, el cabello despeinado sin mencionar como puedo ver, como se contrae cada facción de su rostro de lo tenso que esta, esos ojos grises brillan como dos perlas en la oscuridad, parece un lobo acechando a su presa. 

En cuanto se levanta del sofá se acerca un poco con ese porte suyo alto y varonil imponiéndose ante mí, me hace sentir diminuta... será mejor que me vaya con cuidado, quien sabe si ahora me sale con que va a darme de nalgadas por desobediente, aunque no creo que James sea de esos tipos rudos dominantes... he visto casos.

Doy unos pasos al frente armándome de valor... no soy ninguna cobarde, si Anne... mentalízate tu sólita, como si James no pudiera doblegarme en un santiamén.

-Buenos días James, no pensé verte tan pronto, ¿has regresado hace mucho?

-Lo suficiente como para cerciorarme... de que no suceda algo que complique más las cosas y así evitar terminar asfixiándote con ello.

Dice esto último en un tono tan odioso y observándome de la misma manera. Me da la espalda caminado muy altivo en dirección a los ventanales que dan vista hacia la hermosa Londres y a su trasero muy bien esculpido, si... definitivamente esa es una muy buena vista. Trago en seco en cuanto recapacito, ¡mierda!... concéntrate Anne que el hombre esta como una cabra, sera mejor que hagas algo rápido, ¡pero que! Piensa, piensa...

Camino acercándome a él hasta colocarme a su lado, planto una mano con cuidado sobre su antebrazo tanteando el terreno, no soportaría si me aleja ante su molestia.

-Lo siento James, por lo que dije... no fue mi intención y entiendo que estés molesto conmigo y con toda la razón. Es solo que...estoy cansada de todo esto, de tener que estar escondiéndonos, de verte tan preocupado por toda esta situación, sé que no me lo dices pero es así... y no sabes lo mal que me siento por ello.

No se mueve ni un poco y muero porque me vea, le siento tenso bajo mi mano.

-¿Y por eso esperaste a que estuviera lejos para salir exponiéndote al peligro a ti y a todos? Respondeme una cosa Anne, ¿acaso es mi culpa que todo esto esté sucediendo? ¿piensas que lo hago por gusto? que soy alguna clase de esposo que encierra a su mujer en casa... porque es lo que me has dado a entender con lo que me dijiste.

Suspiro frustrada y me coloco al frente suyo tratando de llamar su atención, pero como es mas alto fallo en el intento ya que ni siquiera se molesta en observarme, elevo una mano hacia su mejilla acariciando ese rostro que tanto amo intentando traerlo de nuevo a mí.

-Eso no es cierto... se perfectamente la razón por la que no puedo hacerlo de momento, pensé que no regresarías tan pronto y la verdad... es que no quería estar sola, el día se me hace eterno sin ti, igual ya vez que no ha sucedido nada. ¡Por favor James!.. ¿Me disculpas?

Inclina el rostro hacia mí observándome con el ceño fruncido, aprovecho que ahora por lo menos me mira y me acerco más apoyando la otra mano sobre su pecho.

-Sé que no es fácil, ¡crees que para mí todo esto lo es!, ¿que también no me siento asfixiado con este asunto? Pero solo lo hago para protegerte... no quiero que te suceda nada lo comprendes, hasta que no resolvamos todo este rollo no estaré tranquilo al verte salir por ahí, si te sucediera algo y no estoy te juro que me volveré loco Anne...