Aliados por el Destino

Capitulo 28

James:

El zumbido constante del teléfono me despierta, intento abrir los ojos buscándolo a tientas y en cuanto reviso veo un mensaje de Ryan avisándome que el helicóptero esta listo para cuando salgamos, ¡mierda! van a dar las dos de la tarde; le envió una respuesta y giro en la cama buscando a Anne pero no esta. Estiro mis brazos y los cruzo debajo de mi cuello relajándome sobre la almohada, sonrió al recordar todo lo que ha sucedido hace horas preguntándome como es que llegamos a esto, como es que James Bradford ha perdido toda razón por una mujer... y como no hacerlo si aparte de preciosa y encantadora es maravillosa en todos los sentidos. Me tiene cautivado cada vez mas, en especial cuando voy descubriendo mejor su manera de pensar y esa alma llena de luz que ilumina mis días.

El sonido de la puerta me saca de mi ensoñación y ahí esta ella la razón de mis delirios, me sonríe mientras trae una taza de café, la deja en la cómoda y se sienta a mi lado observándome y acariciando mi pelo.

-Buenas tardes, ¿como estas dormilón?

Sostengo su mano y le planto un beso. Esta preciosa con el cabello suelto y sus mejillas sonrojadas, ademas de ese brillo de felicidad en sus ojos que no veía hace mucho y que hace que me sienta de alguna forma feliz.

-Muy bien, me ha despertado Ryan para avisarme que todo esta listo para salir. ¿Tu como estas? esperaba encontrarte en cama.

-Bueno... he descansado lo suficiente, pero ya sabes que no suelo dormir mas allá del mediodía por mas tarde que me acueste. Ten, no quiero que se te enfrié.

Me tiende la taza de café y me incorporo un poco, le doy unos sorbos mientras ella me observa atenta y le hago un gesto de aprobación. Desde la primera vez que le indique como me gusta el café no se le olvida, así como cada cosa que me gusta y hace que me sorprenda. Dejo el café en la mesa y le tomo la mano entre las mías besándola justo donde esta la alianza que le entregue el día que me case con ella y que desde entonces puso mi mundo patas arriba, pero que me condenen de por vida a sufrir si para ello es necesario estar a su lado.

-Gracias... ¿te he dicho alguna vez lo hermosa que eres? ademas de lo mucho que me encantas...

Frunce el ceño quedándose pensativa. 

-La verdad es que no... 

-Pues tienes muy mala memoria preciosa, permiteme recordartelo entonces.

Sonríe coqueta y se inclina dejando un reguero de besos desde mi hombro hasta el cuello, tiro de su brazo hasta colocarme encima de ella; ríe protestando y antes de que diga palabra alguna la beso y me corresponde enseguida con pasión enterrando sus manos en mi pelo. Aparto las sabanas deslizando mi mano por su pierna quitando del paso todo lo que me impide sentirla de nuevo perdiéndome por completo e internándome en las profundidades de su cuerpo, ese del cual soy esclavo.

De camino a la casa de campo Anne me va señalando emocionada desde el helicóptero cada lugar y su historia. No había estado aquí desde que vine aquella vez que Will me invito con la excusa perfecta de que conociera mejor a su hija. Para ese entonces pensaba que era una niña caprichosa y millonaria, ese día en cuanto llegue por razones del destino justo estaba en la entrada, hermosa como siempre, derrumbando día a día desde entonces cada uno de los limites que me he impuesto en una relación desde hace años.

-Estamos por llegar, mira... esas son las tierras que recorrimos aquel día. Eso que vez ahí es el limite, mañana debo revisar que todo este en orden y si tenemos tiempo te enseñare un sitio especial; aun no has visto todo.

Me guiña un ojo y sonríe, sigue observando fascinada y me doy cuenta que adora este lugar. Muy dentro de mi siento cierto pesar por su entusiasmo; me pregunto si sera posible que Anne siga sin adaptarse a vivir conmigo y esa es la razón por la que se pone tan feliz al venir a este lugar... Al llegar la ayudo a bajar y diviso a lo lejos a sus amigos y parte del personal que han salido a recibirnos. Nos acercamos a la entrada y saludamos a todos los presentes.