Capítulo 32.

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Hiccup no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. En verdad era Astrid, en verdad ella estaba parada justo en frente de él. Una chispa electrizante recorrió su cuerpo. Estaba feliz, feliz de que ella no se haya ido y haya decidió entrar a verlo. Una débil sonrisa se había dibujado en su rostro mientras que se podía ver un brillo sin igual en sus pupilas. Por otra parte, Astrid sentía como si quisiera salir corriendo de allí. Se había demorado en entrar porque una parte de ella no quería hacerlo pero la otra sí. Estuvo batallando con ambas mitades hasta que al final, respiro hondo y sin pensarlo se adentró en la habitación. El único problema era que no sabía que la afectaría tanto ver a Hiccup de aquella manera. Obviamente no se comparaba en nada con la primera vez que había entrado pero aún así le dolía en el alma. Se notaba que estaba demasiado débil, apenas podía mantener sus ojos abiertos. Una sombra bajo sus ojos se hacía presente y resaltaba gracias a la palidez de su piel. Algo andaba mal con su respiración porque se notaba a simple vista. El respirador nasal que le habían puesto le servía pero solo si él permanecía callado y no se movía demasiado. Se podía ver también que había estado llorando. Sus ojos estaban un tanto rojos y por alguna razón Astrid sentía que los de ella también estaban así. La única diferencia era que Hiccup ya no lloraba más pero ella aún lo hacía. Inmediatamente se secó las lágrimas y se sentó en el mismo banquito que ella había utilizado antes para sentarse. Lo distinto era que ahora el banquito estaba contra la pared, lejos de él, pero ella no le dio importancia y se sentó allí igual.

- Jack dijo que querías hablar conmigo —trato de no sonar seca pero sentía que probablemente él la trataría así.

Él la mira y estuvo un par de segundos tratando de hacer que la voz saliera de su garganta.

- N-no tienes p-porqué a-alejarte de m-mi —con cada palabra tenía que dar una bocanada de aire porque sentía que este no le llegaba a los pulmones. Trataba de respirar profundo pero era inevitable el sentirse agitado.

Astrid se mostró un poco extrañada por el comentario que Hiccup había hecho. Pensó en no hacerle caso pero era inevitable. El verlo en aquel estado tan demacrado le hacía sentir culpa y por ello prefería hacer lo que él le dijera. Se acercó a él pero quedando a mitad de camino, como lo había estado la primera vez. Cuando bajo la mirada, podía ver la mano de él su lado. La misma sensación que antes la había invadido y que le incitaba a tomarla... había aparecido. Pero prefirió no hacerlo.

- Yo solo vine aquí porque Jack me dijo que necesitabas hablar conmigo. Así que por favor te pido que me lo digas de una vez.

La chispa que había en los ojos del joven se apagó al igual que su sonrisa. Ella lo odiaba. Lo odiaba sin lugar a duda y no la culpaba porque en verdad él se había comportado verdaderamente mal pero aun así le dolía en el alma.

- Me dijiste que no volverías... que si yo m-me ponía bien tú te irías de mi lado—los ojos de ella no se apartaban de los suyos—. ¿Por qué volviste?

- Ya te dije que Jack me lo pidió. Además tú eras el que quería hablar conmigo de no sé qué y en verdad siento que estoy perdiendo mi tiempo —se colocó de pie y camino hasta la puerta.

- N-no te v-vayas —le suplico hablando lo más fuerte posible. Observo como ella se detuvo pero sin voltear a verlo—. Te lo suplico... n-no me abandones de nuevo.

Astrid se voltea lentamente para verlo. ¿De qué estaba hablando?

- No tienes ni idea de cuánto grite tu nombre... pero tú jamás me escuchaste—lo parpados se le cerraban pero aun así él seguía luchando para mantenerse despierto—. A-ahora que estoy bien... es mi turno de hablar.

La joven tomo asiento en el banquito sin despegar la vista de él.

- Me escuchaste —fue lo único que logró decir.

Manipulado » Hiccstrid [Adap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora