Capítulo 59 |penúltimo capítulo|

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Tenía los ojos bien abiertos y el corazón le martilleaba fuerte en el pecho. 

¿Por qué le estaban haciendo esto? Le dolía y mucho.

Hiccup aún seguía allí de pie y movía los dedos de la mano mostrando nerviosismo.

Rápidamente, la psicóloga le hizo un gesto con la mano indicándole que se sentara en el sofá junto a Astrid. Él obedeció a la orden y cuando lo hizo, Astrid protestó.

- Me mentiste —le dijo con odio a Susan.

- No cariño, sabes que yo no haría eso.

- ¡Te dije que no quería tener terapia con él! ¿Acaso no lo recuerdas?

- Lo sé, pero escúchame yo…

- Yo fui quien se lo pedí —dijo Hiccup.

Astrid se volteo para verlo y él pudo notar la cara de odio y repugnancia.

- ¿Tú?

- Sabía que no querrías hablar conmigo y se me ocurrió esta idea. Susan no tiene nada que ver en todo esto, yo tengo la culpa.

- ¿Pero aquí? ¿En este lugar?

- ¿Delante de ella? Sí. Quiero que ella nos escuche porque sé que ambos tenemos cosas adentro que ninguno de los dos sabe y quién mejor que ella para escucharlo.

Astrid pasó su mirada por la de Susan y luego volvió a ver a Hiccup. Lo odiaba por haber hecho aquello. Al final se cruzó de brazos y guardó silencio.

- Pueden hablar con toda libertad. Yo no los interrumpiré.

- Yo no tengo nada que hablar con él —dijo notablemente molesta.

- ¡Pero yo sí! —Vio como Astrid lo observó con sospesa—. Ayer fuiste tú la que hablaste y hoy seré yo el que hable.

- ¿Qué tienes para decir tú sobre una extraña como yo?

- ¡Basta! Ya deja de decir eso.

- ¡Tú lo empezaste!

- ¿Y quieres saber por qué? ¿Quieres saberlo? —le gritó con odio.

- ¡Sí, sí quiero! —le respondió en el mismo tono.

Fue entonces cuando Hiccup se calmó lentamente. La observó y ella pudo ver como el aire salía con fuerza por sus fosas nasales. Estaba enfadado.

Agachó la cabeza y para cuando la subió su mirada había cambiado. Se había serenado un poco. Paso la lengua por sus labios antes de comenzar a hablar.

- ¿Tú no tienes ni la mínima idea de por todo lo que tuve que pasar verdad?

- Sí, me lo dijiste aquel día.

- No. No, yo jamás te conté exactamente lo que viví, por todo lo que tuve que pasar y sufrir. ¿Y sabes por qué no lo sabes? Porque no me diste tiempo de contártelo. Pensaba decírtelo, y no para que tuvieras compasión de mí sino que necesitaba contárselo a alguien me entendiera y me quisiera y pudiera contenerme porque había salido recientemente de terapia y estaba mal… —hizo una pequeña pausa—, golpeaba a mi madre, ¿sabías?

Astrid le dedicó una mirada de sorpresa. Hasta el momento sentía que todo lo que le decía era parte del mismo discurso que él anteriormente le había dado pero esa parte, justamente esa última parte había sido omitida anteriormente y le sorprendía bastante escuchar eso.

- Yo... —hizo una leve pausa —, golpee a mi madre en más de una ocasión porque no era capaz de diferenciar quien era bueno y quien era malo. Todo era un lio en mi cabeza y para cuando razonaba la realidad no me daba cuenta de lo que había sucedido. ¿Tienes alguna idea de las veces que insulté a mi familia? Y no eran palabras simples sino que eran fuertes y cargadas de sentimientos. Sentimientos que hacían los hacían llorar. Mi primo jamás se había enojado tanto conmigo. Es normal que entre nosotros surjan peleas y golpes pero son en broma y jamás van en serio… pero esas veces sí lo eran y si no fuera porque sus amigos lo  hacían entrar en razón, hubiésemos terminado a los puñetazos.
Yo creo que si mi padre no tuviese buenos reflejos y sea bastante fuerte hubiese recibida un par de golpes de mi parte. ¿Y todo por qué? Por culpa de alguien que me hizo sufrir un desorden mental y nadie me saca de la cabeza que esa fue idea de Elsa, porque a la única persona que yo jamás golpeaba o insultaba era a ella. Si ella decía que quería agua yo iba por ella porque dentro de mí sentía que necesitaba complacerla, quería volver a tener la relación que teníamos antes y no me daba cuenta de que ella era una maldita perra escurridiza —sus ojos estaban completamente llenos de lagrimas que deseaban salir y Astrid sólo lo miraba sin saber qué cosa decir—, y para cuando logré entrar en la realidad y darme cuenta de las cosas que hacía… ¿sabes lo difícil que es lidiar con eso? le hice daño a un montón de gente que quería y lo único que deseaba hacer en ese momento era morirme... quería acabar con mi vida.

- Cometió intento de suicidio —resonó la voz de Susan.

Astrid rápidamente la miró con desconcierto.

- ¿Qué?

- Una vez lo encontré en la habitación intentando cortarse las muñecas con un cuchillo que le había venido en la bandeja de almuerzo. Después de eso no lo dejé comer solo nunca más —observó a Hiccup con una pequeña sonrisa—, y milagrosamente logré hacer que él borrara esa tonta idea de su cabeza.

Para cuando Astrid miró a Hiccup en señal de alguna respuesta para aquello se notaba que había llorado pero velozmente se había secado las lágrimas.
Ella quiso hablar pero él no la dejo.

- Día y noche pensaba en ti... en lo que te había hecho y cómo viviría con ello el resto de mi vida. Supongo que sí leíste la carta sabrás que soñaba con asesinarte… pero luego logré borrar ese pensamiento y para cuando estuve completamente bien, junte fuerzas dentro de mí para tener el valor de verte a la cara por primera vez después de tanto y no desmoralizarme. Sabía que no intentaría lastimarte pero si se me cruzaba por la mente hacer eso, lucharía y no dejaría que saliera a la superficie porque tú eras muy importante en mi vida y ya estaba cansado de no poder estar con la persona que quiero —respiro profundo. Para ese entonces era Astrid la que comenzaba a sentir el ardor agonizante de las lágrimas en sus ojos. — Estaba algo temeroso en el día del juicio pero aún así sabía que volvería a verte y lo único que yo deseaba hacer era poder estar contigo, sentirte, tocarte, decirte lo mucho que lo sentía. Te vi mal en todo el juicio y sabía por qué era pero yo estaba ansioso de salir de allí y decirte que todo lo que habías escuchado había quedado en el pasado y ahora podríamos intentar algo nuevo tu y yo —hizo una breve pausa para observar—, pero no. En cambio te escuche decir que tú vida hubiese sido mejor sin mí a tu lado, ¿sabes cómo me sentía? ¡Una basura! No podía creer que tú hubieses dicho eso sabía perfectamente que jamás fue mi intención hacerte daño, ¡Yo no planee que me manipularan! Y sí, soy un estúpido por haberme dejado hacer eso pero no era necesario escuchártelo decir. ¿Te piensas que yo no te había escuchado antes? El momento en que pediste un receso y la corte te lo dio yo salí a buscarte porque quería explicártelo todo pero Jack me ganó y gracias a eso pude escucharte decir lo que sentías —vio como la cara de Astrid se desfiguraba—, y esa vez no salía por cobarde pero en la segunda vuelta no lo soporte. ¡Me enojé! Mi mejor amiga, la persona por la que sentía cosas decía eso sobre mí sin siquiera saber por todo lo que había pasado después de eso. Por eso dije lo que dije y exactamente ese mismo día bote todo lo nuestro en la caja y la guardé en el armario porque una parte de mí se arrepentía de lo que había hecho y no quería desasearme definitivamente de ello pero aun así no quería verlo. ¡Tenía que alejarme de ti! Estaba enfadado y con el paso del tiempo me di cuenta de que me iba sintiendo cada vez más culpable pero sabía que no podía dejar que toda esa culpa entrara en mí porque me desmoralizaría y no quería eso. Es por ello que lo oculté todo con una capa de odio y les dije a todos los que me conocen que no me hablar de ti porque sabía que terminaría mal pero si me hubiese enterado por todo lo que estabas pasando hubiese dejado todo y correría para estar contigo porque tú no te mereces estar pasando por lo que yo pasé —para entonces ya estaba llorando nuevamente—, no te lo mereces.

- No quería que se preocuparan por mí.

- ¡YA DEJA DE PENSAR EN LOS DEMAS! —grito con fuerzo y eso provoco que Astrid diera un pequeño brinco—. Tú no puedes opinar porque no estás dentro de su cabeza. Entiendo que no me lo hayas querido decir después de lo que te hice pero Jack… ¡dios santo! Jack se volvió en alguien importante para ti, ¿y tú se lo pagas no diciéndole lo que te pasa?

- ¡Ya te lo dije! Él sufrió mucho por mí y solo quería que fuese feliz y dejara de preocuparse por mí por un tiempo.

- Ese es problema de Dean. Si él decide dejar de ser feliz allá él, si quiere preocuparse por ti es asunto de él, ¡tú no decides lo que él debe hacer! Por esta misma razón fue que tú te enfermaste, ¿no es así? Dejaste que todo se acumulara y para cuando salió no lo pudiste controlar.

- ¿Cómo lo sabes?

- Susan me lo contó... pero para serte sincero yo ya me lo había imaginado. Te conozco demasiado bien como para darme cuenta solo de las cosas.

- Entonces te darás cuenta de que yo ya no quiero seguir con esto.

Mmmm, ¿qué opinan?
Perdón por la tardanza 🙃
Ya se viene el final, ¿debería subirlo pronto?
Perdonen que haya otros nombres, no me doy cuenta de ello y a veces el autocorrector lo corrige.

Manipulado » Hiccstrid [Adap]Where stories live. Discover now