Capítulo 51

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El abogado acusante se colocó de pie y miró al señor juez con un rostro firme y serio.

- Queremos solicitar nuevamente la presencia de la señorita Arendell en el estrado, su señoría.

El juez asintió y le hizo una seña a Elsa para que ésta subiese al estrado. Astrid, quien en aquellos momentos estaba sentada en ese preciso lugar, se colocó de pie y camino nuevamente hacia su lugar en el escritorio de madera pero para su mala suerte tuvo la desgracia de cruzarse cara a cara con Elsa. En aquellos momentos a ninguna de las dos les importaba que la audiencia y los demás vieran sus actitudes de odio y desprecio. Se miraron muy seriamente y se podría decir que entre medio de las miradas se generaban chispas que si no fuera porque Elsa aparto la mirada para subir al estrado, aquellas chispas se hubieran convertido en fuego.

Astrid tomó asiento en la mullida silla giratoria de cuero negro y pudo ver como entre Hiccup y el abogado se habían generado un par de miradas sospechosas. ¿Acaso habían estado planeando algo? La mirada de Astrid se enfocó en el rostro de Hiccup pero éste no la miro en lo absoluto. Estaba demasiado concentrado en ver qué era lo que hacía su abogado.

- Dígame señorita Arendell. ¿Qué fue lo que más le atrajo del señor Haddock?

- ¡Objeción! —Grito el abogado de Martina—. Su señoría, ¿esto qué tiene que ver con el caso?

El juez observó al abogado acusador con cara de pocos amigos. Le parecía correcta la pregunta que acababa de generar el abogado de Elsa.

- Le aseguro que tengo un punto.

- Muéstrelo rápido —gruñó el juez.

El abogado observó a Elsa haciendo una seña con la cabeza en señal de que esperaba una respuesta por su parte.

- Bueno, yo lo conocí porque sus padres conocían a los míos y en uno de los viajes que hicieron lo conocí. Recuerdo que la primera vez que lo vi me pareció muy atractivo. Tal vez un poco tímido pero me atrajeron muchos sus ojos verdes y su personalidad misteriosa. Estaba dispuesta a saber más sobre él y es por eso que me acerque para conocerlo mejor y definitivamente, lo poco que lo conocí aquel día me basto como para darme cuenta de que me había enamorado de él. Después de eso nos pasamos nuestros números telefónicos y e-mails... y bueno, definitivamente me enamoré por completo de él.

- ¿Tanto así que se mandó a mudar a su ciudad y a concurrir a su escuela?

- Así es —confirmó con una sonrisa.

- Y dígame, ¿Qué fue lo que sintió cuando se enteró de que el señor Haddock tenía una amiga muy especial?

- ¿Disculpe?

- ¿Me expresé mal? Me refería a que por lo general existen algunas jóvenes que cuando se enteran de que la persona a quien aman tiene una mejor amiga con la que compartieron muchísimo más juntos de lo que ustedes lo han hecho... genera una cuestión de celos.

- Pero yo no estaba celosa —dijo con expresión y tono de lo más natural—. Comprendía muy bien que él y ella eran mejores amigos y no tenía por qué ponerme mal.

- Pero aun así, al principio, usted se daba cuenta de que él se dividía en dos para estar con sus amigos por un lado y luego para estar con usted.

- Así es.

- ¿Y por qué? ¿Por qué era este tipo de división?

- Amm... —se removió un poco en su asiento—. Bueno, él tenía algunas... ¿Cómo se dice?... 'costumbres' —dijo haciendo comillas—. Que acostumbraba a hacer con sus amigos a menudo y yo no quería interferir en eso.

Manipulado » Hiccstrid [Adap]Where stories live. Discover now