Capítulo 36.

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Desde aquel día a Hans se le hizo muchísimo más fácil manipular a Hiccup para que éste creyera absolutamente todo lo que él le decía. Lo hizo desconfiar de su familia, de sus amigos y de Astrid. Días después le hacía creer que él había inventado todas esas cosas confundiendo al joven hasta el punto en que Hiccup comenzó a pensar que ellos no eran malos, pero luego Hans volvía a su rutina de hacerle creer que estaba inventando cosas y así siguió hasta que Hiccup tuvo un quiebre y prácticamente perdió la cabeza. En todo aquel tiempo que Hans iba a visitarlo, los policías le habían prohibido a familiares, amigos o conocidos —salvo por sus padres—, que entrar a ver a Hiccup ya que estos podrían decirle cosas que hicieran confundir al joven y desviarlo del tema.

Como los padres de Hiccup eran los únicos que podían entrar de vez en cuando para asegurarse de que todo anduviese bien con su hijo, se dieron cuenta de que algo raro estaba pasando. Había días en los que él prácticamente los sacaba a patas de la habitación, mientras que otros días los traba con amor y dulzura. Sus padres comenzaron a preocuparse un poco debido a que el comportamiento de su hijo era verdaderamente extraño. Pensaron que posiblemente Hans tenía algo que ver en todo aquello pero éste —mediante manipulamiento—, los hacía creer que todo andaba bien. Que Hiccup actuaba así solo porque estaba algo estresado.

Una semana pasó y Hans estaba en la recepción del hospital llenando unos papeles. Había una enfermera acomodando algunas carpetas y entre ambos habían comenzado una conversación. En el momento en que la enfermera se iba, Astrid llegó al mostrador para preguntar si sabían dónde se encontraba el doctor que había atendido a Hiccup para saber cuándo era que lo iban a dar de alta, pero como la enfermera se había ido recién decidió quedarse a esperar para ver si llegaba otra. Ella aún no conocía al psicólogo de Hiccip, solo tenía la descripción que Valka le había hecho pero en ningún momento lo había visto. Sus ojos se desviaron hacia el hombre que estaba a su lado llenando papeles. Se veía muy apuesto.

Pensó que si tuviesen la misma edad, y ella no hubiese conocido a Hiccup posiblemente se hubiese enamorado de él. Hans termino de firmar una hoja y la hizo a un lado para luego firmar otra hoja. Por alguna razón la mirada de Astrid se desvió a la hoja que había quedado cerca suyo y observó el título del documento. 'PSIQUIATRÍA' Continuó leyendo disimuladamente hasta el punto en que sus ojos leyeron algo que le dejo completamente paralizada. ¿Era verdad lo que allí decía? De todo aquel palabrerío lo único que entendió fue dos cosas. 'HICCUP HADDOCK' y 'DESORDEN MENTAL' Sintió como las manos le temblaban. No, aquello no podía ser real. Hiccup no podía padecer un desorden mental, él había estado completamente bien la última vez que lo vio.

¿Qué diablos fue lo que sucedió?

Sintió como sus ojos se humedecieron y por un momento su cerebro se puso a pensar que tal vez no se trababa del mismo Hiccup pero sus sospechas cambiaron cuando más arriba leyó los nombres de los padres del joven. Inmediatamente su mirada se concentró en aquel hombre de cabello rojizo.

- ¿Usted es el psiquiatra de Hiccup Haddock? —trato de no sonar desesperada pero le fue imposible.

- Sí, soy yo. ¿Quién pregunta?

- Soy Astrid Hofferson, y yo soy amiga de él.

'Con que tú eres la famosa Astrid de la que Elsa tanto me habla' pensó Hans.

- Un placer conocerte Astrid —dijo sonriente.

Astrid tomo la hoja que había estado leyendo y se la enseñó—. Estas cosas que están escritas aquí... son mentira, ¿Verdad?

Hans tomo la hoja y entrecerró los ojos para leer lo que allí decía. Cuando termino de leer le devolvió la hoja a la joven.

- No, es verdad.

El rostro de la joven empalideció.

- N-no... no, no puede ser verdad. La última vez que vi a Hiccup él estaba completamente bien. Es imposible que en dos semanas haya sufrido un daño mental.

- Te sorprenderían todas las cosas que les ocurren a las personas en tan solo dos semanas.

- Pero están mal.

- ¿Crees que estoy mintiendo? —dijo Hans algo molesto.

- No, solo digo que es raro que a una persona le ocurran estas cosas en tan poco tiempo.

- Pues yo soy psicólogo y puedo asegurarte de que sí se puede —toma las hojas que había estado firmando y las acomoda rápidamente—. Con tu permiso —y se marchó de allí.

Astrid no perdió más el tiempo allí subió rápidamente a la habitación de Hiccup. Cuando iba caminando por el pasillo escuchó unos gritos y a continuación vio a Valka salir de la habitación del joven. Varias lágrimas caían por su rostro a la vez que sus oídos pudieron escuchar las últimas palabras que Hiccup gritó.

'Te odio'.

- ¡Valka! —gritó la joven acercando a la madre de Hiccup.

Cuando Valka la vio corrió a su lado.

- ¿Qué sucedió?

- Es Hiccup... —se notó a simple vista como le costaba hablar del estado del joven. Le dolía en el alma y Astrid podía entenderlo. Debe ser horrible que tu propio hijo te desprecie—. Volvió a comportarse extraño. Primero estaba bien y luego, de la nada comienza a insultarme y a gritarme.

- Por favor dime que lo que acabo de leer en el acta del psicólogo es mentira —le preguntó con lágrimas en los ojos.

Valka dejó escapar un par de lágrimas antes de menear la cabeza. Aquel gesto fue suficiente como para que Astrid entendiera de una buena vez de que efectivamente Hiccup tenía un desorden mental.

- No... no, no puede ser verdad. ¡Es mentira!

- Yo quisiera lo mismo pero es la verdad. Hiccup dejó de ser Hiccup y ahora me sugirieren de internarlo en una clínica psiquiátrica.

- Pero... ¿Cómo? Valka, es imposible. Tú sabes que él estaba perfectamente bien, ¿Cómo es posible que haya cambiado tan rápido?

- No lo sé... su psiquiatra dice que él había tenido lagunas en su mente y que lentamente las fue recuperando pero por alguna razón llego un momento en que comenzaba a hablar incoherencias o afirmaba cosas que eran mentira.

- ¿Y a que clínica lo llevaran?

- Lo internaremos en la clínica psiquiátrica donde trabaja Hans, su psicólogo.

- ¿Qué?

Por alguna razón a Astrid no le agradaba para nada aquella idea. Había conocido a Hans por un lapsus muy corto pero eso le basto como para que desconfiara de él. Nadie podía quitarle de la cabeza que algo le habían hecho a Hiccup para que él actuara así.

- No puedes internarlo con él.

- ¿Por qué no? Él es un buen psicólogo.

- Confía en mí. Algo raro pasó desde que él llego... no me gusta.

- Astrid, lo lamento pero la decisión ya está tomada. Hans seguirá siendo el psicólogo de Hiccup.


¡¿Qué pasará?! ¿Hans y Elsa se saldrán con la suya?

Una semana y adiós escuela :D
Pero luego 'hola recursa' :(
Aiuda

Manipulado » Hiccstrid [Adap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora