Capítulo 43.

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El tiempo pasó y a medida que pasaba Hiccup iba mejorando cada vez más.

Los padres de Hiccup pudieron darse cuenta de su cambio cuando iban a visitarlo. Anteriormente él siempre los recibía bien y terminaba echándolos o empezaba tratándolos mal y al final los trataba bien. Pero eso comenzó a acabarse e Hiccup comenzó a hablarles bien, con cariño y amor... y a veces con dolor. Dolor porque sentía absolutamente todo y le dolía en el alma todo lo que les había hecho a sus padres. También su tío y primo pudieron notar su cambio y agradecieron a Dios por hacer que Hiccup volviera a la normalidad.
Igualmente Hiccup seguía siendo asistido por su psicóloga y con cada sesión ella sacaba más y más información que luego era entregada a la policía y estos hacían su trabajo para que al momento del juicio tuviesen herramientas con las cuales culpar a Elsa.
Con cada sesión Hiccup se abría más y había ocasiones en las que el dolor era demasiado grande y terminaba llorando. Hubo días en los que tenían que suspender las sesiones debido a que él no podía continuar.

Los días eran un tanto aburridos y la psicóloga había decidido encontrar formas de entretenimientos para que Hiccup no estuviese solo ni un segundo para evitar que la depresión lo consumiera.

Sus padres siempre iban a visitarlo. De vez en cuando asistían algunos familiares como tíos y primos que mantenían al joven entretenido y contento, pero cuando el momento de visitas terminaba, su psicóloga le había dicho a Hiccup que escribiera cómo se había sentido aquel día luego que escribiera un día que el recordara en dónde haya sentido o vivido algo similar. 

Al final, la psicóloga se dio cuenta de que a veces, Hiccup no se abría del todo con ella y por ello le mando a escribir absolutamente todos los momentos que recordaba después de que él fue novio de Elsa. Al otro día el debería de llevar lo que había escrito y hablar de ello. No tenía porque decir todo pero a medida que las sesiones avanzaban él comentaba cada vez más y más hasta que al final termino diciendo todo lo que había escrito.

En ningún momento se sintió confiado de recibir a Jack y mucho menos a Astrid.

Los padres del joven se habían encargado de avisarles a ellos que Hiccup estaba progresando cada día más pero Astrid no creía absolutamente nada. Él podría estar mejorando pero ¿quién no le dice que al final él vuelva a maltratarla? No quería pasar por lo mismo otra vez y por ello prefería quedarse con el pensamiento de que Hiccup nunca volvería a ser el mismo de antes.
Por otra parte, Jack creía lo que los padres del joven le decían pero desafortunadamente nunca pudo ir a verlo.

- Esa pelea no tiene nada que ver —dijo en tono serio.

- Pues para Hiccup sí. Eres su mejor amigo y pensar que estuvo a punto de matarte lo hace sentir peor.

- Pero ya nos habíamos disculpado.

- Lo sé... pero él no.

Jack puso cara de sorpresa. ¿Qué era lo que había dicho?

- Hiccup no recuerda absolutamente nada de lo que vivió en el hospital. Lo único que sabe son los momentos de pelea que tuvieron. 

Era completamente ridículo que él no recordara absolutamente nada de los días buenos que pasó en el hospital. No podía creerlo.

Un día, la psicóloga y Hiccup estaban en una de sus sesiones normales cuando de pronto Hiccup comenzó a sentirse un poco incomodo. Había escrito algo en su hoja que lo hizo arrepentirse y a la vez sentir temor de decirlo.

- ¿Qué sucede Hiccup? ¿Hay algo más que quieras decir?

Hicccup observó la hoja que tenía en su mano y observo el último párrafo que había escrito. En su cabeza pasaba la frase "No, nada más", pero lamentablemente sus labios pronunciaron otra cosa.

- Sí...

- Entonces dime... ¿De qué se trata?

El joven observó seriamente a su psicóloga.

- Tengo miedo...

- Sabes que yo no te juzgaré mal. Estoy aquí para ayudarte, no tienes por qué tener miedo. Además, sabes que si no quieres decirlo no tienes por qué decírmelo.

- Pero esto no puede esperar. Necesitaba quitármelo de encima desde hace mucho y recién ahora me anime a escribirlo.

- ¿Por qué esperaste tanto tiempo?

- Porque tenía miedo de decírselo. Sabía que todo lo que escribiera en esta hoja tarde o temprano tendría que contárselo y pensaba no escribirlo pero ya no aguantaba más..., ya no soportaba la carga de llevar este secreto dentro mío y no tuve más remedio que escribirlo.

- Entonces... ¿Te gustaría contarme ese secreto?

Hiccup dudo un poco, definitivamente no quería decírselo. Nada sabía aquello... o tal vez sí. Los policías lo sabían pero no le encontraban explicación al resultado final. Los padres de Hiccup también lo sabían debido a que los oficiales tuvieron la obligación de decírselos y los únicos testigos eran Jack y Astrid.

- Es sobre... sobre el día en que yo recibí los disparos.

La psicóloga se mostro bastante sorprendida. Los oficiales le habían contado aquella historia y en verdad le parecía fascinante poder escucharla de boca de unos de los participantes.

-Recuerdo que Elsa tenía el arma y estaba apuntando directo a Astrid. Ella no se movía, estaba inmóvil. Jack se encontraba a mi lado y yo en lo único que podía pensar era en que Esa estaba terminando el trabajo que yo no pude hacer. Pero cuando vi que Jack se colocaba delante de Astrid para protegerla yo... yo por alguna razón recordé a mi verdadero amigo. Recordé absolutamente quién era él y las cosas que había hecho por mí. Cosas que antes había reprimido de mi mente pero no estaban tan atrás. Por alguna razón yo siempre supe que Jack era un buen amigo pero lo cubría con una tela de mentiras.

- Una tela que Elsa te hizo creer.

Hiccup asintió.

En aquellos momentos Hiccup no miraba a la psicóloga. No se sentía cómodo haciéndolo y por ello prefería mirar el suelo.

- Y cuando viste que tu amigo estaba a punto de morir tú... decidiste salvarlo.

- Me di cuenta de que esas mentiras no eran verdad y el solo hecho de pensar que él estaba a punto de morir sin siquiera merecerlo me carcomió por dentro y tuve que hacer algo.

La psicóloga escribía en una planilla que llevaba siempre consigo todas las cosas que el joven le contaba. No se perdía de ningún detalle y este tema era crucial. Después de todo en aquel momento Hiccup se había dado cuenta de una de las mentiras de Elsa.
Ya tenía una respuesta para los oficiales.

- Y luego de eso... ¿Qué sucedió?

- Corría hacia donde estaba él y lo aparte del camino. Yo iba a hacer lo mismo pero cuando la vi a ella yo... no sé por qué no pude moverme.

- ¿A ella quién?

- A Astrid —dijo observando a la psicóloga—, supongo que fue en ese momento en que me di cuenta de la verdad... pero no del todo.

- ¿A qué te refiere?

- Ahora me doy cuenta que había sido Elsa la que me manipuló para ponerme en contra de Astrid. Pero en aquel momento yo no lo sabía y pensaba que yo solo me había puesto en su contra. No me daba cuenta que Elsa me había manipulado con ella.

- Pero la recordaste. Aunque ella menciono en una declaración que en cierto momento tú la rechazaste.

- Eso solo lo hice porque no quería que me viera morir. ¿Qué sentido tenía pedirle perdón allí mismo? No me daba la cara para decírselo, por eso se lo pedí a Elsa pero ya veo que ella nunca se lo dijo.

- Sí, te entiendo... pero hay algo que no comprendo. ¿Por qué no querías contarme esto? No tiene nada de malo.

- Es que en verdad esto es solo una parte. No tengo miedo de esto tengo miedo de lo otro.

- ¿Qué otro?

- Se que Elsa me manipuló para hacerme creer un montón de mentiras, para hacer que yo asesinara a Astrid sin piedad... pero la verdad es que—sintió como los ojos se le aguaron y un nudo en la garganta se le formó—. La verdad es que yo sí quería matarla.

- ¿Perdóname? —dijo bastante sorprendida.

- Muy dentro de mí yo sentía que estaba bien asesinarla. Quería hacerlo. Y...y siento que esto no tiene que ver con la manipulación. El darme cuenta justo en aquel momento cuando la vi de que yo la odie tanto que en verdad deseaba matarla... fue demasiado para mí —limpio algunas lágrimas que corrían por su rostro—. Por las noches pienso que si yo nunca hubiese estado bajo la manipulación de Elsa... tarde o temprano la hubiese matado.

- No. Hiccup eso no es verdad. El odio que sentías fue implantado por Elsa y ese deseo es solo el producto. Nada de lo que sentiste fue real.

- Entonces explíqueme ¿por qué hasta el día de hoy sigo soñando con que soy su asesino?





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Manipulado » Hiccstrid [Adap]Where stories live. Discover now