Capítulo IX

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N/A: Agradezco las hermosas imagenes de cover que hacen mis lectoras saben que amo y aprecio su dedicación y cariño para la historia. Disfruten de la lectura, COMENTEN mucho sus ideas y sus conclusiones. Muchos besos.

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**CANCIÓN SUGERIDA: Never Say Never- The Fray

LONDRES, INGLATERRA

PRINCIPIOS DE JULIO DE 1713

—Extravagante, ¿cierto? —dijo la voz de una mujer interrumpiendo la meditación de otra al admirar una pintura. Ambas se vieron a los ojos y una sonrisa un tanto irónica apareció en el rostro de la que acababa de unirse.

—No creo que exista nada en esta casa que no demuestre extravagancia, milady.

—Sin duda alguna, pero debo admitir que existe en mí una duda muy grande acerca de todo pequeño detalle, pintura o pieza de arte que existe en este mausoleo—una risita llenó la sala mientras la música se escuchaba fuerte y algunas parejas hacían sus pasos de baile en el hermoso y sobrecargado salón.

—No creo que a Lord Cliffin le guste que se refieran a su mansión como mausoleo. Sin embargo debo admitir que la palabra sin duda alguna describe acertadamente el lugar. Un tanto lúgubre y sobrecargado.

—Justo lo ideal para una momia como lo es Lord Cliffin—dijo la otra mujer provocando que la otra la viera con sorpresa ante su lengua suelta—. No me mire así, milady—le sonrió con picardía—. Yo sé que usted también lo piensa pero no lo dice por ser educada. Sin embargo, yo no soy tan dada a las mentiras por ser políticamente correcta.

—Me doy cuenta de eso—dijo la mujer extendiendo su mano para estrechar la mano enguantada de la otra mujer—. Soy Camila Strafford.

—Encantada de conocerla, milady—murmuró la mujer viéndola fijamente a los ojos mientras tomaba su mano. El sentimiento que se extendió en su cuerpo al sostener la mano de la mujer era imponente. Una mujer que jamás había visto en su vida pero con sus palabras inteligentes y su lengua afilada había llamado su atención en un baile aburrido como en el que estaba.

El baile se había vuelto sofocante y Camila había optado por admirar las pinturas rechazando graciosamente algunas invitaciones a bailar mientras la mirada severa de su madre se clavaba en ella.

—Mi nombre es Michelle—dijo la mujer con una sonrisa fascinante y con un vestido de color verde olivo que resaltaba el verde de sus ojos—. Michelle Dawson.

Los ojos de Camila se abrieron con sorpresa al escuchar el nombre y rápidamente se puso derecha.

—Lady Dawson—dijo en modo correcto haciendo una pequeña reverencia, pero la sonrisa fácil de la mujer y sus ojos centellantes de alegría la relajaron de inmediato. Estaba frente a la hija de Lord Dawson, Conde de Egmont. Uno de los hombres más ricos de toda Inglaterra.

—Solo Michelle—dijo ella observándola fijamente y restándole importancia a su título como si no valiera nada—. No creo que existan formalidades entre nosotras, milady.

—Solo Camila—bajó la mirada—. Solo soy la hija de un comerciante, Lady Dawson.

—Conozco el trabajo de su padre—dijo ella muy segura—. Ha trabajado en mis tierras y sus consejos sobre el crecimiento agrícola han dado grandes frutos en Egmont. Mi padre lo estima mucho, por lo tanto no creo que deba existir ese lazo de formalidad. Me acerqué a ti porque me parecías interesante y tan sumamente aburrida como yo me encuentro en este momento—dijo más suavemente haciendo que una sonrisa adornara el rostro de Camila al escucharla tutearla y dejar las formalidades de lado—. Así que me gustaría poder hablar contigo el resto de la noche si no te molesta—dijo cómplice—. Además tengo que huir de todos estos buitres burócratas que quieren caer sobre mí para comerse hasta el último centavo de mi fortuna. No puedes permitir eso, ¿cierto?

The Midnight Chronicles TrilogyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora