Capítulo XIV

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**CANCIÓN SUGERIDA: "The Power of Love- Gabrielle Aplin"

LONDRES, INGLATERRA

HYDE PARK

MEDIADOS DE JULIO DE 1713

Cada día que pasaba mi ilusión por ella crecía y era incapaz de parar mis sentimientos. Estaba poseída por un sinfín de sensaciones que arrancaban mi alma al saberlas imposibles. Mi corazón moría un poco cada día al sentirla cerca de mí, pero al mismo tiempo saber que debía estar lejos. Era esclava de su belleza, de sus ojos, de su boca, de sus manos; aunque ninguna de estos fueran realmente míos. Mi objetivo de vida era su sonrisa y mi cuerpo ardía por tenerla junto a mí.

Era una mujer poseída. Una mujer a la que le habían arrancado su alma para crear un sucio juego del destino. Un sucio juego en el que jamás podría ganar, porque jamás la tendría a ella. Anhelaba tanto su contacto, su sonrisa; que buscaba cada excusa para estar con ella, desde la más simple clase de pintura, hasta la más sofisticada fiesta de gala. Mi temporada de presentación estaba cerca y como cualquier otra mujer tendría que buscar a un candidato a esposo. Pero... ¿Cómo casarme con alguien si mi corazón pertenecía a otra persona?

¿Sería justo terminar de matar a mi corazón al imposibilitarme de sentir? ¿Cómo iba a sobrevivir el próximo año cuando ella tuviera su debut en sociedad y alguien me la arrebatara como ave a la cual arrancan de su nido? ¿Cómo podría existir en este mundo tan absurdo y abrumador un alma que pudiera amarla más que yo? Me era imposible solo imaginar ese amargo desenlace.

Nuestra historia se había vuelto imposible. Nuestro amor solo era un espejismo de mis propios sentimientos porque no había una realidad si solo sentía una persona. Que dolor más grande el saberme incapaz de extender mi mano y tomar la suya compartiendo un día común. Que enferma herida carcomiéndome el alma cada vez que la necesidad de tener mis labios sobre los suyos me invadía. Oh, mi corazón dolía con cada mirada que me proporcionaban sus ojos de ensueño.

Oh, cruel destino que le diste a mi alma un camino imposible de cruzar. Un camino lleno de obstáculos y de interminables dolores que me hacen imposible alcanzarla. ¿Por qué juegas conmigo de esta forma? ¿Por qué la vida me hace conocer el sentimiento del amor y me lo arrebata tan cruelmente al impedirme expresarlo? Un amor que tengo que callar por miedo a no ser comprendida, por miedo a que ella me rechace y se aleje de mi vida. Un amor que ante el mundo es una abominación del demonio en nuestra sociedad, pero que para mí es lo más hermoso. Mi corazón abatido y necesitado no entiende razones y a pesar de sufrir no puede alejarse. La busco sabiendo que con cada mirada que cruce con su bello rostro es una herida más para mí ya moribundo corazón.

—Michelle—la escuché hablarme y todos mis instintos fueron hacia ella. Las dos compartíamos una manta en nuestro lugar secreto escondidas entre los arbustos de Hyde Park y alejadas de las miradas, y allí estaba yo muriendo porque mi amor no fuera reflejado en mi rostro—. ¿Qué pasa? —me preguntó e internamente solo pude decir que lo que me pasaba era que estaba totalmente atrapada en las redes del amor—. ¿Te sientes mal? Está empezando a hacer un poco de frio ¿Quieres que emprendamos nuestro viaje de vuelta? Aun no te recuperas del todo.

Su mano tocó la mía y mi corazón vibró. Desde el episodio de mi enfermedad ahora ella se quitaba los guantes siempre estando conmigo y yo hacía lo mismo. Sus manos tocaban mi piel sin barreras y yo debía de contener mi corazón de enamorarse más y más. Porque aquello era amor, lo sentía, lo vivía.

Aquella sensación de plenitud que encontraba con ella no podía ser más que un sentimiento sobrenatural y embriagador y tan poco real en nuestro tiempo de apariencias y de conveniencias. Pero el mío era real. Tan real como el dolor y las heridas que lo acompañaban.

The Midnight Chronicles TrilogyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora