☀️ Algodón de azúcar ☀️

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JaeBum se imaginó muchos escenarios que podrían presentarse al llegar al departamento de YoungJae y sus amigos; que no le abrieran la puerta, que YoungJae lo echara o peor aún, llegar y que todo estuviera perdido sin siquiera poner un pie dentro. Pero definitivamente nunca cruzó por su cabeza lo que realmente sucedió segundos después de que BamBam abriera la puerta; si se ponía a pensarlo (aunque ya era tarde) tenía mucho sentido.

Si él no dudó en golpear al bastardo que osó con lastimar a JinYoung frente a él en octavo grado ¿por qué YuGyeom dudaría en golpearlo a él por lastimar a YoungJae?

  — ¡Maldita sea, YuGyeom! ¡No! — exclamó BamBam asustado al ver como su novio hacía ademán de golpear por segunda vez al mayor, quien aún sin poner un pie dentro del departamento recibió un puñetazo en el rostro por parte de YuGyeom.

  — Te lo dije ¿o no, hyung? — habló el azabache detrás del tailandés, el cual se había logrado meter entre ambos para alejar al más alto. — Estoy seguro haberte dicho lo que pasaría si llegabas a ser el culpable de una sola lágrima en YoungJae ¡¿te lo dije, o no?! — bramó viendo como JB se sostenía del marco de la puerta para ponerse de pie, limpiándose con la manga de su sudadera las pocas gotas de sangre que habían brotado de su labio.

  — No vine aquí a pelear contigo, YuGyeom. — respondió JB intentando no lucir débil, dolido. No negaba que el hecho de que YuGyeom, su preciado dongsaeng, lo mirara de esa forma después de golpearlo directo en el rostro no lo lastimara. Más allá del dolor físico.

  — Me importa una mierda a que vengas, vete.

  — YuGyeom ...

  — No te metas, Bam.

El peliblanco se mordió el labio con angustia.

  — ¿Podrías calmarte? — dijo JaeBum zafándose del brusco agarre del menor en su sudadera.

  — No me pidas que me calme después de que fui testigo del como hiciste que YoungJae se apagara en segundos.

  — YuGyeom, ya basta. — lo interrumpió BamBam tratando de llevárselo.

  — ¡Dije que no! — bramó zafándose del agarre del peliblanco. — Atrévete a decir de nuevo lo que le dijiste, como si sus sentimientos fueran de plástico.

JB apretó los puños a sus costados. Cada palabra le hacía una nueva perforación en el pecho, pero joder ... él sabía que todo lo que YuGyeom estaba diciendo era verdad.

  — Gyeomie, es suficiente.

Una áspera voz detrás de ellos los hizo girarse.

JaeBum nunca se había odiado tanto a sí mismo hasta ese momento, en donde la mirada caída de YoungJae junto a la neutralidad de su rostro lo habían hecho caer con fuerza a la realidad. Realidad en la que había lastimado a aquello que se había jurado proteger.

  — Gracias por defenderme, Gyeomie. Pero puedo defenderme solo.

  — Pero, YoungJae ...

  — Pero nada, YuGyeom. — lo interrumpió el castaño.

BamBam miró a su mejor amigo, buscando alguna respuesta. Un ligero asentimiento de cabeza le fue dado.

  — Ya escuchaste, Gyeom. — dijo el tailandés. — Ahora muévete. — ordenó empujando al menor fuera del departamento. Antes de salir se detuvo momentáneamente junto a JB para susurrar: — Primera y última vez que meto las manos al fuego por ti, hyung. — dicho esto cerró la puerta detrás de sí.

El silencio reinó en el departamento por unos cuantos minutos, los cuales fueron una tortura para ambos.

JB respiraba con pesadez viendo el rostro desvaído de su menor junto a lo hinchado de sus avellanas ojos, los cuales habían virado a un débil carmesí a causa de las lágrimas que, por más que había intentado detener, no se detenían bajo el recuerdo de la fría voz de JaeBum a través del celular.

SUNSHINE ☀️ 2JAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora