☀️ Cerezas ☀️

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YuGyeom movía inquieto sus pies, sentado en la sala de espera del aeropuerto. Estaba ansioso. ¡Su chico por fin volvía a Corea! Sólo habían sido 8 días, pero los sintió eternos.

Nota mental de YuGyeom: no burlarse otra vez de YoungJae cuando extrañe a su Bumie.

  — Uh, disculpa. — YuGyeom levantó la vista a la chica que lo llamó. — ¿Sabes si los pasajeros de Los Ángeles entraran por esta puerta?

  — Tengo entendido que son los de un avión de Tailandia y uno de Tokio.

  — Pero ... el de Tailandia llegó por la puerta ocho, vengo de allá. — dijo la chica, entre una risa nerviosa.

  — ¡¿Qué?! En la entrada decía que los tailandeses estaban de este lado.

  — Uh sí, los artículos y mapas tailandeses. — la chica señaló un pequeño puesto junto a una cafetería. 

Nota mental de YuGyeom: consultar con Markie hyung como funcionan los aeropuertos.

  — ¡Aish, diablos! Gracias por el dato. — YuGyeom se inclinó un poco a la desconocida antes de empezar a correr hacia la puerta que ésta le había mencionado.

Cuando iba a medio camino, sus ojos captaron a alguien que llamó su atención. Este sujeto se encontraba dentro de una cafetería, sentado en una de las sillas viendo su celular.

Y joder, YuGyeom lo consideró el chico más hermoso que sus ojos hayan visto.

  — ¿Puedo saber tu nombre, chico pelinegro?

Éste rió, quitándose los lentes de Sol.

  — Para ti, soy Papi.

YuGyeom rió también antes de lanzarse a los brazos abiertos del precioso azabache.

  — Nunca dejas de sorprenderme, BamBamie.

  — Pero luzco increíble. ¿O no? — sonrió BamBam, acariciándole el cabello a YuGyeom.

  — Sí, en verdad que sí. Te ves tan hermoso y genial y ... súper lindo y guapo y-

  — No me hagas comerte la boca enfrente de toda esta gente, así que guarda todo eso para después.

  — ¡Bam!

  — Ese soy yo. — sonrió coqueto. — Te extrañé tanto, amor.

YuGyeom se mantuvo acurrucado en BamBam sobre el sofá doble de la cafetería, aspirando el delicioso aroma de BamBam combinado con el toque amargo del café, disfrutando de las caricias que su chico repartía por su cabeza y de vez en cuando por su rostro.

A YuGyeom no le costaba admitir que le gustaba ser mimado por BamBam.

  — YuGyeom.

  — ¿Mh?

En cuanto alzó la mirada, los labios de BamBam besaron los suyos. Cortos, dulces y continuos besos que dejaron a YuGyeom atontado. BamBam sabía a caramelo y también sabía como besar a YuGyeom para hacerlo desconectarse de su mente.

SUNSHINE ☀️ 2JAEWhere stories live. Discover now