SUNSHINE ☀️ 2JAE

☀️ Te amo PT. 2 ☀️

Siento la larga espera, pero quería ponerlo en el momento indicado y que no estuviera "metido" así como así entre capítulos, a fin de cuentas también es un momento especial e importante de la historia que merece un puesto digno.

Espero que les guste.

(No vayan a leer esperando algo parecido al "smut" 2Jae, recuerden que cada pareja es distinta juju)

Ligeramente más explícito -no demasiado- así que ... precaución (?

☀️

YuGyeom miraba el techo de su habitación sin poder dormirse.

No podía sacarse de la cabeza la forma en que BamBam lo había enviado a quitarse la mascarilla el rostro antes de que pudiera besarlo.

"Ve a lavarte la cara, YuGyeom", dijo BamBam antes de escapar de su acorralamiento.

Fue como un rotundo "no". Tajante pero avergonzado también.

  — Agh, mierda. Por fin me sentía seguro ... ¿¡por qué demonios me puse esa mascarilla!? — se quejó YuGyeom contra la almohada, dándole un manotazo.

Había sido ingenuo al creer que BamBam estaría a su disposición cuando quisiera, como si él lo hubiese estado también. No era justo pensar de esa forma, YuGyeom lo sabía. No podía irse por la vida huyendo y que todo estuviese en bandeja de plata cuando decidiera dejar de hacerlo.

El aroma natural de BamBam lo había embriagado por completo, como si hubiese nublado su mente y le imposibilitara pensar con claridad. Gracias a ello no dudó en ningún instante tomar a BamBam de las caderas y estamparlo con cuidado contra el muro detrás de él, percibiendo cada vez más el cacao y vainilla en el aroma que el cabello húmedo de BamBam desprendía, junto al aroma fresco e indescriptible que el tailandés poseía de forma natural. Jamás había logrado percibir un aroma similar a ese en alguna otra persona o en otro sitio.

  — Bamie ... — murmuró, sintiéndose triste de pronto.

Se preguntaba si BamBam se había sentido de la misma forma después de todas aquellas veces que huyó, dejándolo con los brazos vacíos y la respiración entrecortada. 

  — Eres un idiota, Kim YuGyeom. — se regañó a sí mismo, pellizcándose la mejilla.

  — De los más grandes del planeta, quizá.

YuGyeom se giró al escuchar la voz de BamBam, sonriendo levemente al verlo recargado en el umbral de la puerta.

  — Gigante grosero, a pesar de que te regalé una de mis carísimas mascarillas ¿no me invitarás hoy a dormir contigo? — cuestionó BamBam con las manos en la cintura, sacándole una leve risa al menor.

  — Dijiste que eran caseras.

  — ¿Me invitarás o no? — YuGyeom volvió a reír.

  — No necesitas invitación, Bamie.

El tailandés sonrió levemente, sintiendo ternura por el pelinegro que lo miraba con sus mejillas rosadas y sus ojos más amplios de lo normal.

Se acercó arrastrando sus pantuflas hasta la cama, metiéndose debajo de las mantas junto a YuGyeom. Éste lo tomó de las caderas, atrayéndolo a su cuerpo para abrazarlo.

  — ¿Estás molesto? — preguntó BamBam.

  — No, ¿por qué? — BamBam se encogió de hombros. — O dime, ¿tengo motivos para estarlo?

  — Si fuera tú, estaría molesto.

YuGyeom rió un poco.

  — Si la mascarilla no funciona, lo estaré. — BamBam sonrió contra el pecho de su novio, acurrucándose un poco más en él. — No hiciste nada malo.