c i n c o

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-¡Hoseok!- un grito lo sacó de su ensoñación, mientras despegaba la vista del espejo.

Jungkook se encontraba acompañando a Yugyeom en su club de baile, extrañaba aquel lugar, extrañaba ese sentimiento de pasión cuando su cuerpo se dejaba llevar por la música y se movía al son de esta, simplemente disfrutando de esa corriente eléctrica que recorría su columna cada vez que bailaba. Lamentablemente para su desgracia, su madre había destruido sus sueños de ser un gran bailarín y tener su propia academia. No, su más grande sueño era participar en un músical, cantar y bailar ante un público, escuchar los aplausos y sentir ese gratificante sentimiento de que hiciste algo bien.

Pero no, ahora ahí estaba, sentado observando su reflejo en el gran espejo de la sala, escuchando como todos recibían a Hoseok alegremente, ese chico de sonrisa radiante y positivismo en las venas, había estado ausente las dos primeras semanas de clases, y también era uno de los mejores bailarines del grupo, por no decir el mejor, claro, porque Hoseok, junto a Jimin y él, habían logrado obtener bastantes coreografías para los tres o en solitario, obteniendo reconocimientos y primeros lugares en competencias estudiantiles a nivel regional y estatal, extrañamente Hoseok y Jimin eran buenos amigos, mientras que a pesar de haber compartido escenario y muchas horas de entrenamiento, Jungkook nunca sintió como si fuera posible de encajar con ese par.

-¡Jiminnie!- El par de amigos se abrazaron y comenzaron una animada charla, envidiaba como esos dos a donde fuera que estuvieran, iluminaban el lugar con su alegría y energía, llevandose bien con todos, mientras que él era un cretino creído ante todos.- Te extrañé.

-Iré a esperar a Jisoo.- Anunció Jungkook a su mejor amigo, este solo asintió, dandose cuenta de lo incomodo que se encontraba Jungkook, quería darle un golpe para que reaccionara y por fin regresara a lo suyo.

Pero Jungkook jamás haría caso de aquello, así que abandonó la sala de practicas, poniendose los audifonos e ignorando al mundo a su alrededor, concentrandose solo en la melodía. Se dirigió al patio de la escuela, tendría que esperar a Jisoo por lo menos unas dos horas mientras esta salía de su club de dibujo, así que se dirigió a uno de los árboles más frondosos del patio, acostandose en el pasto, utilizando su mochila como almohada.

Pensó en Jisoo y la charla que tuvieron con sus padres, en la cena de unas noches atrás, la recordó furiosa y con lagrimas en los ojos mientras discutia con su madre. Tampoco quería que estudiara artes como se lo había impedido a él, pero ojo, toleraba el hecho que estudiara algo como diseño grafico.

Doble Moral. Le había gritado con fuerza Jisoo, alterando también a su padre, quien le lanzo una mirada de furia a su hermana, pero poco le importó, solo observaba lo furiosa que esta se encontraba.

Porque su hermana tenía permitido crear arte aun así estuviera limitada con su creatividad, mientras que él, bueno, había abandonado el baile con tal de complacer a su madre. Se sintió una mierda, realmente se había quedado sin sueños por cumplir, se habían quedado en un simple sueño.

Cerró los ojos, con la fresca brisa del final del verano, una tranquilidad lo invadió, pensando en lo bien que se sentiría obtener la aprobación de sus padres, que su madre celebrará sus logros y no lo llamará inutil solo por el hecho de querer dedicar su vida sobre un escenario. Deseaba ver el orgullo de su padre al verlo triunfar, no sentirse despreciado cuando hablaba de su pasión, no escuchar las palabras, se sentía como una mierda y bueno, era eso, una completa mierda.

Su mano se posó sobre su antebrazo, sintiéndose culpable ante el deseo de volver a hacer aquello, ya tenía suficientes heridas, y creía que no merecía más, porque recordó la mirada asustada de Jisoo hace un año, cuando la herida había sido tan profunda que la sangre había tardado un poco en parar. Se lo prometió, a él mismo y a su adorada hermana, solo por un año más soportaría el dolor que sentía, no volvería a intentar nada, por ella, porque no quería dejarla sola, porque también sufría, pero ella sabía sobrellevar el dolor, él no. Solo un año más, terminaría sus estudios y se iría lejos a estudiar la universidad por sus propios medios.

c h e r r y    l i p s  [kth + jjk] Where stories live. Discover now