c h e r r y l i p s [kth + jjk]

d i e c i o c h o

—Chim, me estas preocupando, que pasa?— Después de haber salido de aquella tienda, Jimin pidió que fueran a casa de Taehyung, porque no estaba seguro de si quería ver a su hermano mayor en aquel momento, se sentía demasiado herido como para enfrentarlo.

Y desde que habían entrado a la habitación del menor, Jimin se había abrazado de él como un koala, sentía las suaves caricias de Taehyung en su espalda y en su cabello, quizás, todo lo que necesitaba, era de su mejor amigo, porque su pecho ya no dolía de igual manera al estar entre sus brazos.

—Taehyunggie-ssi, huyamos y hay que casarnos en Las vegas y adoptar los cinco bebés que quieres.— dijo Jimin con la voz rota, ahogada por la camisa de Taehyung, la cual ya se encontraba bastante humeda a causa de sus lágrimas.

Tae lo obligó a levantar el rostro y limpió sus mejillas de las lágrimas.

—Chim, ¿por qué estas regresando a tu faceta de niño no me gustan las niñas, solo Tae? ¿Sucedió algo con Jisoo?— Aquello solo ocasionó que su llanto regresará más fuerte, porque tenía miedo de romper el corazón de su mejor amigo, diciéndole que su hermano jamás se interesaría en él de esa manera. Volvió a esconder su rostro en el pecho de Taehyung, quería llorar, quería gritar, por su corazón roto, por no querer romper el de Taehyung.

—No quiero a nadie más, solo a mi TaeTae.

—Ah~ ¿qué pasa lindo Mochi? Recuerda, que puedes contarme lo que sea.— Taehyung presionó sus mejillas y beso su frente. No había vergüenza en aquello actos de el par, Jimin siempre andaba abrazando y jugando con Taehyung, era algo que acostumbraba hacer cuando Tae se encontraba triste, el chico paraba de llorar un poco después de eso, pero Jimin jamás dejaba de abrazarlo.

—A Jisoo le gusta alguien más, no, probablmente este enamorada de esa persona, soy muy estúpido.— Taehyung miro sorprendido a Jimin mientras se dedicaba a limpiar las lágrimas de sus mejillas.

Estaba confundido con aquella confesión, porque conocía a Jisoo y tenía esa mirada de enamorada cada que Jimin estaba cerca, ¿entonces de qué se trataba todo aquello? ¿Un malentendido? Jimin ze verdad quería a Jisoo, de eso no cabía duda, más sin embargo, ahora eran los sentimientos de Jisoo los que estaban en duda.

—¿Sabes quien es?

—No, solo que él también le corresponde, ¿por qué creí que las cosas serían buenas? Seguramente solamente fui usado para causarle celos, yo ni siquiera soy atractivo y a parte gordo...e-él es todo lo que yo no...— Jimin volvió a llorar y el corazón de Taehyung volvió a estrujarse semasiado, más por las palabras de autodesprecio de Jimin que el evidente rechazo que había tenido su mejor amigo.

Había pasado tanto desde que no había escuchado a Jimin hablarse de esa manera y estaba preocupado de que volviera a sucederle algo sobre su salud, aquella vez hace dos años, Jimin se encontraba tan delgado, que cuando lo encontró tirado en la sala de baile, inconsciente, no fue trabajo para él cargarlo y llevarlo hasta la enfermería hasta esperar que una ambulancia llegará. Había estado llorando en la sala del hospital porque estaba demasiado preocupado una vez que se había negado a irse del lugar. Su Mochi sería mil veces más importante que una pareja.

—Escuchame Park Jimin, no te digo esto como tu mejor amigo, sino como un chico muy homosexual para nuestra sociedad, eres hermoso, Dios, Jiminnie, sino fueras como mi hermano haría lo posible por conquistarte, tienes un gran físico, no te vuelvas a torturar con estúpidas dietas. Jiminie, puedes tener a cualquier chica, pero si ella no puede apreciar lo que eres más allá del físico, esa hermosa persona que eres, porque me haz cuidado desde los cinco años que llegaste de Busan, haz estado para mí y llorado conmigo, tienes demasiado amor para dar y esa bonita sonrisa que tienes me tranquiliza demasiado. Bien, Jisoo se lo pierde.— Taehyung volvió a limpiar las mejillas de Jimin plantando un beso en su frente, escuchando la pequeña risa que el chico soltó, sintiendo su corazón aliviado de que eso pasará, le encantaba escuchar a Jimin reír, era algo que le tranquilizaba.