c h e r r y l i p s [kth + jjk]

d i e z

Si bien, el nuevo séquito de Min Yoongi estaban expectantes esperando el acercamiento de esos dos, había alguien que no disfrutaba de aquello, ¿quién disfrutaría de ver a su amor besando a alguien más?

Yugyeom nunca había sido consciente de sus sentimientos por su mejor amigo, nunca lo había visto ser cercano a otras personas, por lo que, nunca pensó en sus sentimientos por el castaño. Jamás se había dado cuenta de que lo estaba viendo de otra manera. No hasta que por primera vez compartían clase, sabía que el hecho de que su corazón latiera tan rápido de felicidad y nervios no era una buena señal, porque sus manos temblaban mientras lo buscaba, su boca estaba seca y sentía como si su estomago fuera a salir de él.

Se cuestionó todo cuando sus rostros estuvieron cerca mientras el castaño reía divertido debajo de él, porque quería callar su risa de un beso diciéndole que la guardará para él simplemente.

No se había dado cuenta que los días posteriores a eso, Jungkook tenía un brillo especial, y una felicidad que nunca antes había visto, pero adoraba  verlo así, hasta que vio el motivo: Kim Taehyung. El castaño siempre sonreía como un tonto enamorado cuando lo encontraba a la distancia, él había odiado siempre esa sonrisa, pero la odio más cuando las miradas de ambos se encontraron una vez que estuvieron más cerca de la sala de la directiva y Taehyung se había colgado del cuello del menor, como si aquello fuera lo más normal del mundo. No hubo peleas, ni comentarios cargados de ironía y sarcasmo por parte de ambos, ni miradas filosas. Lo único que hubo fue un "Hyung" entre risas, cargado de cariño y felicidad.

Jungkook era de él. Sus tiernas sonrisas eran exclusivas de él, las risas, sus miradas brillantes, su dulce cantar, todo en Jungkook era exclusivo de él, inclusive aquellos labios, que tenían un característico sabor a menta y cereza, ya que siempre terminaba utilizando el balsamo labial de su hermana.

Kim Taehyung le estaba quitando todo aquello y solo le quedaba observar en la lejanía aquello.

¿Nunca te has planteado la posibilidad de estar enamorado de él?

Jinyoung había tenido razón, cuando desde el campamento de verano, le había preguntado aquello.

No lo supo hasta que estaba metido en el aula del club de dibujo, ardiendo en celos.

Entonces se encontraba en ese momento, en que Yoongi le pasaba la caja de los palillos de galleta, cubiertos de chocolate, al castaño, quien rompió una de las galletas al intentar sacarlas de la caja, debido a como temblaban sus manos.

Jungkook no podía evitar temblar, sus nervios estaban a tope, incluso sentía nauseas, sabía, por la expresión del mayor, que le empujaria la cabeza hasta que sus labios hicieran contacto con los de Taehyung, quien tenía un suave rubor en sus mejillas, no, él no estaba nervioso, simplemente avergonzado. En ese momento la idea de lanzarle la caja de Pocky en la cara a Yoongi y encerrarse en su habitación, no pareció una mala idea.

Porque sí, habían tenido un maravilloso día, pero no había sido una cita, por más que Jungkook quisiera creer que lo era; el beso en su mejilla había sido tan rápido que no había logrado apreciar los labios del mayor. Quizás el chico se había sentido incómodo que no le soltara la mano, había sido tan estúpido.

—Jungkookie, ¿estas bien?— la voz de su hermano mayor lo hizo salir de sus pensamientos. Alzando su mirada hasta él, que lo miró apenado al notar lo que pasaba.— ¿Por qué lloras?

—¿Eh?— llevó su mano libre hasta su mejilla, sintiendo la punta de sus dedos siendo humedecidas por las lágrimas que se habían escapado de sus ojos. Ni siquiera se había dado cuenta de aquello.— Ah, mis ojos se sienten irritados, solo es eso hyung.