c h e r r y l i p s [kth + jjk]

d i e c i s i e t e

[Por favor, me gustaría que leyeran la nota de al final, es muy importante, sé que les interesará]

En ese momento, solo existía él, su reflejo y la música. Realmente no sabía cuantas horas llevaba metido ahí, pero debía suponer que bastantes, pues el sol que se colaba por una de las ventanas indicaban que a penas estaba amaneciendo, su cuerpo no mostraba signos de cansancio, no había parado desde que se había despertado en plena madrugada después de haber escuchado a sus padres discutir.

Claro que apoyo su decisión, pero me gustaría que mi hijo al menos haga de su vida algo productivo, solo pido que tenga una segunda opción.

Su padre era un constante Si-No, claro, los padres siempre buscaban lo mejor para sus hijos, y aunque en un inicio su padre no le había agrado la idea de dedicarse a la danza, fue algo que no tuvo remedio, porque él era bastante terco y no iba a parar hasta conseguirlo y ahora, bueno, había algo extraño con su padre.

Le estaba eternamente agradecido, sobretodo con aquella estancia, después de resignarse a que no tendrían visitas, aquella habitación se convirtió en un lugar donde arrumbaron toda cosa que no fuera de utilidad o se usara con tan poca frecuencia, y estuvo rogando desde los once años que le adaptarán aquella habitación en una sala de ensayo, no fue hasta hace unos meses, después de haber comenzado a trabajar de tiempo parcial en la misma oficina de su padre, que se llevó una gran sorpresa. Un enorme espejo cubría una de las paredes, paneles anti sonido, un nuevo piso de madera y un frigobar en una de las esquinas, que siempre tenía abastecido de agua embotellada.

Ahora no tendrás que practicar a altas horas en la escuela.

¿Pero ahora qué había cambiado con su padre? Los había escuchado discutir bastante las últimas semanas, ¿de verdad había cambiado de opinión? Por que él se encontraba completamente feliz de haber obtenido la aprobación de su padre, que ahora, simplemente no sabía si darle el gusto o continuar con lo suyo.

La música a su alrededor disminuyó y él por fin se dejó caer al piso, sintiendo de pronto sus piernas pesadas.

—Hobi, vas a hacerte daño.— la voz de su hermana mayor se hizo presente, sintió su cálida mano en su cabeza, acariciando sus cabellos, más impotente no podía sentirse en ese momento.

Porque ella era los ojos de su padre, la numero uno de la familia, se había graduado del instituto con honores, el mejor promedio del estado incluso, estudiando leyes en la mejor universidad del país, ¿y él? Un mediocre bailarín, quizás no era el mejor de la clase, pero lograba entrar entre los cincuenta mejores de todo el colegio, se esforzaba bastante para no sentirse estúpido junto a ella, pero el sentimiento de inferioridad se instalaba en él cada vez que la mayor estaba de visita.

—Vete, nonna, quiero estar solo.

—¿Los escuchaste?—preguntó ella con los ojos llenos de preocupación, él solo logró asentir mientras intentaba levantarse del piso, pero su pies fallaron, siendo detenido por su hermana mayor, quien solamente lo ayudo aponerse en una mejor posición para después darle una botella de agua.— Sabes que él te apoya, ¿verdad? Solo que, él se puso a investigar sobre tu campo de trabajo, aquí...

—¿Y eso qué?

—Papá...él esta preocupado que los dos nos alejemos bastante de casa, tú puedes obtener trabajo en el extranjero, donde la danza, de verdad es valorada...yo en cambio solo estaría atascada de trabajo. Hobi, ¿quieres relajarte? Papá lo único que esta buscando es que tengas una segunda opción de trabajo.

Probablemente no se lo habría creído de haber sido otra persona, porque siempre llegaría a confiar ciegamente en su hermana, porque era ella la persona que siempre había estado a su lado, junto a su madre, el creía que si alguien lo desepcionaba, no sería su hermana mayor.