t r e i n t a y c i n c o

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El problema de no haber querido ser acompañado por su abuela, su tío o su primo radicaba en que desconocía el lugar donde se encontraba su lapida. Era la tercera habitación que visitaba buscando el nombre de su madre. Después de una exhaustiva hora de busqueda, la encontró, supo que era ella por la fotografía en la que su padre la rodeaba por la espalda y ambos sonreían contentos a la cámara; ella lucía radiante, hermosa y muy feliz.

-Hola mamá, ¿me extrañaste? Soy Jungkook, tu pequeño Kookie.- río ante las palabras y como ahora no encajaban con exactitud.- Supongo que ya no tan pequeño.- Respiró hondo buscando que sus pulmones se llenarán de oxígeno, porque sino, iba a romper a llorar ahí mismo.- Tardé mucho en venir, ¿me perdonas? Ah mamá, no cabe duda de que fuiste la mujer más hermosa, mis hermanas también lo son, son tan hermosas como tú.

Habría sido una pequeña visita sino sintiera que tenía demasiado para contarle a su madre. Le habló de sus años de infancia y de las travesuras que hacía con Seokjin, le habló de lo feliz que este era con Yoongi, que eran muy felices juntos; le habló como su hermana lo regañaba por no ser un chico del todo ordenado y que intentaría no hacer pasar por los mismos corajes a su abuela.

También le habló de Taehyung.

¿Cómo no hablarle a su madre de la persona que amaba? Imposible.

-¿Tú me hubieras odiado por amar a un chico?- Preguntó de la nada, jugando con sus manos, sin levantar la vista como si su madre estuviera viéndolo en ese momento, ¿cómo se habría sentido un abrazo de ella? Somin hablaba tan contenta sobre como era su madre que él anhelaba tener esos recuerdos, anhelaba el haber conocido el amor de una madre por su hijo.- Yo...nunca me interesaron las chicas, incluso cuando nos mudamos, mis ojos jamás se apartaron de él. Cuando papá venga le preguntaré como te conoció, debió ser lindo, él nunca habló de sobre como la conoció incluso si le preguntabamos por eso él evitaba el tema; creo que contigo es diferente.- Miró una de las fotografías que decoraban el espacio, su madre sonreía contenta, ¿a qué? Bien, aquello se agregaba a la larga lista de cosas que preguntarle a su padre o a su abuela.

Después de lo que a él le parecieron minutos de anécdotas de la infancia y más se habían convertido en cuatro horas, sus piernas se sentían un tanto adormecidas, pero después de aquella larga platica se podía decir, que se sentía mejor consigo mismo.

Había crecido con aquella mujer, la había llamado "Mamá" como si fuera la cosa más natural del mundo. De cierta forma sentía que aquello fue natural, esa mujer lo había criado a él y a sus hermanos como si fueran suyos propios, pero después de unos años de la mudanza de Busan, sentía que las cosas habían cambiado bastante como si algo no encajará ahí.

Esa mujer había cambiado demasiado y el hecho de que ninguno de los Jeon tuvieran parecido con ella no era bueno, al menos desde la perspectiva de esa mujer.

HaNeul jamás pudo dar a luz a un bebé propio, incluso después de haberse casado con el padre de Jungkook y que Jisoo tuviera dos años de nacida, habían intentado bastante para que logrará quedar embarazada. Quizás si lo hubiera logrado las cosas habrían sido diferentes o quizás solo era cuestión de tiempo en que esa mujer explotará como lo había hecho.

Las calles de Busan lo rodeaban de una extraña calidez, como si le estuvieran dando la bienvenida incluso sino recordará nada del lugar en aquellos años que vivió con su abuela, el parque cerca de su nuevo y viejo hogar, todo lucía tan calido y familiar.

Vio a un par de niños corriendo con un balón, las risas y juegos que tenían entre ellos, los años de su infancia arrastrando a su perezoso mejor amigo y a su hermano mayor al parque a jugar llenaron su mente.

Quizás no creció en aquel lugar pero todo daba la sensación de que sí. Incluso estaba decidido a arrastrar a Yoongi por un helado en cuanto llegaran la tarde del día siguiente.

c h e r r y    l i p s  [kth + jjk] Where stories live. Discover now