n u e v e

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[Capítulo intenso refiriéndose al Vkook y otros ships que son importantes]






























Extrañamente, cuando recién habían entrado al parque de diversiones, el clima estaba calido y un poco fresco, perfecto para pasar un día al aire libre, quizás hacer un picnic. Pero en un momento a otro, un fuerte viento comenzó a soplar. Por más extraño que sonara, aquello en lugar de molestarle, muy por el contrario, le agradaba. Sentir el frío en la cara le hacía saber que estaba vivo y dusfrutaba de aquello.

Sintió un pequeño empujon en el hombro, girandose a ver a un chico que sonreía arrogante que había pasado junto a él, sin comprender del todo de quien se trataba, se le hacía conocido, más no lograba recordar de donde. Y mientras Taehyung esperaba a que saliera de aquella atracción que con solo verla le había revuelto el estomago; parecían un par de niños, riendo y jugando por el parque.

Era mil veces mejor jugar y reír con el mayor, a su única manera de comunicación fuera a través de peleas llegando al extremo de estúpidas. Vio a Jungkook bajar con una enorme sonrisa, acomodando su cabello.

—¡ESO FUE INCREÍBLE!— Saltó de alegría una vez que estuvieron frente a frente.

Alzó la vista al cielo, este despejado de nubes y su característico color azul se veía un poco opaco, pero, seguía siendo un hermoso día. A pesar del clima horrendo y frío, la cantidad de personas que los observaban raro y aquel extraño sentimiento de sentirse vigilado. Era un hermoso día, y no sabía si era por el hecho de estar con Taehyung o porque hace mucho no iba a un parque de diversiones.

Siempre supo, que pasar tiempo con el mayor, sería maravilloso.

Hace mucho que estaba consciente de sus sentimientos, hace mucho que había declarado a Taehyung como su doloroso y unilateral primer amor. Hace tanto que había aceptado que sus sentimientos jamás serían aceptados, no cuando no podían siquiera llevarse bien, porque Jungkook disfrutaba demasiado ver a Taehyung perder la cabeza por culpa suya, tenía una forma de molestarse divertida, pero le gustaba más verlo reír, como reía y decía tonterías con Park Jimin, preguntándose constantemente si, de haber continuado con su amistad, él estaría riendo junto a ellos. Aunque no había sido demasiado tarde por que ahí estaba él, retomando aquella amistad que se arruinó por un malentendido entre infantes.

A los siete años experimento lo que se sentía, lo que probablemente, fue un corazón roto, porque aquel pequeño de sonrisa geométrica, fue su primer amigo después de mudarse de Busan, después de aquello quedó solo en un aula de treinta y seis personas, que por un empujon a una niña, terminó siendo un chico cruel, terminó por ser un chico solitario, a excepción de Jung Hoseok, quien había sido su compañero de baile y mejor amigo de Taehyung, la única persona, luego de sus hyungs, que le habían permitido explicar bien que había pasado con aquella chiquilla que tuvo las agallas de robarle su preciado primer beso.

Hasta que al inicio de la escuela secundaria, un chico bastante extrovertido, se mudó frente de su casa y en cuestión de cinco minutos se autodenominó su mejor amigo: Yugyeom. Dejó se sentirse solo.

—Ya deberíamos irnos.— la voz de Taehyung sonó triste mientras observaba la hora en su teléfono. Y sin  pensarlo dos veces Jungkook tomó la mano de Taehyung llevándolo a un juego de encestar.

Si, su mente quería creer que aquello era una cita.

Cuando pagó los tres tiros, recordando la habitación de Taehyung y su pequeña colección de animales de felpa que tenía en su estantería. Realmente quería comenzar a eliminar todos los malos y agrios recuerdos que tenía con el castaño, reemplazandolos con cosas agradables y feliz. Él quería ganar algo para su hyung.

c h e r r y    l i p s  [kth + jjk] Where stories live. Discover now