Capítulo 1

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Sonó el despertador.
Ya eran las 7 de la mañana, lo que significaba que en una hora estaría en su odioso Instituto rodeada de toda esa gente falsa e hipócrita.
Bajó las escaleras, encontrándose con sus padres dormidos en la mesa del salón. Eso era lo malo de tener un padre drogadicto y una madre alcohólica, pero Abby ya se había acostumbrado, era la misma escena todas las mañanas, el mismo olor a alcohol todos los días.
Ellos la odiaban, Abby sabía perfectamente que nunca la quisieron y que cuando cumpliese 18 años la echarían de casa. Y para eso no faltaba mucho, ya que el próximo mes sería mayor de edad.
—Me voy— gritó sabiendo que nadie la había escuchado, cogió su mochila y cerró la puerta de su casa.
Nada más llegar al Instituto se dirigió a su taquilla, viendo a todos esos jóvenes charlando y riendo.
—Cuántas decepciones se van a llevar a lo largo de su vida— susurró observando a una pareja que se estaba besando.
Abby nunca se había enamorado ¿Para qué? pensaba ella, estaba claro que nadie nunca se fijaría en ella, una chica reservada, observadora y fría, y sin contar que ella no tenía una figura esbelta, ni era guapa y ni siquiera vestía bien, toda su ropa era negra y aburrida.
Lo único que conseguiría enamorandose sería decepcionarse una y otra vez.
Lo mas probable era que Abby nunca sintiese esas mariposas en el estómago pero algo tenía claro, tampoco le romperían el corazón, además ella odiaba a todo el mundo y al parecer todos le odiaban a ella. Cuando estaba a punto de cerrar su taquilla, escuchó esa maldita voz chillona.
—Pero mira quién está aquí— dijo a su grupito de amigas, las cuales rieron. — Si es Abigail—.
—Kimberly no tengo tiempo para hablar con una estúpida y sus esclavas—.
Hace mucho tiempo, Abby se hubiese quedado callada, pero ya no, no le tenía ningún tipo de miedo.
—¿Como me has llamado?—.
—Estúpida, pero no te preocupes, tengo más adjetivos para ti, si prefieres te puedo llamar zorra, puta, perra, imbécil, esos son sólo unos ejemp...— No pudo terminar la frase ya que Kimberly se tiró encima de ella.
En pocos minutos el lugar estaba lleno de estudiantes que animaban la pelea.
—¿Cómo te has atrevido a decirme todo eso?— le dijo estirandole con fuerza del pelo, para luego darle un puñetazo en el estómago.
—¿El qué? ¿La verdad?, lo siento por ser tan sincera— dijo Abby defendiéndose de los ataques de la rubia.
—Señorita Jones y señorita Wilson a mi despacho— de inmediato los estudiantes dejaron de aplaudir.-— Los demás a vuestras respectivas clases—.
—Genial— suspiró Abigail.
La rabia subió por su cuerpo.
¿Por qué todo el mundo se empeñaba en hacerle la vida imposible?
Odiaba a sus padres, odiaba a sus compañeros, se odiaba a si misma, odiaba su vida.
Y tenía una idea que le ayudaría a librarse de todo eso...

Amor de psicópatasWhere stories live. Discover now