Capítulo 11

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Con dificultad, Abby logró llevar al chico a la cama, él cual se encontraba inconsciente. Antes de eso, sé habían caído varias veces al suelo, ya que él pesaba mucho más que ella, Abby no era fuerte y cargar con un chico como Ethan no había sido tarea fácil.
Lo tumbó en la cama.
No tenía ni idea de donde se encontraban las vendas, el agua oxigenada o cualquier cosa que le ayudase a limpiar las heridas del chico. Buscó por el salón sin éxito, por la cocina, por el dormitorio, pero no encontraba nada útil.
Abigail estaba segura de que esa no era la primera vez del chico, es decir, que antes ya habría salido herido de alguna pelea. Así que estaba convencida de que tendría que haber algo en la cabaña.
El último sitio que le quedaba por mirar era el baño.
Cruzó los dedos.
Sí no había nada allí, tendría que llamar a una ambulancia, ya que el estado del chico no era bueno, y lo que menos quería ahora Abby era tener que dar explicaciones a médicos, porque ella no sabía nada de lo que le había podido suceder a Ethan.
¿Cómo iba a explicar que no conocía de nada al chico con el que vivía?
¿Cómo iba a explicar que vivían en una cabaña alejados de todo?
Era de locos.
Era imposible contestar algo sin que los médicos no se preocupasen por su estado mental.
La mandarían al manicomio.
A ella y a Ethan, porque, por lo que había estado observando, el chico tampoco estaba muy bien de la cabeza.
Imposible.
Era imposible llamar a una ambulancia.
Además, seguro que al chico no le había ninguna gracia despertarse en el hospital rodeado de todas esas máquinas y personas preguntandole por absolutamente todo.
Abrió la puerta del baño, entró y comenzó a buscar.
¿Por qué Ethan no le había dicho donde guardaba ese tipo de cosas?
Ahora ella también vivía allí y tenía que saber donde se encontraban las cosas más básicas.
Se estaba empezando a molestar, ¿dónde habría puesto el botiquin para las heridas?, la cabaña no era grande, no había muchos sitios dónde dejarlo. Siguió buscando, hasta que finalmente lo encontró.
-Será imbécil- dijo ella mirando el cuerpo del chico que aún seguía tumbado en la cama.
Observó la caja de galletas que tenía en sus manos, en la cuál se había pegado un trozo de papel en el que ponía: CAFÉ.
Pues la cajita no contenía ni galletas, ni café. En su interior había vendas, un paquete de tiritas y un bote de agua oxigenada.

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Después de limpiarle las heridas de la cara al chico y que este hubiese puesto muecas de dolor, le quitó la camiseta.
Tenía una herida en el hombro y otra en la parte baja del abdomen.
Observó su cuerpo.
Sé veía tan indefenso, tan débil.
Ahora podía hacer lo que quisiera con el chico, viendo su estado lo más probable era que él no se acordase de nada.
Y lo primero que se le paso por la cabeza fue pegarle, tenía muchísimas ganas de hacer eso.
Pero no le pegó, simplemente echo agua oxigenada por las heridas y observó sus expresiones.
El chico se retorcía de dolor aún estando inconsciente.
Y a ella eso le divertía.

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Llevaba más de doce horas inconsciente.
Abby ya le había cambiado las vendas tres veces y pronto lo tendría que hacer otra vez, ya que las últimas ya se habían empapado de la sangre que seguía saliendo de las heridas del chico.
Después de unas horas más tarde, sé despertó.
Sintió un fuerte dolor, y observó que tenía vendas por diferentes partes del cuerpo.
Se sentó en la cama con dificultad. Estaba muy débil. Dejó que sus ojos se acostumbrasen a la luz que entraba a través de las ventanas. Cuando se sintió con fuerzas se levantó de la cama. Tenía unas horribles ganas de orinar, pero un obstáculo le impidió avanzar. Aquella extraña chica estaba durmiendo placidamente en el suelo.
-Oye despierta- dijo intentando recordar el nombre de ella.
¿A.....? ¿Anastasia? ¿Alicia?
No, no era así.
¿Abichuela?
Tampoco.
-¿Te encuentras mejor?- preguntó ella al verlo depie.
-Si- contestó él.
Ambos se miraron.
¿Qué debía hacer ahora?
¿Darle las gracias?
Hacia ya mucho tiempo desde la última vez que Ethan agradeció algo, ya que desde hacia varios años nadie había hecho algo por él.
"Gracias"
Esa palabra era muy extraña para Ethan.

Amor de psicópatasWhere stories live. Discover now