Capítulo 25

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Ambos jóvenes se giraron. La persona que había hablado era una chica que rondaría los años de Abby.
-¿Nos conocemos?- preguntó Abigail confundida.
No recordaba a esa chica de nada.
-¿No te llamas Abigail?
-Sí, así es, pero ¿como sabes tu eso?
-¿Ibas al instituto que está al lado del parque, verdad?- Abby asintió -Entonces no hay duda, tienes que ser Abigail Wilson, ibas a mi clase.
Eran compañeras, sin embargo no se acordaba de ella, aunque claro, eso no era nada nuevo, ya que Abby era muy mala recordando caras y nombres.
-Perdona, pero no recuerdo tu nombre.
-Tranquila, no pasa nada- sonrió -Soy Tania- miró al chico después de presentarse -¿Quién es él?
-Soy Ethan- contestó el chico.
-Encantada de conocerte.
-Lo mismo digo- respondió Ethan mientras extendía su mano la cual fue apretada por Tania.
Abby miró al chico incrédula. Cuando ellos se conocieron, en la cabaña, él no había sido ni la mitad de agradable. Sí que es verdad que conocerse de esa manera no fue la mejor forma, pero aún así, había sido tratada de malas maneras por el chico.
-Oye, ¿os apetece tomar algo?
La voz de Tania sacó a Abby de sus pensamientos.
-Claro- respondió ella rápidamente. Se moría de hambre ya que no había desayunado.

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-¿Qué queréis tomar?
-Un zumo de naranja, por favor- contestó Abby -¿Tu que quieres Ethan?
-Nada.
-Pídete algo, que yo pago- dijo Tania.
-Muchas gracias, pero no quiero nada de verdad.
-Está bien, pues que sean dos zumos de naranja- pidió Tania al camarero quien asintió.
Cuando el hombre se marchó con la comanda ella volvió a hablar.
-Sí te digo la verdad, creía que ya no estabas en la ciudad.
-¿Qué?, ¿Por qué?- preguntó Abby.
- Escuché que tus padres se habían ido, y como ya no venías a clase, supuse que te habrías mudado con ellos.
-C-C-Cuando se fueron?
-Hace unos diez días, pero no estoy muy segura- dijo ella intentando recordar -¿A caso no lo sabías?
Ella negó con la cabeza. No le había llegado ningún tipo de información. Sus padres ni siquiera se habían molestado en buscarle para contarle sobre la mudanza.
-¿No te llevas bien con ellos?
-No.
Llegó el camarero con los dos vasos de zumo de naranja. Abby empezó a mover la pajita, inquieta. Tania, al darse cuenta de la incomodidad de Abby prefirió dejar el tema.
-Oye, y vosotros dos, ¿Qué tipo de relación tenéis?
-Ethan es mi ami..
-Soy su novio- contestó él cortando a la chica.
-¿En serio?, hacéis una bonita pareja.
Abby sólo sonrió sin saber que decir.
-Lo sé, Abby es una novia fantástica- aseguró el chico.
Abby sintió sus mejillas arder.
-Me alegro mucho, cuando os vi, supe que teniais algo- confesó Tania -Se podía notar la química.
Abby se puso más colorada, sí es que eso era posible.
-Bueno- dijo Tania mirando el reloj colgado en la pared de la cafetería -Me tengo que ir, sí no llegaré tarde a clase- se levantó y se puso el abrigo -Si quieres te puedo dejar mi número y así seguimos en contacto.
-Sería perfecto- respondió Abby.
Tania cogió una servilleta, sacó un boligrafo de su bolso y escribió su número de teléfono, despues le entregó la nota a Abby.
-Nos vemos- se despidió ella y salió por la puerta mirando el reloj de su muñeca.

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Ethan y Abby se dirigieron a casa del chico. Abby estaba muy afectada por la noticia de sus padres y aunque intentase ocultarlo, Ethan ya se había dado cuenta.
-Ethan, ¿por qué has dicho antes eso?- preguntó de repente la chica.
-¿Decir el qué?
-Que éramos novios- contestó ella -Estamos muy lejos de serlo.
-¿Y como debería llamar a la chica con la que me he besado un par de veces?, ¿Con la que duremo en la misma cama?,¿Como debería llamarte? Porque está claro que los amigos no hacen eso.
-¿Sabes qué? No lo entiendo.
-¿El qué?
-A estas alturas y después de todo lo que ha pasado, creo que sabes perfectamente que me estoy enamorando de ti.
-Yo no...- él no pudo terminar la frase.
-No me lo niegues Ethan. Lo que no entiendo es porque haces todo esto, por qué te preocupaste cuando me emborrache, por qué confiaste en mi para contarme tu pasado, por qué me besaste, por qué celebraste mi cumpleaños, por qué me defendiste de mis padres- Abby suspiró -No puedo entender eso.
-Abby, yo...
- No me vengas con cuentos, ahorrate el "me importas", porque si eso fuese verdad no te irías todas las noches con esas putas.
-¿Como...?
-¿Crees que soy tonta, Ethan? No nací ayer. Se perfectamente lo que haces cada noche- Abby empezó a llorar, llevaba mucho tiempo aguantando - Vuelves a las tantas de la madrugada, oliendo a colonia femenina y con marcas de pintalabios en el cuello- suspiró -¿Sabes lo difícil que ha sido para mi actuar como si nada?
-Abichuela, yo...
-¿Y sabes qué es lo peor? Qué aún así, cada pequeña cosa que haces, provoca en mi grandes sensaciones y sentimientos, cada detalle, por insignificante que parezca, hace que me sienta feliz y afortunada, siento que por fin alguien me quiere. Pero son solo ilusiones que crea mi estúpido corazón- las lágrimas continuaban su recorrido por sus mejillas.
-Calmate por fav...
-Y entonces, me pregunto ¿por qué ellas y no yo?, ¿Por qué prefieres tocar el cuerpo de chicas que han estado antes con cientos de hombres?, ¿Por qué no me quieres tocar a mi?
Y sintiendo como su corazón se rompía se alejó del chico. Quería estar un rato sin Ethan, sin la única persona importante en su vida.

Amor de psicópatasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora