Amor de psicópatas

Capítulo 17

-Todas las noches mi padre subía a mi habitación, recuerdo que olía a alcohol y a droga- suspiró intentando tranquilizarse -Me pegaba con su cinturón mientras me insultaba y me escupía.
-¿Cuando comenzó todo eso?
-Cuando yo tenía catorce años- respondió Abby mientras el chico suspiraba por la rabia. Nadie merecía esa vida, y mucho menos ella.
-¿Alguna vez te hizo algo más?- ella negó moviendo la cabeza de lado a lado -¿Durante todo este tiempo te has curado las heridas tu sola?- preguntó el chico y ella asistió -¿Soy la primera persona en saber esto?- nuevamente asistió.
Entonces, él chico frustrado ante la situación que había vivido Abby, sé acercó a ella y le abrazó. En ese lugar, rodeada por Ethan, ella se sintió protegida y comenzó a llorar después de haber recordado todos esos momentos de dolor y sufrimiento. Envuelta en el cálido abrazo del chico, quién le hacía sentir segura, poco a poco, su llanto se fue tranquilizando hasta casi hacerse nulo. Él, durante todo el rato estuvo acariciando la espalda desnuda de ella.
-Lo siento- sé disculpó aún sollozando -Soy demasiado débil- dijo separándose del cuerpo del chico -No debería haber llorado de esa forma.
-Una persona que ha sufrido todo eso y, aún así, es capaz de sonreír, es de todo menos débil.
-Gracias- contestó ella -¿Tienes alguna pregunta más?- dijo Abby intentando cambiar de tema.
-Por el momento es suficiente- respondió -Ahora te toca a ti, preguntame lo que quieras.
-Cuéntame cosas sobre ti, me he dado cuenta de que a penas de conozco.
-Nací lejos de aquí, en una cuidad de Alemania, aunque mi familia siempre pasaba las vacaciones en este lugar. Mi padre construyó esta cabaña para mí, pero un año más tarde...- a Ethan se le comenzaron a cristalizar los ojos, haciendo que Abby se sorprendiese ya que era la primera vez que actuaba de esa forma ante ella, así que para demostrarle que le estaba escuchando y que ahora él ya no estaba sólo, Abby le cogió la mano.
-Ethan, ¿Qué pasó?
-Tuvimos un accidente de coche, mis padres murieron en el acto y yo salí gravemente herido, pero me recuperé, después de eso, me llevaron a un orfanato, ya que no tenía más familia y nadie se podía hacer cargo de mi. Cuando entré en ese lugar, semejante al infierno, sólo tenía ocho años y, como era evidente, nadie quería adoptar a un chico que tuviese mi edad, así que, básicamente estuve allí, viendo como a todos los demás se los llevaban, hasta que ya no lo pude soportar más y me escape.
-¿Que edad tenías cuando hiciste eso?
-Acababa de cumplir los once.
-¿Y, que pasó después?
-Vine a esta cabaña, era el único lugar que conocía. Necesitaba sobrevivir, así que empecé a robar comida, después fueron joyas, las cuales vendía, pero un día, a los quince, una pareja de ancianos me descubrió- el chico sonrió -No sabía que hacer así que cogí un cuchillo y los apuñale, me sentí también al hacerlo, que a partir de ahí, empecé a asesinar por placer.
Aquel chico no estaba bien de la cabeza, pero a ella le daba igual, después de todo lo que habían pasado, era normal que ambos estuviesen locos.
-Algún día, mataremos a alguien juntos,¿sí?- ella asistió ante la propuesta del chico, después de todo, a lo mejor, era una buena forma de desahogarse -¿Alguna pregunta más?
-No, buenas noches- dijo ella dirigiéndose al sofá.
Después de minutos en silencio, intentando dormir sin éxito, él chico habló.
-¿Abichuela?
-¿Que pasa?
-Puedes dormir conmigo en la cama, pero sólo por hoy- la chica aceptó el ofrecimiento del chico.
Así que terminaron durmiendo juntos, en la misma cama, abrazados.
Sintiendo cada uno el calor que propagaba el cuerpo del otro.