Amor de psicópatas

Capítulo 18

Ethan se despertó, sintiendo un cálido cuerpo al lado suyo. Era la castaña, la cual había dormido con él. El chico la observó, tenía unas largas pestañas, y de cerca se podían apreciar las pequeñas pecas repartidas por sus mejillas, su piel era pálida, como si nunca se hubiese expuesto a la luz solar. Su cabello era largo y ondulado, él cual se le pegaba a la frente y a la nuca debido al sudor. Ethan le apartó un mechón de la cara para poderla ver mejor.
¿Qué le estaba pasando?
Sentía la necesidad de protegerla, la necesidad de saber que no le pasaría nada. Aquella chica había sufrido igual o incluso más que él, la conocía desde hacía muy poco, pero estaba seguro de que ella no se merecía haber pasado por todo eso. Ethan no permitiría que nadie más le hiciese daño.

***********************************************

-Abichuela despierta- susurró suavemente el joven en el oído de ella -Te he preparado el desayuno.
Ella se despertó enseguida al escuchar la palabra desayuno, y es que, ¿A quien no le encanta la comida?
Él le ofreció un tazón con cereales. Últimamente ella sólo se alimentaba de eso.
-Gracias- contestó ella ante el gesto del chico- Pero, ¿Por qué?- dijo ella mirando los cereales -Es decir, ¿Por qué ahora actuas así conmigo, de forma tan amable?
-Como se nota que no me conoces del todo- aseguró él - Nunca en mi vida he dejado de ser amable,lo que pasa es que a muy pocas personas les llegó a mostrar ese lado de mi.
-Entonces, ¿Debería sentirme agradecida?- preguntó curiosa Abby
-Agradecida no, afortunada, eres una de las pocas personas que conocen tanto sobre mi- dijo recordando la noche anterior
-¿Así que afortunada, eh?
-Sí, y mucho- ambos rieron con la contestación del chico.
Esa conversación había sido rara, pero es que así eran ellos, extraños, raros y sobre todo locos, muy locos.

***********************************************

-Me voy a ir- dijo el joven cogiendo su chaqueta del armario
-¿Dónde vas?- acababan de terminar de comer, y la castaña estaba tumbada en el sofá.
-Tengo ganas de matar a alguien, ¿Quieres acompañarme?- aunque el joven había preguntado eso de broma y sin ninguna intención de que la chica fuese con él, ella asistió ante la propuesta.
-Enseguida me visto
Cinco minutos después, ambos se encontraban caminando por el bosque con dirección al pueblo, por el camino Ethan había aprovechado para explicarle unas cuantas cosas a la chica, quién se mostraba curiosa, emocionada y al la vez un tanto asustada por lo que haría dentro de unos minutos.
-Lo primero, es elegir a tu víctima- ella asintió -Lo siguiente sería descubrir cosas esenciales sobre ella, como su horario, sus hábitos, también es importante saber si hay cámaras cerca del lugar del asesinato- ella volvió a asentir -Este paso suele ser aburrido y muy largo, pero por suerte para ti, este paso ya lo he realizado con las víctimas de hoy- dijo de repente parandose delante de la entrada de una casa -En esta casa vive una pareja de ancianos, los viejos son las víctimas más fáciles, así que como estoy contigo y tu eres una principiante, empezaremos con ellos- ella nuevamente asintió - Ahora tenemos que encontrar la manera de entrar, normalmente suele haber una ventana abierta- ambos empezaron a buscar, recorriendo todo el jardín de la casa, hasta que encontraron una ventana del primer piso abierta. Entraron sin ninguna dificultad al interior de la casa. La ventana daba al salón, dónde la pareja se había quedado dormida viendo la televisión. Ethan sacó dos cuchillos, había cogido uno de la cabaña después de enterarse de que la castaña lo iba a acompañar. Le ofreció el cuchillo y la joven con un poco de duda lo acepto.
-Que empiece la diversión- dijo el moreno riendo.