Amor de psicópatas

Capítulo 38 (FINAL)

Abby estaba terminando de arreglarse cuando alguien llamó a la puerta.
-Señorita Wilson, el señor Müller la está esperando abajo- dijo una señora que tenía el rostro cubierto de arrugas y que entró en la habitación con mucha elegancia.- debo decir que está usted espectacular, pero ¿Por qué no se ha puesto el otro vestido? ¿Acaso no era su talla, señorita?
Abby observó estupefacta a la señora que le sonreía con amabilidad. ¿Qué otro vestido? Ese era el único que ella se había traído, todo lo demás de maleta consistía en sudaderas, pantalones y alguna otra camiseta.
-N-No sé a qué se refiere, no tengo ninguno más.
-¿Acaso no lo ha visto?- dijo la mujer acercándose a la cama.- Antes, mientras usted estaba bañándose, mis compañeras y yo hemos traído esto- dijo señalando una caja de terciopelo rojo que se encontraba en el centro de la cama- Lo ha encargado el señor Müller para usted, estoy segura de que se verá hermosa.
Abby estiró sus brazos para coger la caja, y después la abrió. Del Interior sacó un vestido precioso del mismo color de la caja que tenía una abertura el la pierna derecha.
-Le gusta, ¿Verdad? Es maravilloso, ¿Quiere que le ayude a ponérselo?
Abby asintió. Cuando la señora término de subirle la cremallera, Abby se dirigió al espejo. El vestido era perfecto, y encajaba en ella de maravilla.
-El señor Müller tiene mucha suerte de estar con usted- y añadió mientras sacaba de la caja unos tacones rojos.- Debe amarla mucho.
-Oh, no, se equivoca, Ethan y yo no somos nada.
-¿De verdad? Sin embargo eres la primera mujer que ha traído aquí.
-¿La primera?
-Asi es -asintió- para serte sincera, es usted la primera persona que pisa este lugar. El señor Müller lo frecuenta poco y siempre lo ha hecho solo, nunca con ningún acompañante, así que debe ser usted muy especial para él- sonrió la señora.
-Es un lugar verdaderamente maravill...- Abby fue interrumpida por la voz agradable de la mujer.
-Oh, señorita, no me refiero a lo espléndido que es este lugar, me refiero a la importancia que tiene para nuestro señor.
-¿Por qué es tan especial para él?
-Es el sitio dónde su padre le pidió matrimonio a su madre. Es el sitio dónde pasaban las vacaciones. Es un sitio lleno de recuerdos para él, por eso estoy segura de que no viene tan seguido. Le es doloroso estar aquí porque se acuerda de cuando era feliz.
Abby no supo que decir.
-Señorita, le voy a pedir un favor- agarró la mano de Abby con delicadeza.- Hazle feliz, ¿De acuerdo? El señor Müller no es una mala persona pero lleva viviendo en la soledad mucho tiempo, ha sufrido mucho... Era un niño tan risueño, tan alegre a pesar de que nunca recibió la debida atención de sus padres, siempre tan ocupados en el trabajo. Ha sido infeliz la mayor parte de su vida, así que devuélvele todos esos años felices que ha perdido. Hacía mucho que no le veía sonreír como hoy.- A la mujer se le escapó una lágrima que se fue deslizando por su rojiza mejilla hasta desaparecer.- Bien, bajemos, llegamos un poco tarde.
La mujer condujo a Abby por el jardín hasta llegar a una mesa blanca adornada con flores y velas. Allí se encontraba Ethan. Un hombre trajeado ayudó a sentarse y posteriormente sirvió dos copas con el mejor vino que Abby había probado.

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Tras la cena, ambos estaban dando una vuelta por el jardín.
-¿Te está gustando?- preguntó mientras la chica observaba con entusiasmo un puñado de rosas que crecían cerca de la fuente.
-¿Gustar? Me está encantando, muchísimas gracias Ethan, valoro mucho lo que estás haciendo.
-Que alivio, nos ha costado mucho planificar todo, queríamos que hasta el mínimo y más pequeño detalle estuviese perfecto.
-¿Nos?
-Si, Tania me ha ayudado con todo esto, te has buscado a una buena amiga-dijo Ethan -por eso ninguno de los dos podíamos contarte lo de nuestra conversación en la cafetería
-Luego la llamaré y le daré las gracias por todo esto- aseguró Abby sintiéndose afortunada por tener una amistad con aquella chica- pero, ¿Por qué en la cafetería? Es decir, es donde trabajo, ¿no era un poco arriesgado?
-Ah- dijo el joven a caracajadas- eso fue idea mía... ¿Te pusiste celosa, cierto?
-Para nada.
-Abichuela, a mi no me engañas. Me alegro que mi objetivo se cumpliese.
-¿Fuiste ahí porque querías ponerme celosa?
-No estaba mal que probases la medicina que me tengo que tomar yo cada día cuando te vas con el tal Samuel a trabajar.
-Vale, vale- dijo ella sonriendo y luego cambió de tema- hay algo que no entiendo, ¿Como es posible que teniendo tanto dinero vivas en la cabaña?
-Tecnicamente, yo no vivo en la cabaña, ahí vives tú, y contestando a tu pregunta, nunca me ha gustado esto.
-¿A qué te refieres?
- A que el dinero trae problemas, demasiados problemas.
-Bueno, pero...
-En el accidente, nuestro coche se incendió. Desaparecí de allí temiendo que el accidente se hubiese producido por los múltiples enemigos de mis padres y que estos, al ver que yo estaba vivo intentasen matarme. Me escondí en la cabaña durante mucho tiempo hasta que me llevaron al orfanato. Era un niño como cualquier otro, sin documentación nadie podía saber que yo era poseedor de semejante fortuna. Así que pensé: "por fin vas a poder tener una familia, vas a poder despreocuparte de todos los problemas de ser el hijo de alguien conocido, por fin recibirás atención..." No me malinterpretes, amaba a mis padres, pero no los consideraba padres, nunca jugaron conmigo, no se encargaron de mi educación, nunca me leyeron ningún cuento... Vivían demasiado ocupados. Mi plan era ser adoptado, amado y si algún día me faltaba dinero reclamar mi herencia.- miró como caía el agua por la fuente.- A partir de aquí ya te conoces la historia, nadie me adoptó, me escapé, viví como pude y cuando cumplí 18 reclamé todo esto.
-Ethan, yo...-
-Podría haber vivido mejor, lo sé. Sé que Nieves me estuvo buscando por todo el país, por todos los orfanatos y centros donde pudiese estar. Me buscó durante mucho tiempo, pero yo no tenía identificación y después de muchos años ella también pensó lo que la gente le decía, que mi cuerpo no había sido encontrado porque me había calcinado por el fuego.
-¿Nieves?
-Creo que ya la conoces, es una señora  mayor, que trabaja aquí, era la ayudante de mi madre y ha sido la persona más cercana a mí, me considera un hijo y yo una madre, me arrepiento por no haberle dicho que estaba vivo, tuvo que sufrir mucho.
-Ethan, lo hiciste bien, eras solo un niño, ella te sigue queriendo.
- En fin, a partir de ese día empecé a apreciar mucho más todo. Antes nunca me había faltado comida, y de repente no tenía nada que llevarme a la boca. Antes me sobraba dinero, y de repente, se volvió una obligación robar para tener algo. Nunca había sido problemático, pero comencé a matar porque me liberaba del dolor que sentía en mi cuerpo. Antes no me faltaban caricias, y sin embargo llevó mucho tiempo solo. Durante mucho tiempo no tuve nada, y ahora lo vuelvo a tener todo, y sin embargo, odio el presente tanto como el pasado, porque el dinero no da la felicidad. Lo que da la felicidad es sentirse amado, y lo sé ahora porque estoy empezando a ser feliz- dijo mirando a Abby y depositandole un beso en los labios.
-Ethan, no sé cuántas veces te lo habré dicho ya, pero te amo.
El chico sonrió y volvió a besarla.
-Yo también Abby.
Siguieron paseando, y cuando estaban a punto de regresar adentro, el chico recordó una cosa.
-Abichuela, cierra los ojos.
Ella obedeció y sintió como Ethan agarraba su mano e introducía con delicadeza un anillo en su dedo.
-Ábrelos.
Los ojos de ella fueron hasta su anular donde se encontraba un anillo de oro precioso.
-E-Ethan...
-Era de mi madre- explicó él.- Se lo regalo mi padre en su primer aniversario. En el accidente mi padre murió en el acto, pero mi madre sobrevivió durante un par de minutos, y mientras yo ponía todas mis fuerzas en sacarla del coche como fuera, sin ningún tipo de éxito, me dijo: "prométeme que le darás este anillo a la persona que te haga el hombre más feliz del mundo". Se lo quitó del dedo y me lo entregó. Ahora entiendo porqué me hizo prometerle eso, quería asegurarse de que su hijo volviese a encontrar la felicidad, que volviese a sonreír. Lo he estado guardando durante todo este tiempo, esperando encontrar a aquella persona que considere perfecta, con la que quiera pasar el resto de mi vida y creo- dijo mirando a Abby- que nunca encontraré a alguien tan loca como tú, así que deberías ser la que lo lleve.
-"Todos somos el manicomio perfecto para alguien que quiere disfrutar de la locura".- comentó la chica recordando una frase que había leído años atrás, y que por aquel entonces no había logrado entender del todo hasta ese momento.
-¿Qué acabas de decir?
-Que eres mi manicomio y yo el tuyo.
-¿Y eso es bueno?
-Es sin duda lo mejor que nos ha pasado en la vida.

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Y como se esperaba, esa noche fue mágica. Abby perdió algo muy importante para ella, pero a cambió ganó otras muchas sensaciones nuevas. Ethan se sintió más feliz de lo que había sido nunca. Hubo besos, caricias, promesas, declaraciones, sentimientos y emociones. Fue la noche en la que Abby entregó su corazón a Ethan y él el suyo a ella. Fue una noche que recordarían para siempre, y no solo por el simple hecho de que fuese su primera vez juntos.

¡Hola! Muchísimas gracias a todos los que han estado esperando tanto tiempo (creo que han sido dos años) para ver esta historia terminada. Gracias por todos vuestros mensajes y por haber acompañado a estos dos personajes hasta aquí. Ha sido mi primera historia y no me puedo creer todo el apoyo que ha recibido, espero que el final haya estado acorde a vuestras espectativas. Empecé esta historia en 2018, a punto de cumplir 14 años, siendo solo una idea que había en mi cabeza. Estoy muy orgullosa de haberla podido terminar y espero que la próxima novela, que he decidido que se llamará "Tíñeme de rojo" sea tan amada como esta (pronto publicaré el primer capítulo).
En fin, que os quiero mucho y que muchas gracias, que nunca imaginé todo esto <3