Capítulo 14

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Ethan entró a la cabaña. Observó a la castaña, la cual seguía dormida aunque ya fueran las dos del mediodía.

-Abichuela, despierta- el chico le tocó el hombro dándole pequeños golpecitos, pero Abby ni se inmutó. -Dormilona despierta ya- continuó insistiendo el chico.

-Déjame- susurró ella aun con los ojos cerrados.

-Si no te levantas ya, no saldremos- ella abrió los ojos y enseguida salió de la cama. Necesitaba alejarse de ese lugar, llevaba ya dos semanas encerrada en la cabaña y no podía más.

-Vístete, estaré fuera esperándote- el chico abrió la puerta -Y no tardes, si no me iré sin ti.

En apenas cinco minutos la castaña ya se había aseado, vestido y peinado. Abby abrió la puerta y salió. Se sintió tan bien cuando el aire fresco chocó contra su cara, que se les escapó una sonrisa de felicidad y cerró los ojos para intentar disfrutar de aquella brisa aún más, y es que resulta, que el imbécil de él, ni siquiera le dejaba salir a dar una vuelta por el bosque, así que hoy había sido la primera vez que salía desde que el chico puso aquella norma.

-¿Dónde vamos a ir?- Ethan tiró el cigarrillo que llevaba en sus manos al suelo y lo pisó, apagándolo. 

-No te ilusiones, solo iremos a dar una vuelta- ambos empezaron a caminar dirigiéndose al pueblo. Los dos mantuvieron el silencio durante diez largos minutos, hasta que Abby vio algo que llamó su atención. Se acercó al cartel que estaba pegado con celo a una farola.

"Desaparecida, edad: 18 años, rubia con pelo largo, ojos azules, de comprensión delgada: 55kg, altura: un metro con sesenta y cinco centímetros, ropa que vestía el día que desapareció: vestido azul con tacones y varias joyas, último lugar dónde se la vio con vista: Discoteca Ginebra"

Ethan se acercó a la joven la cual estaba leyendo el contenido del cartel.

-Están por todas partes- dijo él de manera indiferente. Abby no le hizo ni caso ya que seguía embobada observando la foto. ¿Esa era Kimberly, verdad?, pensó ella.

-La conozco- aseguró la chica sin apartar la vista del folleto.

-¿Qué?- preguntó el joven.

-Iba conmigo al instituto- el chico la observó, ella tenía una expresión que le confundía, ¿estaba triste, afectada, preocupada?

-No me hagas mucho caso, pero creo que la mate yo- la chica se giró hacia él.

-¿En serio?- preguntó un tanto incrédula.

-Si, creo que es la chica con la que tuve sexo el otro día en la discoteca- dijo observando la foto -después la apuñale- la chica le miró a los ojos durante varios segundos y entonces, Abby hizo algo que sorprendió mucho al joven. Abby se tiró a sus brazos, Ethan le intentó sujetar poniendo sus manos al rededor de la cintura de ella.

-¡Gracias, gracias,gracias!- y lo abrazó.

-Abichuela, bájate ya- la chica llevaba más de tres minutos columpiándose en sus brazos y dándole las gracias, y él, ya se estaba empezando a hartar, pero ella no le hizo ni caso y siguió agradeciéndole.ç

-¿Sabes?, la próxima vez que vayas a matar a una de mis enemigas, avísame- y sonrió de la emoción y del entusiasmo.

-Abichuela, contrólate, nadie puede saber que fui yo- ella asintió feliz.

-Tranquilo, no tengo a nadie a quién contárselo, así que será nuestro secreto, por cierto, aún no me has dicho dónde vamos.

-Vamos a comprar algo para comer, tragas demasiado.

-Si, si, lo que tu digas, pero si no te importa, ¿podemos pasar un momento por un sitio?- Ethan observó la casa a la que se refería Abby.

-¿Quieres robar?- preguntó el moreno.

-No, en realidad, tengo llaves- y se acercó a la casa. El joven la siguió por detrás.

¿Acaso esa era la antigua casa de Abichuela?


Amor de psicópatasWhere stories live. Discover now