⭐6⭐

972 119 11
                                    

Un grito agudo la hizo despertar, de un brinco se sentó en la cama, miro su entorno desorientada para descubrir que estaba sola en la habitación de su apartamento en el décimo piso de la torre Blue Garden

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

Un grito agudo la hizo despertar, de un brinco se sentó en la cama, miro su entorno desorientada para descubrir que estaba sola en la habitación de su apartamento en el décimo piso de la torre Blue Garden. En efecto se encontraba sola, totalmente sola, lo que le dejaba claro que el grito que la despertó solo pudo ser emitido por ella misma, nuevamente había tenido pesadillas.

Hacia aproximadamente veinte días que había regresado de visitar a su familia. Cada vez que se reunía con ellos volvía a sentirse llena de vitalidad, pero nuevamente se le estaban agotando las fuerzas y esa sensación de soledad volvía a golpear, a sembrar la semilla de la angustia llevándola nuevamente a tener pesadillas, odiaba cuando eso pasaba.

A estas alturas ya debería de haber perdido el miedo a ese estúpido y recurrente sueño, desafortunadamente no era así, lo que soñaba parecía tan real, que al despertar aun podía sentir sus manos y pies atados cortando la circulación de sus venas, se llevo la mano a la frente como buscando la herida que soñó en ella, más lo único que pudo palpar fue sudor, sonrió al pensar que entre gritos llamó a Raúl... que tonto y absurdo todo aquello.

No era normal que después de tantos años ella siguiera trayendo a su mente a ese hombre que no fue más que un mal capítulo de su vida.

Miro la hora, ya casi daban las tres de la madrugada, le sería imposible retomar el sueño. Después de su divorcio se había mudado a vivir al otro extremo de la ciudad, lo que conllevaba a que tuviese que madrugar más, pero eso no le importaba, tal vez hasta era mejor, así gastaba horas de su día en carretera y eso en cierta forma la mantenía ocupada.

Se sentó frente a la computadora y empezó a escribir línea tras línea con maestría, ya lo había pensado suficiente y la decisión estaba tomada. Repaso lo escrito y dio clic a imprimir.

— ¿Cómo así que presentaste tu renuncia? — exclamó Luisa al otro lado del línea telefónica.

— Deje mi vacante disponible y pedí traslado al hospital de Santa Lucía, ahora me toca esperar... Aunque por eso te llamo, tal vez tú me puedas ayudar con eso... La doctora Anderson y tú son muy buenas amigas—. señaló, asiendo referencia a la directora del centro hospitalario antes mencionado.

— Claro mi amor, ahorita mismo la llamo... Es la mejor noticia que me has dado... llamaré enseguida a Paola, de seguro ella también se pondrá feliz y hará los trámites para que te trasladen rápido. ¿Ya lo sabe tú papá?

— No, eres a la primera que se lo cuento— . La alegría que se dibujó en el rostro de Luisa valía cualquier sacrificio, lamentablemente Marissa no la podía ver.

Hablaron unos minutos más. Ya estaba hecho, si tenía suerte pronto estaría de vuelta al pueblo que la vio nacer, del cual guardaba amargos recuerdos, pero que a su vez amaba por ser el lugar donde nació, se crio y vivía su familia.

Marissa presentó su carta de renuncia, sintiendo que el paso que estaba por dar era un retroceso en su vida profesional, en la amorosa ya había fracasado y no lograba vislumbrar un futuro mejor para ella.

Una errante Un perdido   (Inefable 2)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin