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Alicia estaba orgullosa de su hermano, mejor decisión no pudo tomar; el brindis por parte de ella fue emotivo y lleno de halagos para los recién comprometidos

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Alicia estaba orgullosa de su hermano, mejor decisión no pudo tomar; el brindis por parte de ella fue emotivo y lleno de halagos para los recién comprometidos. Ese sí era un cambio del cielo a la tierra y solo para bien, aseguró.

Cuando los novios pactaron la fecha para celebrar la unión, Luisa protestó pues según ella era un plazo muy corto para organizar una boda como manda la ley, Alicia sin reparos cuestiono un posible embarazo y cuando ambos lo negaron Aneth y Augusto se mostraron descontentos, pensar en la próxima llegada de un nieto les hacía ilusión.

Al final lograron ponerse de acuerdo y seis meses fue el tiempo estipulado y desde ese momento la cuenta regresiva se activó en espera de que el soltero mas codiciado de la región dejará de serlo para convertirse en un hombre casado.

El sonido de la puerta de al lado fue azotada con tal furia que la hizo despertar, Nala se puso en pie y salió a ver que sucedía, llamó pero nadie contestó, giró la perilla pero esta no cedió, insistió en llamar pero Diana no se inmutó en responder. Le resultó extraño, su hermana se había vestido con el mejor vestido que tenía y ella misma la ayudo a peinar para asistir a la velada que el patrón ofrecía, ella prefirió no estar presente, se sentía incomoda en aquel lugar, si estaba allí era únicamente porque Diana así lo quiso. Había sido arrastrada por su hermana a ese pueblo, en verdad le tenia pavor al hombre que intentó propasarse con ella, pero se creía capaz de defenderse como lo había hecho en aquella ocasión varios meses atrás, no entendía porque Diana no se inmutó cuando ella la llamo para contarle y ahora repentinamente la obligaba a ir a ese lugar con el pretexto de querer protegerla.

El pasado de Diana le pisaba los talones tanto a ella, como a su hermana. No pasaba un día sin maldecir su suerte. Sí, porque todo era culpa de la maldita suerte. Venía condenada desde antes de nacer, nunca conoció a su padre, su madre se ganaba la vida de finca en finca haciendo diversas labores, muchas de ellas más apta para un hombre que para una frágil mujer, aunque su madre no era frágil, al contrario, era una mujer fuerte, aún en su memoria conservaba recuerdos de ver a su madre bajo un intenso sol arrancando papas o algún tubérculo que ella a sus escasos cinco años no sabía diferenciar, mientras tanto ella esperaba resguardada a la sombra de un gran árbol de ciprés que le servía de amparo tanto del sol, como de la lluvia y como ese mil recuerdos mas habitaban su mente, recordaba cuando vio la panza de su madre abultarse inexplicablemente, a sus siete años no le era fácil entender el porqué mamá lucía cada vez mas gorda y cansada, pero algo bueno sucedido gracias a eso, un señor extraño de piel pálida y grandes ojos verdes empezó a proveerles alimentos, muchos alimentos y mamá no tuvo que volver a trabajar bajo el inclemente clima; después llego Nala con sus impresionantes ojos claros y allí comprendió que ya no eran ellas dos contra el mundo ahora había una bebé que llenaba de sonidos sus días y noches.
El extraño señor siguió apareciendo de vez en cuando con dinero y comida. Y con el tiempo fue siendo consciente de cosas: el hombre que supo se llamaba Pablo llegaba en un gran auto y últimamente discutía con mamá. Las visitas de él eran las más ansiadas tanto por ella como por su pequeña hermana. Principalmente por Nala a quién el hombre trataba con especial cariño y es que con el tiempo comprendió que aquel sujeto era el padre de su hermana. Ella tenía diez años y su hermanita pronto cumpliría tres cuando aquel hombre llegó con una señora e intentó llevarse a Nala, su madre se lo impidió a gritos, llantos y hasta golpes.

Una errante Un perdido   (Inefable 2)Where stories live. Discover now