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Raúl vio a Lucas avanzar hacia él con actitud extraña, su rostro parecía una ecuación difícil de descifrar, justo en ese momento Miguel volvió a hablar a través de el móvil

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Raúl vio a Lucas avanzar hacia él con actitud extraña, su rostro parecía una ecuación difícil de descifrar, justo en ese momento Miguel volvió a hablar a través de el móvil.

—Estaré esperando a la veterinaria, gracias nuevamente.

—No dudes en contar conmigo en lo que veas que pueda ayudarte, dentro de unos minutos Diana debe de estar llegando a tu casa. —aseguró.

Se despidieron y Raúl solo logró ver la espalda de Lucas a varios metros de distancia caminando hacia la gran casona. Llamó a uno de los muchachos que allí trabajan y le pidió que le ayudará a ensillar a Tango, iría a dar un recorrido por los campos, necesitaba despejar la mente, más tarde revisaría junto a Lucas algunos documentos importantes relacionados con las ventas y pedidos de caballos, por la noche se reuniría con su amigo el norteamericano dueño de Bambú's restaurant, él sería uno de los arquitectos que trabajaría en la construcción de TAVHOR S.A.
La ansiedad por empezar a hacer realidad lo que en su momento solo fue un gran sueño lo estaba catapultando.

Lucas entro a la casa grande furibundo, a cada paso que daba sentía su sangre más espesa, Diana le debía una explicación, no iba a enfrentar a Raúl hasta no haber hablado con ella, pensándolo bien el nunca le confesó a su patrón la relación que mantenía con Diana, sabía que se vería poco profesional, recomendar a la mujer con la que mantenía un romance a un puesto de trabajo que él mismo insistió en crear. Traía atorado en la garganta un grito, y sus manos ardían de deseo por destrozar todo a su paso.

Diana se encontraba sentada a la mesa de cocina tomando un café, había dejado su maleta intacta sin desempacar, no lo haría hasta volver a insistir a su precioso jefe que le concediera un mejor lugar donde dormir, algo se le tenía que ocurrir antes del anochecer.

—Diana.... —escuchó pronunciar su nombre como un aullido. Se paró de un salto, reconociendo la voz de Lucas —.Diana... —volvió a gritar Lucas y ella sintió su cuerpo tensarse.

—¿Es qué no va a contestar? —preguntó Clemencia en tono poco amigable, a sus cortos 19 años nunca había repudiado tanto a alguien sin razón aparente, pero a esa mujer con porte de modelo y aires de reina la traía entre ceja y ceja y —. Aquí está —delató, saliendo al paso.

Lucas estuvo dentro de la cocina en fracciones de segundos, caminó hacia Diana sin reparar en la chica del servicio que allí se encontraba, tomó a Diana por el brazo haciendo presión en ella.

—¿Qué diablos es todo esto? —reclamó sacudiendo el delgado cuerpo de ella.

—Lucas suéltame, o...

—¿O qué?... Maldición Diana ¿por qué?

—Por qué te comportas así, ¿qué te pasa?... suéltame o llamo a Raúl.

Clemencia observaba el espectáculo sin entender absolutamente nada, pero tampoco hizo nada por defender a Diana "su majestad arrogancia".

La amenaza pareció hacer efecto en Lucas, puesto que la soltó y retrocedió un par de pasos. Pasos que Diana acortó para murmurar casi en su oído:

Una errante Un perdido   (Inefable 2)Where stories live. Discover now