Capítulo 10

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El jueves y el viernes pasaron volando, como un verano perfecto

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El jueves y el viernes pasaron volando, como un verano perfecto. En esta situación los días se volvían efímeros para Rex, su último encuentro con Bill había sido ayer; cuando ambos entraron a la biblioteca del instituto, se lanzaron miradas deseosas y era sólo un poco lo que les faltaba para que terminaran liándose ahí mismo. Pero para la miserable existencia de Rex a Bill le dio por empezar con sus cambios repentinos. Y como siempre; le dejaba llorando y con varias marcas (según Bill, aquello indicaba que le pertenecía).

Suspiró mientras miraba el techo de su habitación. Era sábado, el reloj marcaba las diez de la mañana y el sol ya se colaba por las delgadas cortinas dando justo en su rostro. El muchacho estaba cada vez más perdido en todo eso. Ya no sabía si pensar en temer o amar más a Bill. Al menos satisfacía uno de los deseos de esa bestia, el sexual, pero no podía llegar a su gélido corazón que parecía ser resguardado con mucho recelo.

Mientras indagaba en los bellos recuerdos de esa semana, su móvil sonó como loco, se levantó de entre las sábanas y lo cogió, miró el nombre del número, éste decía: «Travis». Sonrió de lado y contestó.

- ¿Cómo está el amor de mi vida? A perdón, no eres Jane. -dijo Travis al momento que Rex contestó-. Hola, hermano.

-Hola, Travis, ¿a qué se debe tu llamada tan temprano? -preguntó con un tono burlón mientras daba un ligero bostezo.

- ¿Temprano? ¡No jodas! Casi es medio día, ¡Levántate! -gritó haciendo que Rex alejara el móvil de su oído.

-Vale, vale. Sólo déjame dormir otras veinticuatro horas más.

- ¡Oye! Recuerda que tenemos una cita hoy. Espero que no se te haya

- ¿Cuándo me has invitado? No recuerdo ninguna propuesta. -decía entre risas.

-Venga, que no será sushi. -gruñó Travis, Rex suspiró mostrando su alivio-. Ayer te dije que iremos a un restaurante italiano.

-No me digas que es al que tus padres van. -dijo el ángel con nervios. Aquello le daba repelús, los padres de Travis tenían gustos extraños a la hora de elegir dónde comer.

-Claramente, pero no te preocupes, yo lo pago todo.

-No me preocupa el dinero. Simplemente, estoy ansioso por que llegue la noche.

-Pasaré por ti a las siete, y no quiero que me canceles. Te vigilo Morgan.

-Va...vale. -musitó a la vez que intentaba tragar sus nervios.

- ¡Nos vemos entonces! -Travis colgó, dejando a Rex en las nubes.

Suspiró resignado, tendría su primera cita, cualquiera estuviera feliz por tener una primera cita con una bella chica como Yvonne: aquella hermosa francesa que lo único que desbordaba de ella era elegancia y belleza. Rex no era de aquel porcentaje de chicos que le gustaban las mujeres. Él tenía únicamente ojos para aquel infernal príncipe, aquel demonio que con un simple resoplido ya lo tenía temblado de miedo y placer, ¿era tan imposible no ser tentado? Con alguien como él, era todo un martirio evitarlo.

Drugs and love© [Corrigiendo]Where stories live. Discover now