Capítulo 38

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El silencio en el coche era ausente, porque desde que habían comenzado a avanzar Annette no se callaba, al parecer ella intentaba mantener el bullicio de las charlas joviales entre los tres desinteresados adolescentes, quienes parecían prestarle a...

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El silencio en el coche era ausente, porque desde que habían comenzado a avanzar Annette no se callaba, al parecer ella intentaba mantener el bullicio de las charlas joviales entre los tres desinteresados adolescentes, quienes parecían prestarle atención sin rechistar, aunque la verdad tras esa atención era sencilla: Rex lo hacía para evitar que le riñese luego por no escucharla, Melanie lo hacía para no tener que soportar el fúnebre silencio que se creaba a su alrededor, y Bill, bueno, él no tenía muchas opciones al ser el conductor designado. El muchacho de ojos índigos mantenía una expresión forzada, con una sonrisa plastificada, a la par del curioso brillo de maldad que contenían sus ojos.

Rex entonces notó como Bill apretó entre sus manos el volante, dándole a entender que quería matar a su madre, a ver si así dejaba de hablar de una buena vez.

La férrea mirada del muchacho cambió por fin a una de leve felicidad, y el porqué se presentó ante las miradas de todos: la casa de los Morgan deslumbró como oasis en medio del desierto ante su mirada atenta, soltó un pesado suspiro, a manera de informar a los presentes que nuevamente se liberaría de ir a la correccional por intento de femicidio. Ya que por fin Annette se había callado.

-Bien, creo que llegamos. -informó Rex mirando a Bill con una sonrisa nerviosa.

-Claramente. -señaló con obviedad el libertino.

Al terminar de decir eso, el coche se aparcó frente a la casa. El diablo hecho hombre salió del coche al mismo tiempo que el ángel, y él mostrándose como todo un caballero abrió la puerta, para que ambas mujeres saliese, Annette al notar ese gesto sonrió y comenzó a preguntar de la razón por la cual ese atractivo muchacho no tenía novia, pues últimamente sólo le veía con su hijo, al parecer seguía soltero. Melanie suspiró mientras salía sin dirigirle la palabra a Bill, quien cerró puerta restándole atención a su comportamiento. No pasó mucho antes de escuchar el ruido de un motor, el joven de mirada gélida levantó la mirada con un mínimo de interés, vio entonces el coche de Jane aproximándose.

Jane aparcó y salió del vehículo, al igual que su abuela, ambas mujeres se dirigieron hasta los demás, Elizabeth fue directamente con Annette, en ese momento en el cual las matriarcas no veían, el joven disoluto cogió a Rex por el antebrazo, quien reaccionó con un sobresalto al sentir esa fuerza sobre sí, Bill se acercó hasta su oído de manera cuidadosa, sólo así susurró lo que deseaba desde hacía buen rato.

-Tengo ansias por besar todo tu ser, y que mis acciones toquen hasta lo más profundo de tu alma, Dino.

Rex al escucharle no lo evitó, para mantener la costumbre, sus mejillas enrojecieron denotando la evidente vergüenza. Su contrario sonrió alborozado al ver ese tierno color sobre las mejillas de ese pequeño, quien suspiró y formuló una respuesta ante tal indecencia vestida con encantadoras letras, ocultando su lado morboso.

-linda forma para decir: «Dino, quiero follarte tan fuerte hasta sentir como tu cadera y columna vertebral se hacen polvo». -susurró Rex en tono serio, a lo cual su amado soltó una risita traviesa, transformando radicalmente la seriedad en una sonrisa.

Drugs and love© [Corrigiendo]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin