Capítulo 16

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La lluvia por fin había cesado, para ese entonces Bill acariciaba el pecho de Rex, quien estaba recostado sobre sus piernas, era algo incómodo viendo el espacio del coche

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La lluvia por fin había cesado, para ese entonces Bill acariciaba el pecho de Rex, quien estaba recostado sobre sus piernas, era algo incómodo viendo el espacio del coche. El chico se ojos verdes se levantó y se abalanzó sobre Bill, pegándolo a la puerta. El ángel fue contra sus labios; aquella tentación color cereza le estaba colmando los estribos, pues ya le comenzaba a dar hambre a su libido. Miró al demonio, topándose con aquel Iceberg que tenía en los ojos, sonrió para luego seguir aquel momento tan caliente que se estaba formando, el ambiente había cambiado en cuestión de leves segundos, el calor se sentía y los latidos del acendrado corazón de Rex se escuchaban por todo el lugar. Las manos del demonio delinearon su cintura y fueron deslizándose hasta llegar a su trasero, el cual en cuestión de breves segundos comenzó a ser magreado por las fuertes manos del adolescente.

El ambiente subía de tono, aquel calor se intensificaba al pasar los segundos y Rex ya sentía que tendría la erección de Bill bajo su trasero en poco tiempo. Ambos se esmeraban en volver aquel momento más atrevido; se proporcionaban mordidas, se acariciaban y no era mucho lo que faltaba para que al final follasen. Pero por obra maléfica del destino fueron interrumpidos antes de comenzar con el perverso acto, pues Meredith tocó el cristal de la ventanilla del coche. Bill soltó a Rex con una agilidad felina.

Titubeó unos segundos, no quería ver a la joven después de lo sucedido durante su perforación. Suspiró e intentó mostrarse neutral, aunque la verdad quería matarla (no sólo por interrumpirlos, sino también por aquello). Con un ademán le indicó al angelito que esperará, éste no le cuestiono, se limitó a acomodarse en su asiento a la par de regular su agitada respiración.

-Es una amiga. -susurró para que Rex lo escuchara. Él simplemente asintió.

Bill después de decir aquello bajó la ventanilla dejando ver a la hermosa chica de cabello corto y mirada veraniega. La joven, quien aún se mantenía en las nubes por lo sucedido, comenzó a hablarle, esto sin notar la presencia de Rex.

-Bill, se te ha olvidado el móvil en el local, te lo he traído... -avisó con un tono nervioso. Bill sonrió con malicia al escucharla, pues se deleitaba al ver aquel miedo que revolvía con placer, era simplemente exquisito a su vista.

-Gracias Mer. -retribuyó el chico, cogiendo y guardando el aparato en uno de sus bolsillos.

Ella sonrió tratando de relajar el ambiente, pues entre ambos había una tensión (la sexual, claramente), que le parecía muy extraña. Al abrir la boca para soltar su primera estupidez en busca de proponerle pasar una noche juntos, notó a aquel niño tan precioso que tenía Bill a su lado.

Su sonrisa por breves segundos se esfumó, dando lugar a un tipo de «poker face», Bill decía la verdad cuando le comentó sobre su hermoso acompañante. Meredith se quiso clavar un puñal en la pelvis por pensar que Bill le daría una oportunidad, pero debía admitirlo, quedó enternecida y fachada por el niño de mirada lozana.

Drugs and love© [Corrigiendo]Where stories live. Discover now