Un buen castigo

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     -Es en esta calle. –señaló el cachetón al chico de 17, que amablemente se ofreció a llevarle a su casa. En ese pequeño vehículo iban 8 personas, unas incluso sentadas sobre otras, todas siendo llevadas a su hogar por uno de los pocos chicos con vehículo de la fiesta. Con vehículo, mas no con licencia.

-Claro Jimin. –el castaño casi grita al oír que sabía su nombre, y miró a Taemin, en el asiento trasero, sentado sobre una chica de unos 19 años que estaba bastante ebria, acariciando los cabellos del chico con cariño.

Jimin estaba tan feliz. Se había divertido como nunca, bailó sin parar, no bebió nada ni aceptó esa droga que le ofreció un muchacho, no hizo nada "malo", a excepción de: salirse de casa sin permiso, caminar en la obscuridad de la noche para ir al parque donde Taemin pasó por él (con el mismo chico que ahora les regresaba sanos y salvos a su hogar), ir a una fiesta donde la mitad de los invitados estaban drogados, aceptar bailar con el chico más popular de la escuela solamente por tener más reconocimiento y, como cereza al pastel, volver a su casa pasadas las 2 de la mañana, en un carro con gente borracha y mayor que él.

Oh, pero al menos él estaba bien.

-¡Es ahí! –señaló su hogar, esperando que el chico frenara antes de llegar pero no, se detuvo enfrente de la casa con ventanas obscuras, al igual que el resto de casas- Gracias.- susurró.

-¡Adiós Traserito! –gritó uno de los pasajeros, ubicándolo por el apodo que ganó esa noche, y como le dijeron que todas las personas geniales tenían un apodo, no replicó por más que le incómodase. Se bajó rápido, despidiéndose con su mano cuando el chico que bailó con él también bajó.

-Eh, regresa, debí llegar a mi casa a las 10, tengo prisa. –dijo la chica que ahora abrazaba a Taemin, quedándose casi dormida luego de hablar. Jimin notó la expresión de su amigo, pedía ayuda, pero nada podía hacer él.

Miró al alto muchacho de 18, tan guapo para él, e inalcanzable –Solo quiero despedirme bien de Traserito, fue un placer bailar contigo Jimin. –el menor sonrió por las palabras, mirando a su hogar y dando un paso hacia él antes de volver a mirar al chico.

-Lo mismo digo, fue divertido, adiós.

Sacó las llaves de su casa, y la gran mano del chico cubrió la suya, sosteniéndole para que no se diera la vuelta y provocando que entrase en pánico por la manera en era mirado.

Como si no estuviese con el corazón a punto de salir de su pecho, las luces de afuera de su casa se encendieron, y el chico le soltó diciendo un "mierda" mientras la puerta principal se abría. Jimin se giró, mirando con terror a ambos padres salir de su hogar, pensando verles con expresiones sumamente enojadas, pero no, estaban serios.

-Buenas noches, ya nos íbamos. –dijo el chico, listo para huir si es que la pareja sacaba una pistola.

-¡¿TIENES DOS PAPÁS?! ¡YO QUIERO! –le chica gritó, y el resto le pidió silencio mientras pensaban matarla por su inoportuno comentario.

Jimin comenzó a temblar, viendo como se acercaban a él, pero se confundió enormemente al verles sonreír -¡MI BEBÉ! –Jin le abrazó, confundiendo a todos por la alegría en su voz- ¿Cómo te fue en tu primera fiesta de adolescentes? Oh, estoy tan orgulloso de mi bebé. Miralo, ya es todo un loco adolescente.

Lo siguiente que sintió fue que apretaban sus mejillas, quisa con demasiada fuerza, pero seguía confundido como para pensar en eso.

-¡Eh, adolescentes loquillos! –Nam se apoyó en sus rodillas para hablarles a los chicos del carro- ¿Cómo se portó nuestro bebé? ¿Bailó mucho?

Tres rieron, y el conductor asintió –Sí, bailó, señores...

-¡Kim! Somos sus padres, hola a todos –Jin se acercó para saludar de mano a cada uno de ellos-. Qué lindos son todos, ¿Verdad Namjoon?

Cosas De Adolescentes - NamjinWhere stories live. Discover now