Aquí estamos

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     Luego de algunas llamadas y de la insistencia de parte de los adolescentes, Namjoon accedió a por ir ellos.

-Volveré tan rápido como pueda y te traeré ropa, ¿Sí? –Seokjin asintió sentado, observando a su esposo dudoso de marcharse. Le animó palmeando su abrigo, justo en el bolsillo.

-Te llamaré si ocurre algo, ve por ellos que deben estar muy angustiados. –con un movimiento de cabeza, Namjoon se dio la vuelta y se retiró de la sala de emergencias, yendo hacia su hogar para cambiarse y traer a sus hijos. Después de casi dos horas, el lugar seguía viéndose tan vacío como cuando llegaron, tan solo y callado que Seokjin no sabía si aquello era una buena señal o no.

Se les había informado del proceso de la operación y de lo que padecía su hijo, aseguraban que si se cuidaba bien no quedarían secuelas que le impidieran llevar una vida normal, lo que sí debían hacer era cuidarlo mucho para evitar infecciones.

A pesar de que le hayan dicho que era completamente normal la apendicitis, que surgió de manera natural y no por algo que hayan hecho mal, la culpa no se iba de su pecho. Trataba de alejarla para solo enfocarse en su hijo pero no podía evitarlo. Los recuerdos de los gritos no le dejaban tranquilo, dolía bastante.

Quería levantarse y volver a preguntar por el estado e su hijo, pero bien sabía que tendría la misma respuesta, y eso le desesperaba. Necesitaba saber que todo iba bien, quería verle, abrazarle y pedirle disculpas por lo que le gritó.

Cada minuto parecía eterno, tanto que cuando llegó la doctora pensó que habían pasado más de 24 horas aguardando. Él se levantó acercándose a ella, casi gritando cuando se retiró el cubre bocas mostrando una sonrisa –El joven Kim se encuentra descansando, la operación ha sido exitosa señor Kim –Seokjin tuvo tantas ganas de abrazar a la mujer, pero solo mostró una enorme sonrisa y unas lágrimas de felicidad que se le escaparon-. Está bajo anestesia todavía, descansando, puede entrar a verle, pero el horario de visitas empezara hasta dentro de unas horas, le pido que respete eso.

El castaño asintió limpiándose las lágrimas, riendo de felicidad cuando la mujer le acompañó en su risa por ser tan característica. La doctora le dio el número de la habitación a la que fue trasladado, así que pronto Seokjin se encontraba en las escaleras subiendo para ir a ver a su muchacho. Mandó un mensaje a Namjoon con el número mientras buscaba la habitación, entrando cuando la localizó.

Su hijo estaba con ambos ojos cerrados mientras una enfermera le atendía, acomodando los tripies de donde goteaban los sueros, dedicándole una sonrisa amable al hombre que recién entró.

-Quizá tarde algo en despertar. –le informó a lo que Seokjin asintió solo mirando a su hijo, acercándose a la cama sin dejar de ver esas facciones tranquilas, su cabello negro cubriendo su frente y cejas, casi sus ojos.

La misma enfermera le acercó una silla para que se sentara al lado de su hijo, el hombre agradeció en un susurro, como si su hijo estuviera en un sueño ligero y temiera despertarlo. Saliendo por la puerta, dejó a los dos hombres solos.

Seokjin mostró una sonrisa más grande estirando su mano para pasarla por la frente de su hijo descubriéndola de cabello, terminando por acariciar la mejilla con suavidad –Yoongi, estoy aquí, tranquilo. –susurró.

Pasó un rato en el que todo lo que sucedió fue que Yoongi respiraba con calma dormido mientras Jin acariciaba la mano de su hijo, esperando a que despertara. Pasó casi una hora, tiempo en el que todavía no volvía Namjoon debido a la distancia entre el hospital a su hogar, y entonces, las pestañeas de Yoongi aletearon avisando que despertaba.

Seokjin se acercó más fijándose en su hijo adolescente, en su rostro y cómo este se arrugaba debido a la incomodidad que sentía –Hola Yoongi, aquí estoy –le hizo saber poniéndose de pie para que al adolescente fuera más sencillo verle, y así fue, luego de parpadear sus ojos obscuros miraron al hombre, mejor dicho su silueta, pues la luz sobre el hombre no le permitía verle bien. Volvió a cerrar sus ojos, escuchando su voz y apretando la mano que tomó la suya-, ¿Cómo te sientes?

Cosas De Adolescentes - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora