Extra #2

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Un amigo y un hermano

     La vida era verdaderamente complicada, y era muy duro cuando eso era una de las primeras cosas que aprendía un niño, algo usual en el orfanato. Eran muchos niños, y pocos cuidadores, incluso con voluntarios no podían atender bien a todos y eso era verdaderamente frustrante.

Como esa noche. La temporada de lluvias no había hecho más que llegar con fuerza ese año, azotando el lugar viejo y gastado, algunas puertas estrellándose con los marcos con tanta fuerza debido al aire que se filtraba por algunas ventanas que estaban en mal estado, los truenos resonando y aparte, las luces fallando en ocasiones, eran el peor de los tormentos para muchos de los niños y las niñas.

Taehyung era uno de ellos. Con dos años cumplidos unas semanas atrás, el niño era de los más pequeños en el lugar y uno de los que más sufrían con las tormentas. Tenía tanto miedo, que ni las dulces canciones entonadas por las mujeres, ni sus amables brazos podían distraerles del tronar del cielo. Lamentablemente, Taehyung no era el único niño sufriendo, otros más a su alrededor sollozaban esperando protección de la cruel tormenta, y con tantos niños, los presentes adultos no podían calmarlos. Cuando uno dejaba de llorar, otro empezaba a gritar, y cuando ese se calmaba, uno se escondía bajo sus sabanas y se negaba a salir sin dejar de sollozar.

Era sin duda alguna una terrible noche.

Yoongi, desde su cama asignada, no podía dejar de verle ni de oírle, estaba sintiéndose muy incómodo porque el no hacer nada por Taehyung siempre le había parecido incorrecto, él quería cuidarle, quería ser un buen hermano a pesar de que le dijeran en más de una ocasión que ellos no eran hermanos, que Taehyung era un varón y no su pequeña hermanita.

Sin importarle eso en absoluto, se sentó viendo al niño que sollozaba sentado en su cama mirando a la mujer a unos pasos que atendía a una pequeña que se estaba enfermando y que también estaba llorando, sin poder hacer más por Taehyung que asegurarle que no les pasaría nada, que estaban seguros de la tormenta dentro de ese edificio.

Los pies del pálido niño de cinco años tocaron el suelo antes de ir despacio hacia el pequeño que no dejaba de sollozar en su cama con barrotes, razón que si bien le era un obstáculo para llegar a él, Yoongi decidió pasarlo. Se subió, esforzándose para pasar a la cama del menor, sorprendiendo al niño que dejó de llorar un momento observando al otro niño con ojos grandes y llorosos, hipando constantemente mientras Yoongi se sentaba con intenciones de darle un abrazo.

Vaya sorpresa se llevó cuando el propio Taehyung, reconociéndolo como el niño que había estado a su lado desde que comenzó a identificar lo que le rodeaba, fue hacia él sentándose sobre sus piernas, haciéndose de lado hasta que cayeron al colchón, el menor haciéndose cada vez más chiquito entre los brazos del peli negro.

Por supuesto que de ese modo, los rayos no pararon, tampoco la potente tormenta, pero sí de poco a poco su llanto. Se sentía más protegido, querido por ese niño que le cuidaba tanto –Yoongi. –susurró entre lágrimas, apegándose a él. El nombrado jamás le hacía sentir solo, con él había jugado, había reído, había aprendido y sobre todo, había sido protegido como en ese momento. Quizás estaban solos sin una verdadera figura paterna o materna, pero estaban juntos y sentir que Taehyung le regresaba el abrazo y le llamaba por su nombre, hizo que Yoongi pensaran que mentían las mujeres y él verdaderamente era su pequeño hermano.

-No –la joven mujer susurró al verlos, arrullando a la niña que ya estaba dormida y cuya fiebre había bajado apenas un poco. Se dio cuenta de la situación de Taehyung cuando volteó a verle pensando que ya estaba dormido, pero verlo abrazado de Yoongi le hizo sentir un fuerte apretón en su estómago-, Yoongi, tú no puedes...

Cosas De Adolescentes - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora