Boda

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Había llegado el día.

Se miro al espejo por novena vez, acomodaba una y otra vez uno de los mechones rosas de su cabello. Los cambios en su cuerpo habían favorecido para que ese vestido se viera aun mejor que la primera vez que se lo probo, el ligero crecimiento de sus pechos y el ensanchamiento de cadera, incluso su vientre ligeramente hinchado hacía que aquel hermoso vestido blanco de encaje se viera hermoso en él. Aunque se había negado a usar velo, Aoi insistió tanto que al final lo aceptó... no admitiría que lo hizo porque le gustaba como se veía con este puesto, adornado con algunas orquillas en forma de flor, su cabello largo que caía por sus hombros y el maquillaje de tonalidades neutras que Aoi había insistido que utilizara. El pequeño relicario de forma ovalada con una piedra azul en el centro que Ryoken le había regalado mucho tiempo atrás en su cumpleaños.

La ultima vez que había estado parado frente a un espejo como ese, esperando a unir su vida con la de otra persona, se había encerrado en la habitación y había llorado. No dejó que nadie lo viera de esa forma... ¿quien dijo que el día de su boda había sido el más feliz de su vida? al menos eso no era válido para su primer matrimonio... pero... en ese momento no cabía de la felicidad.

- Te ves bien - alago su madre entrando a la habitación - veamos... ¿Lo tienes todo?

- Supongo...

- Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul - enumero la Fujiki de cabello rosa mirando a su hijo - el vestido... ese relicario cuenta como algo azul... ¿Lo prestado?

- Aoi me presto los guantes...

- ¿Lo viejo?

- Demonios... Lo olvide...

- Descuida - sonrió la mujer de cabello rosa pálido - imaginé que lo harías, así que traje esto.

De su bolso saco una pequeña caja algo antigua, al abrirla Yusaku reconoció el brazalete de zafiros de su abuela, sabia que esta había pasado de generación en generación entre las mujeres de la familia de su madre, pero no lo entendía...

- Cuando tengas a tu hija y ella decida casarse... Puedes darselo - sonrió Kyoko - por ahora... - prosiguió a tómalo como algo viejo, azul y prestado...

- Gracias, mamá... - sonrió Yusaku - es... Grandioso.

- Vamos, Ryoken-kun te espera...

- Si...

Tomo la máscara que su madre le ofrecía, con el cuidado de no maltratar su peinado de la colocó y tomo la mano de su madre para que lo.guiara hasta el lugar donde se reuniría con Ryoken para verse por primera vez como esposos.

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Se paseaba nervioso de un lado al otro, acomodaba su corbata una y otra vez, veía que el traje blanco estuviera perfecto. Peinaba su cabello, dejando que cada uno de sus mechones estuvieran perfectos... Estaba ansioso. Nunca pensó encontrarse en ese lugar, lo imaginó varias veces, pero nunca pensó que ese día llegaría, la ultima vez que había estado en esa parte donde los novios se arreglaban había sido para acompañar a Yusaku al altar...

Si, él había entregado al amor de su vida a otra persona, pero esta vez no fue Yusaku quien se lo pidió, él mismo se ofreció a hacerlo con la falsa creencias que si lo entregaba él pronto se olvidaría de su amor por el Omega... Pero fue un error.

Cuando vio a Yusaku en su traje blanco con flores decorando su cabello solo pudo sonreír y añadir un "eres hermoso" que Yusaku en ese momento no escucho, pues estaba absorto en el espejo. Quiso bésalo, quiso abrazarlo y decirle que lo amaba mientras ambos rompían en llanto, pero se limitó a un "¿Estas preparado?" tomar la mano de su mejor amigo, besarla y entregar esa misma mano que había besado a otra persona.

Together (Omegaverse)Where stories live. Discover now