Poker Face

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Alex maneja todo en la cocina con destreza y se mueve con habilidad.

Observo divertida sus pies descalzos y el cabello despeinado, puede que Clara tenga razón y no esté tan mal. ¡Oh, pero a mí me gustan los chicos pulcros y bien educados! No es mi tipo en absoluto.

―Hice hot cakes porque no me gustan los huevos―dice poniendo los platos en la mesa.

―A...

―¡Y no vayas a salir con algo de doble sentido!

―Tsk, aguafiestas.

La apariencia de los hot cakes es feísima, tanto que temo por mi salud. Pero resulta que saben deliciosos.

―Entonces, si terminamos la planeación de actividades del proyecto estoy libre.

―Estás muy apurado por deshacerte de mí, me pregunto con quién piensas salir.

Alex entorna los ojos.

―Qué te importa, andas muy entrometida.

―¿Yo? Por favor.

Suelto una risa nerviosa. Logro salir del paso con una conversación sobre lo preparativos del viaje a la convención. A Alex no le entusiasma mucho, y me dice que no soportará estar encerrado por horas en el autobús y en el hotel con un montón de cerebritos. Sin embargo lo consuela el buffet gratis.

Nuestros platos van quedándose vacíos y veo que un pedazo de hot cake se le quedó a un lado de la comisura de la boca. Yo señalo a la mía par darle a entender que se limpie.

―No te voy a dar un beso―responde comiéndose el último trozo.

―Ja-ja―le digo aventándole una servilleta―.Yo sólo beso principes azules.

―Ya te he dicho que los de tu imaginación no cuentan, dime ¿el Príncipe Eric te besa castamente o de lengua?

―¡Me ofendes! ¡Ya me han besado!

―Si cómo no...

Con una mirada retadora meto la mano en mi morral y sin dejar de desafiarlo saco mi billetera, la despliego y le muestro una fotografía.

―Abel Lisandro―digo señalándolo―. El niño más lindo de la primaria me dio mi primer beso en sexto año―señalo la fotografía de junto―. Rafael Anaximandro, curso de verano del año pasado y el chico más guapo fue mi novio de vacaciones ¿cómo te quedó el ojo, eh?

Alex no parece nada impresionado y yo guardo mi billetera de nuevo, llena de orgullo.

―Estoy tratando de disimular mi impresión, ¿por qué llevas la foto de un niño de primaria? Creerán que eres una corruptora de menores.

―¿Qué? ¡No! No hay nada pervertido en esto, es un recuerdo, algo muy puro.

―Eso es lo que dicen todos los degenerados cuando los llevan a la carcel.

―¡Siempre lo tienes que arruinar!

―Y otra cosa, esos nombres parecen sacados de una telenovela, Lisandro, Anaximandro... ¿quién le pone a sus hijos así?

―Tu dime, Alejandro.

―No es igual―protesta―. Espera... Lisandro, Anaximandro, Alejandro―dice contando con los dedos―. Bueno, eso es raro.

―Bla, bla bla, tienes envidia porque yo he besado dos chicos diferentes y tú seguramente te las has pasado detrás de Carmina toda la vida.

Espero por una reacción violenta o que me regrese el golpe, pero en lugar de eso se empieza a reír y luego se tapa los ojos.

―Es la pura verdad―admite deprimido.

¡Cada vez me rebate menos!

Un rato más tarde, ya con la mesa despejada, saco mis útiles tomándome más tiempo del necesario para ver cuanto tiempo puedo matar. Alex, que sin duda todavía sospecha de mi, sigue todos movimientos.

Sin embargo al poco rato estamos platicando casi sin darnos cuenta. Me contó que estaba pensando en conseguir un trabajo en el verano para ahorrar y comprarse un auto usado. Le comenté que a mi me da pánico tener un jefe, pero me anima diciendo que es como tener un profesor que te paga por hacer la tarea.

Con respecto a carreras para estudiar, está igual de perdido que yo y no tiene intención de preocuparse por eso ahora.

―¿Y tú qué?―me pregunta―¿No piensas hacer algún avance con Daniel?

―No, él y Vanesa se ven muy bien juntos. Así no vale la pena que lo intente.

―Eso es muy derrotista, sobre todo para un terca como tú.

―Estaría perdiendo mi tiempo―suelto un suspiro y luego se me ocurre que es un buen tema de conversación para mandar indirecta―.Si él ya tiene una novia o algo así estaría metiéndome donde no me llaman. A menos que me quisiera en serio, entonces no le daría a Vanesa motivos para malinterpretar sus sentimientos. Se acercaría sólo a mi.

Se nota que el tema le incomoda, porque carraspea y cambia de posición varias veces.

Me pregunto si no será mejor soltar la bomba y decirle que fuí a hacer un trato con Chino. Luego lo pienso bien. En todas las historias románticas, entre más se les prohiba a los enamorados estar juntos, con más ganas quieren estarlo.

Quiero convencerme de que Alex se preocuparía lo suficiente por mí (ya que no lo hace consigo mismo) como para renunciar a Carmina e impedir que Chino y sus desquiciadas amigas me golpeen.

Mis pensamientos se convierten en una espiral de indecisión ¿le digo? ¿no le digo?

―Otra vez me estás mirando como asesina serial―dice sin dejar de escribir.

―Tu crees que todo gira a tu alrededor, estaba pensando en algo muy diferente.

Alex recarga la goma de su lapiz en la barbilla y me escudriña.

―Voy a averiguar qué pasa contigo.

Me pongo de mil colores, pero controlo mis nervios. Es ridículo todo lo que tengo qué hacer sólo por su culpa. Yo trato de salvar nuestras vidas y así me lo paga.

―Puedes jugar al detective si quieres―aparto mis hojas y lápices de colores y pongo la palma de las manos en la mesa―.Te reto a que descubras "mi gran secreto"―digo con voz dramática.

―Ja, pan comido― aparta también sus cosas e imita mi postura.

Transcurren 10 minutos enteros en un duelo de miradas. Yo pongo mi mejor cara de indiferencia y él se esmera en leer la verdad en mis ojos. Incluso inclina su cuerpo hacia adelante, para hacer más certero su contacto visual.

Se nota a leguas que mi expresión no le dice nada. Pobre y tonto Alex que cree que se las sabe de todas todas.

Después de dos minutos ya tiene la punta de sus dedos cerca de los míos y no exagero cuando digo que está casi encima de mí. Sería una situación bochornosa si no fuera porque voy ganando.

―Tan tan―dicen en la puerta.

Oh, no...

―¡¿Carmina?!―grito con un angustiado chillido.

***

Ups, a Anabel le espera una tarde desafiante ¿no creen?

Mil gracias a todas por leer, sus comentarios y sus votos, me hacen muchísima ilusión, por favor agrega esta historia a tu biblioteca para que sepas cuando actualizo.

Bai baii!! 

Si pudiera odiarteWhere stories live. Discover now