Hang in there

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―¿Anabel? Llevas todo el día encerrada, ¿no vas a venir a cenar?―dice mamá golpeando la puerta.

―En un momentito.

15 minutos después.

―¡La cena está servida!―grita.

―Ya casi voy.

10 minutos después...

―Se está enfriando.

―Dame otros diez minutos.

Y cuando pasan, escucho que mete la llave en el picaporte, de un sólo movimiento guardo lo que tengo en el escritorio dentro del cajón y abro mi cuaderno de historia.

―¡¿Dónde están las drogas?!―dice abriendo de par en par y muy agitada.

―¿Eh? Estaba terminando la tarea―le respondo como un angelito.

―No tienes que ponerle seguro si no haces nada malo.

―¿Tenía el seguro puesto? No me dí cuenta. ¡Vamos a cenar!―digo levantándome y llevándomela de la mano―.Quisiera saber qué delicioso manjar ha preparado la madre esta noche.

Desconfía de mí, no me cabe duda, pero logro salvar la cena justo antes de que mi avena tenga una capa de nata demasiado viscosa para tragarla.

En mi cajón se oculta mi pequeño proyecto. La llave de la victoria, lo que yo he llamado el factor sorpresa.

Cuando la alarma da las diez de la noche mis padres ya están roncando, y veo a Carmina detener el coche en la calle de enfrente. Ya estoy vestida con mi atuendo para la ocasión , salgo de casa y llego de puntitas hasta la ventanilla del copiloto.

Carmina suelta un grito aterrador al verme.

―¡Cállate! ¡Vas a despertar a mis papás!

―¿¡Anabel!? ¿Por qué te pusiste una máscara de luchador? ¿Y esa ropa?

Abordo el auto.

―¡Shhh! Es para que no me reconozcan, yo misma la diseñé y confeccioné.

―Casi me da un infarto―dice agarrándose el pecho―. No era necesario, no es una fiesta de disfraces.

―No es un disfraz, es un traje de combate.

―Necesitas destreza, no un traje ridículo.

―Me da seguridad, ya siento los super poderes fluyendo.

―Más te vale que pasemos la primera ronda―dice poniendo en marcha el coche.

La audiencia ruge en anticipación y el comentarista da la minuta de los descalificados y heridos de la categoría de veteranos.

―¡Tenemos la primera pierna rota de la noche!― anuncia al público que grita entusiasmado.

―¡Córtenmela, por el amor de Dios!―dice un muchacho al que pasan cargando junto a nosotros, para llevarlo a la parte trasera del almacén.

Ahora no me parece tan malo que Alex no tenga un traje de gala. Voy a echar a correr cuando Carmina me detiene por la capa.

―Esto apenas es el comienzo, nosotras vamos a tener mejor suerte, vas a ver.

―Más te vale que estés de mi lado y guardes tus planes de sabotaje para otra ocasión.

―Yo también quiero el dinero, así que te tengo que ayudar a fuerzas, ¿eso te convence?

―No, pero no me queda de otra.

―¿Están listos novatos? Esta noche empieza la primera carrera, mejor conocida como Vuela, vuela. Tienen que correr hasta la primera pared, escalarla, pasar por el tronco sin caerse a la alberca de lodo, si se caen están descalificados, el que llegue primero se deslizará por la cuerda con el gancho y luego, pasar por las llantas colgantes y... eso lo sabrán si llegan hasta allá.

Si pudiera odiarteWhere stories live. Discover now