Capítulo 23

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El auto de Stiles se estaba estacionando justo al frente de donde Derek trabajaba, faltaban 20 minutos para que el reloj marcase las 7. Stiles bajó de su preciado Jeep y se encontraba caminando hasta la entrada del local cuando escuchó su nombre. 

—¿Stiles? ¿Que haces aquí? 

—¿Papá? Yo podría preguntar lo mismo. —Mencionó Stiles al darse la vuelta y encontrarse a su progenitor ¿Que hacía él ahí? 

—No tenía suficientes oficiales en turno y decidí vigilar hoy a Derek... ¿Él te invitó? —Preguntó un poco incrédulo, no solo le impresionaba que Derek hubiese invitado a su hijo en esa ocasión, sino que él hubiese aceptado. —¿Desde cuando se llevan tan bien? 

—Bueno, papá... lo trajiste hace exactamente tres semanas, al inicio de clases y... supongo que no podemos odiarnos toda la vida si vivimos bajo el mismo techo. 

—Gracias por darle una oportunidad. 

—Después de todo no es tan malo como parece... juzgar por las apariencias no es lo mejor. 

—Bien dicho. Ahora ve ahí y diviértete. 

Stiles esbozó una sonrisa a su padre y luego se acercó hasta la entrada del lugar pero antes de pasar uno de los empleados le dijo que estaban a punto de cerrar ¿En serio era el mismo lugar al que había ido semanas atrás? No parecía. Estaba muy bien decorado, parecía en lugar de una cafetería un restaurant y de los caros. Stiles explicó que él no iba como cliente sino que había sido invitado por uno de los empleados, Derek Hale, por lo que lo dejaron entrar. Detallando el lugar pudo notar un decorado de luces que decía "Happy 12th Anniversary"; así que por eso era la celebración. 

—Stiles... llegaste un poco temprano ¿No crees? —Preguntó Derek desde la distancia mientras se acercaba. 

—Sí, bueno, creí que era mejor llegar algo temprano que tarde ¿No te parece? 

—Creo que llegar justo a tiempo es lo más óptimo. —Respondió encogiéndose de hombros. 

—Sí, pero hablaba de los otros dos escenarios. —Explicó. —Ya estás un poco despeinado. —Stiles se tomó el atrevimiento de llevar sus manos al cabello de Derek y acomodarlo un poco. —Mejor. 

—Gracias. Puedes tomar asiento y ¿Quieres algo? Puedo llevártelo. 

—Un frappuccino estaría bien mientras esperamos. 

—De acuerdo. Ve a sentarte y en un segundo te lo llevaré. Y gracias por venir. 

Stiles se fue a una de las mesas y minutos después Derek le llevó lo que Stiles le había pedido. Minutos más tardes las pocas personas que aún quedaban en el lugar se fueron marchando hasta que solo quedó el personal y sus respectivos invitados. 
El lugar cerró su puerta principal y todos se levantaron, se les fue dada una copa con una bebida burbujeante y se reunieron un poco y de esa manera el jefe mencionó unas cuantas palabras para luego brindar. 

—Quién lo diría, después de todo Derek si invitó a alguien. —Mencionó una rubia que llevaba un vestido rojo y unos tacones altísimos. 

—Sí, a mi. —Respondió Stiles de forma inocente, al parecer Derek también tenía amigos. 

—De seguro lo amenazó para que viniera, dudo que tenga algún amigo. —Mencionó un chico alto y flaco, tenía la misma complexión que Stiles pero era moreno. 

—Con el carácter que tiene, dudo que siquiera una persona pueda soportarlo. —Mencionó otra chica, una castaña con un vestido azul muy corto, como si quisiera mostrar más de lo que tiene. 

Stiles no podía creer lo que estaba oyendo, todos lo estaban molestando y Derek no respondía una sola palabra, solamente los miraba como si quisiera asesinarlos a todos con la mirada. 

—Es muy joven incluso para trabajar, de seguro es porque su familia lo echó y ahora no tiene donde vivir. —Dijo un chico rubio de lentes. ¿Todos ellos trabajaban ahí con él? ¿Él tenía que soportar a todos esos idiotas todos los días? 

—Vamos a otro lado, Stiles.

—Sabíamos que no podrías estar aquí mucho tiempo, no encajas aquí. —Dijo la misma chica que habló por primera vez. 

Stiles sintió como Derek tiraba de su brazo para que ambos se alejaran, pero el se soltó de manera brusca. —¿Por qué no te callas, minion? De no ser por esos tacones no podría siquiera escucharte de lo baja que eres. 

—No te metas con ella. 

—¿Qué? Disculpa no te escuché, tus enormes lentes me distrajeron. Que bueno que tienes esa enorme nariz y enormes orejas para cargar con ellos. 

—¿Y que hay de ti? De seguro...

—¿No tenías dinero para comprar un vestido de tu talla? —Preguntó enseguida interrumpiéndola para luego reírse sarcásticamente. —Tuviste que reciclar uno de cuando tenías apenas nueve años. —Al terminar de decir aquello escuchó como Derek e incluso uno de sus amigos se reía. 

—¿De qué te ries, Matt? —Preguntó la castaña con odio. 

—Vayámonos, Stiles. —Derek nuevamente jaló a Stiles del brazo y esta vez el castaño cedió. 

—¿Ellos son tus compañeros de trabajo? 

—Sí. 

—Que idiotas todos ellos. —Ambos caminaron hasta la salida y se retiraron del lugar. —Dejemos que se enfríe un poco el lugar y entremos de nuevo. 

—No lo sé, no quiero regresar. 

—¿Por qué no? No dejemos que se salgan con la suya. 

—De todos modos no me sentiré bien allá adentro. 

Stiles soltó un pequeño suspiro y luego asintió. —Está bien, vayamos a casa. 

Ambos caminaron hacia el auto de Stiles, pero antes de poder llegar el sheriff abandonó el auto y se acercó a ellos con una caja de papas fritas en la mano.

—¿Qué hacen aquí afuera? 

—¿Qué haces tú comiendo porquerías?

El sheriff miró la caja de papas y luego a Stiles. —Soy un hombre adulto y puedo decidir que comer y que no. Ahora respondan ¿Por qué no están allá adentro? 

Derek guardó silencio y observó a Stiles y luego al Sheriff. —No me sentía bien y le dije a Derek que quería irme a casa... él decidió acompañarme. —Dijo Stiles comenzando su actuación de persona enferma. 

—¿Qué tienes? 

—Me mareé de repente  y... ¿Soy yo o hace calor? Derek, ve al auto y enciéndelo. 

—Yo te llevaré, Stiles. —Dijo al ver como Derek se alejaba. 

—No te preocupes, papá. Derek sabe manejar. 

—Igual debo ir con ustedes. 

—Yo vigilaré a Derek, no te preocupes. 

—¿Estás seguro? 

—Muy seguro. Soy hijo de un sheriff, sé cuidarme. —Y luego de eso llevó su mano a la boca, fingiendo ganas de vomitar. —Mejor me doy prisa. —Y corrió hasta su auto, subiendose al asiento del copiloto. 

Living with a stranger || SterekWhere stories live. Discover now