Capítulo 45

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Exactamente una semana había transcurrido desde el encuentro entre Stiles y Derek, y desde entonces ambos no habían mantenido una conversación longeva. Stiles había dejado de insistir en lograr que Derek hablase con él, le iba a dar su espacio y dejar que hablara cuando estuviese listo, si es que ese momento algún día llegaba. La parte buena es que parte del Stiles alegre y sonriente había vuelto, ese día, a diferencia del resto de la semana, lo estaba disfrutando, estaba teniendo momentos divertidos con sus amigos e incluso algunas cuantas risas.

Ahora mismo se encontraba en la clase del entrenador, que, aunque a veces este profesor en particular podía llegar a desesperarlo, siempre le daba un motivo para estar animado y sonriente. Y así estaba el castaño durante la clase, hasta que un llamado a la puerta la interrumpió.
El entrenador se posó junto a la puerta por varios segundos antes de regresar su atención a la clase.

—Stilinski, fuera.

—¡¿Qué?! ¡Esta vez no hice nada! ¡Lo juro! —Se exaltó un poco pero luego pudo ver como su padre era quién estaba afuera del salón, por lo que se levantó y fue con él, caminando un poco para alejarse. —¿Qué pasó? ¿Tienes que decirme algo importante?

—Quería preguntarte algo. ¿Derek te ha hablado o ha mencionado algún lugar especial? Aquí en Beacon Hills. Puede ser algún edificio, alguna casa ¿Algo?

Stiles pensó por varios segundos, pero finalmente negó con la cabeza. —No, no lo ha hecho ¿Por qué?

El sheriff pareció dudar de su respuesta, pero luego simplemente se encogió de hombros. —Te enterarás de todas maneras. Derek escapó.

—¡¿Qué?! ¿Cómo?

—Eso no es lo importante. Tal vez simplemente estaba esperando la mejor...

—Papá, no. —Interrumpió Stiles. —No pienses así de Derek, él cambió y escapar ya no estaba en sus planes. Lo sé.

—De acuerdo, pero por favor, Stiles, si recuerdas algún lugar que haya mencionado, algún lugar que le pueda servir de escondite por favor necesito que me lo notifiques enseguida.

—Lo haré, papá, lo haré.

—Perfecto. Nos vemos.

***
4 horas antes.

Aquella estaba siendo una mañana como cualquier otra, todos los empleados de la heladería estaban atendiendo sus lugares como de costumbre, algunos limpiaban las mesas, otros cobraban en la caja y Derek se encontraba sirviendo las órdenes de helado, aprovechando cualquier oportunidad para comerse una pequeña cucharada de helado de limón sin ser descubierto.

Todo en el lugar era paz y tranquilidad, se podía escuchar una ligera música de fondo suave y un poco de las voces de los clientes que se encontraban en las mesas, que charlaban con sus acompañantes, pero tal calma se vio interrumpida cuando se logró escuchar un fuerte choque afuera del local.

Tal sonido llamó la atención de todos y varios de los empleados comenzaron a acercarse a la puerta para poder salir a ver que había sucedido, pero antes de poder llegar un hombre enmascarado entró al lugar, lanzando un par de disparos hacia el techo que causó que muchas personas gritaran y se lanzaran al suelo.

Acto seguido el hombre disparó al par de cámaras de seguridad que tenía el lugar y luego, sin siquiera dudarlo, se acercó hasta el pelinegro que lo observaba desde el mostrador.

—Derek, soy yo. —Se levantó la máscara un segundo para que el ojiverde pudiese apreciar su rostro.

—¿Qué haces aquí?

—Rescatándote. Tenemos un robo grande, muy grande y necesitamos de tu ayuda. Andando.

Dicho aquello ambos caminaron hasta la salida del lugar rápidamente. Al momento de salir, Derek se encontró con el coche del oficial que lo había traído, pudo observar otro auto atrás que lo había impactado fuertemente, causando que el mismo se destrozara por la parte de atrás. Por la ventana se podía ver al conductor, al oficial, que estaba inconsciente mientras su cabeza se recostaba del volante, en aquel momento Derek sintió lástima ¿Que habían hecho? Su cuerpo se paralizó y se quedó estático observando la escena.

Ellos nunca habían hecho algo tan serio, además de que "Un robo grande, muy grande" sonaba como si quisieran robar un banco o a una persona de mucho dinero y Derek nunca había hecho algo así jamás, siempre robaba a las personas las pertenencias de sus bolsillos o los bolsos de las mujeres que lo descuidaban, pero eso jamás había herido a nadie.

—Derek ¿Que esperas? Ya viene la policía. —Al notar como el pelinegro no reaccionaba se colocó detrás de él y comenzó a empujarlo por la espalda, Derek no se resistió y avanzó hasta otro coche, subiendo al mismo y escapando del lugar a toda velocidad.

Living with a stranger || SterekWhere stories live. Discover now